En defensa del África precolonial

Por Ọláolúwa Òní

¿Cómo vamos a debatir y tratar la colonización en África sin utilizar un lenguaje que reconozca que éramos algo antes de la colonización?

Foto de Jay Eshie en Unsplash.

En un artículo publicado en enero de 2023, el profesor de la Universidad de Cornell Olúfẹ́mi Táíwò expone sus argumentos contra el uso de “precolonial” como marcador útil para hablar de la historia de África. Táíwò plantea múltiples argumentos, y ofrece varios ejemplos, para apoyar su afirmación. Estos argumentos pueden resumirse de la siguiente manera: la expresión África precolonial es “vacua”, “racista” y “sencillamente errónea”. En esta réplica a la hipótesis de Táíwò, defiendo la utilidad de “precolonial” como término que identifica una estructura y un acontecimiento que configuraron la historia del continente de un modo que nunca antes, y nunca después, se había experimentado.

Como cuestión preliminar es importante señalar que, cuando se utiliza en el discurso sobre la historia africana, el término “precolonial” se refiere relacionalmente a la colonización europea de África en los siglos XIX y XX, lo que Táíwò denomina el “colonialismo europeo moderno” en África. Táíwò no rechaza ni cuestiona esta interpretación de la expresión. Más bien, su preocupación parece ser que el uso de “precolonial” en este contexto aplana la muy compleja historia del continente antes de este incidente específico. Sostiene que, si “precolonial” significa literalmente “antes de la colonización”, la expresión tal como se utiliza en el discurso sobre la historia de África debe dar cuenta de experiencias anteriores de colonización en el continente africano antes de la colonización europea del siglo XIX; si se quiere que tenga sentido para la periodización de la historia africana. Así pues, concluye que el uso de la frase en su sentido contextual restringido es erróneo y carece de sentido, por lo que debe eliminarse del discurso para siempre.

si “precolonial” significa literalmente “antes de la colonización”, la expresión tal como se utiliza en el discurso sobre la historia de África debe dar cuenta de experiencias anteriores de colonización en el continente africano antes de la colonización europea del siglo XIX;

El problema es que nada, ninguna palabra, frase o método de entender la historia, puede ser lo bastante amplio para captar lo que Táíwò reconoce que es la complejísima historia del continente africano, y a la vez ser lo bastante específico para el discurso sobre el tema. De hecho, ninguna palabra, frase o expresión puede contener todos los matices de una idea o tema, ya que se trata de un defecto general del lenguaje. ¿Qué es una “silla” si insistimos en que la palabra debe dar cuenta de cada mueble, dispositivo o tecnología que se haya utilizado alguna vez para apoyar o facilitar el acto de sentarse? La solución a este problema consiste en interpretar las palabras y utilizar el lenguaje dentro del contexto pertinente. Esto limita necesariamente el alcance interpretativo potencial de las palabras y frases y facilita la comunicación.

Es importante señalar desde el principio este contexto limitador de lo precolonial porque esta es la base que fundamenta las preocupaciones de Táíwò.

El África precolonial (no) es vacua

Táíwò sostiene que lo precolonial no nos dice nada o, en el mejor de los casos, muy poco sobre la historia del continente. Le preocupa que defina poco y eluda mucho. Sostiene que lo precolonial no ofrece ninguna comprensión de lo que supuso el periodo precolonial, de los matices que caracterizaron aquella época. Si se siguiera este razonamiento hasta su conclusión lógica, todas las técnicas de periodización se juzgarían vacías.

La tarea de la periodización no consiste en definir cómo eran las sociedades en un periodo determinado, sino simplemente en categorizar el pasado en bloques de tiempo para facilitar nuestro estudio de la historia.

La tarea de la periodización no consiste en definir cómo eran las sociedades en un periodo determinado, sino simplemente en categorizar el pasado en bloques de tiempo para facilitar nuestro estudio de la historia. La periodización suele seguir acontecimientos, incidentes y estructuras que alteraron de manera fundamental la forma en que se organizaron las sociedades a lo largo de la historia. Pondré el siguiente ejemplo: el uso de “Antes de Cristo (a.C.)” y “Anno Domini (d.C)” es un recurso de periodización habitual en historia que divide la historia en dos: el mundo anterior y el mundo posterior a la fecha aproximada del nacimiento de Jesús, el cristianismo. Estas denominaciones no nos dicen nada sobre lo que suponía la sociedad en esos dos periodos, cómo eran y cómo estaban organizadas, lo único que hacen es ayudar a ordenar la historia para el estudio de la evolución social a lo largo del tiempo.

el Yoruba precolonial está hoy dividido geográficamente entre la Nigeria anglófona y la República de Benín y Togo francófonas.

Para hacer mayor hincapié en la vacuidad de lo precolonial, Táíwò nos invita a reflexionar sobre los temas que le preocupan. Nos pide que consideremos lo que podría significar el Yorùbaland precolonial o el Ìbàdàn precolonial. Sin embargo, lo que no nos pide que nos planteemos es qué significa la Nigeria precolonial o por qué el Yoruba precolonial está hoy dividido geográficamente entre la Nigeria anglófona y la República de Benín y Togo francófonas. Estas últimas cuestiones demuestran la utilidad y la necesidad de recalcar la experiencia colonial a la hora de explicar la historia africana, pues es la única forma honesta de contar cómo surgieron los países africanos. Esta experiencia no debe y realmente no puede ser ignorada a favor de la exploración de otros aspectos de la historia africana. Insistir en que los historiadores africanos ignoren la experiencia colonial si quieren apreciar realmente su historia es imponerles una simplicidad poco halagüeña.

A Táíwò le preocupa además el efecto homogeneizador que el término precolonial impone a la historia africana y sostiene que aplana los contornos de la sociedad anterior a la colonización europea. Insiste en que una frase no puede dar cuenta suficientemente de las complejas historias y experiencias de las sociedades africanas antes de la colonización. También en este caso se tiene una apreciación errónea de la tarea de periodización. La utilidad de la frase es que reconoce que el continente era algo, una cosa diferente, antes del incidente colonial, pero no afirma que fuera una cosa.

Por ello, sería más preciso considerar lo precolonial como una puerta o una frontera. Si se cruza la puerta hacia atrás en el tiempo, se entra en el discurso sobre las vastas y variadas sociedades africanas anteriores a la colonización; si se cruza la puerta en dirección opuesta, se entra en el discurso sobre la colonización europea del siglo XIX y su impacto continuado en las estructuras e instituciones de los Estados africanos.

El África precolonial (no) es racista

Táíwò también argumenta que el uso de “precolonial” para describir el África anterior a la colonización del siglo XIX se inclina hacia ideas racistas sobre África. Este argumento contiene dos ideas: la primera es que el África precolonial existió y la segunda es la idea racista de que el África precolonial era una tierra “fuera del tiempo” y no digna de consideración en una conversación sobre la historia del mundo. Táíwò mezcla ambas ideas para llegar a la conclusión de que hablar de un África precolonial es aceptar la idea racista de que la historia de África comienza con la colonización europea. Inexplicablemente, se limita a dos opciones: o el África precolonial existe tal y como la concibe la imaginación racista, o no existe en absoluto. En otras palabras, argumenta que, si los eruditos racistas han dicho que el África precolonial era un páramo primitivo, entonces los africanos deben mantener esta definición. Un enfoque diferente, que han adoptado otros estudiosos, es decir que los europeos se equivocaron: el África precolonial no era un páramo primitivo. Este último enfoque tiene la ventaja de resistiré a la narrativa europea de la historia africana, que es el objetivo que Táíwò tiene en mente. Sin embargo, Táíwò no lo consigue porque hace de la concepción europea del África precolonial el punto de partida de su exposición.

Táíwò también argumenta que el uso de “precolonial” para describir el África anterior a la colonización del siglo XIX se inclina hacia ideas racistas sobre África.

Otro aspecto de la afirmación de Táíwò de que la frase es racista es su preocupación por el hecho de que “la omnipresente frase es casi exclusiva en su aplicación a África: ‘África precolonial'”. Se pregunta: “¿Con qué frecuencia encontramos esta designación en discursos sobre otros continentes?”. En primer lugar, cabe señalar que precolonial también se aplica tradicionalmente a otros países que experimentaron de forma similar la colonización europea del siglo XIX, como India, Canadá y Australia, entre otros. No obstante, hay que señalar que subyace una cierta idea racista en la forma en que se suele aplicar la expresión África precolonial.

Podría sugerir que la disputa es con la mitad equivocada de la frase África precolonial. Tal vez lo que Táíwò está captando es el instinto aún vivo de leer África incluida el África poscolonial como universalmente primitiva y subdesarrollada. Así pues, son los supuestos sobre África los que reflejan ideas racistas, y si éste es el caso, entonces el problema no se resuelve capitulando ante esas ideas racistas. La válida preocupación por la excesiva simplificación de las complejas sociedades africanas en una sola identidad (primitiva) no debería aprovecharse como impulso para proponer un enfoque igualmente excesivo, que es lo que sugiere Táíwò.

La válida preocupación por la excesiva simplificación de las complejas sociedades africanas en una sola identidad (primitiva) no debería aprovecharse como impulso para proponer un enfoque igualmente excesivo,

Precolonial (no) es un error

El último tema del ataque de Táíwò a lo precolonial es que es “sencillamente erróneo”. Argumenta lo siguiente: dado que los acontecimientos coloniales se produjeron en y por las sociedades africanas antes de la colonización europea del siglo XIX, es erróneo hacer del último incidente el punto central de nuestro debate en torno a la colonización en África.

Este argumento presupone que la única forma de abordar plenamente la sólida y compleja historia precolonial de las sociedades africanas es apartar la mirada de la realidad de la colonización europea del siglo XIX. Esto presupone que los académicos africanos son incapaces de realizar varias tareas a la vez, de poner en primer plano el acontecimiento colonial y, al mismo tiempo, reconocer las numerosas relaciones inter e intracomunitarias que tuvieron lugar con anterioridad. Este argumento impone a los académicos, investigadores, historiadores y lectores africanos una simplicidad bastante parecida a lo que él describe como la excesiva simplificación racista de la historia africana como una sola cosa.

Otro aspecto del argumento de Táíwò es que el término precolonial divide la historia africana en tres periodos: precolonial, colonial y poscolonial. En efecto, precolonial sugiere una periodización de África en relación con el acontecimiento colonial, pero esto no es erróneo ni inútil como sugiere Táíwò. No podemos negar que la colonización europea del siglo XIX está en el centro de la identidad de casi todos los países africanos actuales. “Nigeria” no existía antes de la colonización europea. Hablar de una Nigeria precolonial es una forma natural de reconocer a las comunidades indígenas precoloniales que los británicos agruparon bajo una misma identidad política y soberana. Lo contrario equivaldría a ignorar el modo en que la experiencia compartida de la colonización entre estas diferentes comunidades pone necesariamente a estas comunidades y sus historias en conversación unas con otras.

Además, hay una consideración importante que Táíwò parece pasar por alto: la existencia de una periodización centrada en el acontecimiento colonial no excluye otros métodos de periodización. El discurso en torno a la historia africana es lo suficientemente amplio como para dar cabida a lo precolonial, lo colonial y lo poscolonial; lo antiguo, lo medieval y lo moderno; o cualquier otro esquema que pueda servir al estudio específico en cuestión. Sin embargo, lo que sigue siendo crucial es que la historia africana reconozca debidamente el acontecimiento colonial como una marca significativa que marcó el comienzo de una nueva era para el continente.

lo que sigue siendo crucial es que la historia africana reconozca debidamente el acontecimiento colonial como una marca significativa que marcó el comienzo de una nueva era para el continente.

Por último, suponiendo que demos por hecho que lo precolonial ofusca y que hay aspectos de la historia africana que se eluden bajo el manto del África precolonial, ¿es eso suficiente para prescindir de la designación precolonial? Si todas las acusaciones de Táíwò contra la frase fueran ciertas, ¿no es también cierto que la frase expone una historia compartida muy importante entre las comunidades africanas que sólo puede ser captada por esta frase? Sin duda, las civilizaciones y evoluciones milenarias son muy importantes, pero no lo son y, de hecho, no tienen por qué serlo a expensas de la experiencia colonial europea más reciente, que en muchos aspectos ha tenido un impacto irreversible en la organización de nuestras sociedades.

La colonización europea reorganizó por completo la estructura de los estados africanos, llevándolos de imperios, reinos y comunidades autóctonas a estados soberanos

La colonización europea reorganizó por completo la estructura de los estados africanos, llevándolos de imperios, reinos y comunidades autóctonas a estados soberanos, países que se parecen mucho a sus antepasados coloniales en cuanto a leyes, instituciones, lengua y cultura. ¿Cómo podemos decir entonces que este incidente no define una época como para constituir la base de una periodización? El hecho de que un aspecto de la historia nos deje un sabor agrio no significa que debamos ignorarlo. De hecho, es precisamente esta cualidad la que hace imposible ignorarlo; la que lo convierte en trascendental. ¿Qué ocurre si ignoramos el incidente de la intervención colonial en nuestra narrativa y periodización históricas? ¿Cómo explicamos entonces los efectos actuales de la colonización, una realidad que sólo existe gracias al incidente colonizador?

Sobre la autora:

Ọláolúwa Òni es doctoranda en la Facultad de Derecho Osgoode Hall. Investiga las intersecciones entre el derecho, la literatura, el cine y la cultura popular. Su primera novela, The yNBA, se vende en librerías de toda Nigeria.

Traducido por Kevin Cogolludo Fitzpatrick

Revisado por Ana Reinares Marín

Enlace al original: https://africasacountry.com/2023/04/in-defense-of-precolonial-africa

 

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