KENIA | Extender la monstruosa guerra de drones estadounidenses a Kenia: una locura bipartidista

Dron sobrevolando el cielo. Foto: Jaysun Chackal (Pixabay).
Dron sobrevolando el cielo. Foto: Jaysun Chackal (Pixabay).

Expandir la monstruosa guerra de drones estadounidenses a Kenia es una locura bipartidista. La ausencia de una reacción potente interna contra las políticas que Estados Unidos lleva a cabo en África pone en evidencia los puntos débiles de nuestro movimiento.

 

Todo el mundo debe empezar a entender que el AFRICOM y la militarización de las fuerzas policiales son equivalentes

La represión genocida, la explotación laboral y el saqueo de recursos ejercidos por Estados Unidos contra los pueblos indígenas y la gente del África negra, en lugar de quedar como un vestigio de su pasado ahora se expanden a los pueblos de todo el planeta. La dictadura del capitalismo racial estadounidense sobre la gente negra se extiende por toda la madre patria africana y los falsos líderes negros ni se inmutan.

A la par de la represión interna de la policía militarizada y la vigilancia racista violenta como reacción a los levantamientos en apoyo a George Floyd, son continuos los ataques aéreos de Estados Unidos y sus «operaciones especiales» en África. A pesar de que los esfuerzos del ejército estadounidense para «combatir el terrorismo» realmente lo están fomentando y de que el Mando para África de Estados Unidos (AFRICOM) ha provocado innumerables muertes civiles, el Pentágono está intentando solicitar autorización para ampliar su guerra de drones hacia Kenia, lo cual podría expandir la zona de conflicto más allá de la frontera con Somalia.

El despliegue de las tropas estadounidenses para luchar contra el terrorismo tiende a fomentar formas asimétricas de resistencia, como el terrorismo. Así, cuantos más bombardeos haya, más terrorismo se provoca, lo cual, a su vez, justifica más bombardeos. Tal y como sucede cuando la policía estadounidense mata a alguien, los criminales se reservan la facultad de investigarse a sí mismos, lo que la mayor parte de las veces se traduce en impunidad.

 

Cuantos más bombardeos haya, más terrorismo se provoca

«AFRICOM no solo ha fracasado rotundamente en su misión de informar sobre las muertes civiles, sino que parece no importarle la suerte de las numerosas familias a las que ha destrozado», ha afirmado Deprose Muchena, director de Amnistía Internacional para África Oriental y Meridional, tras la publicación el pasado 28 de julio del último informe trimestral de AFRICOM sobre víctimas civiles.

La guerra y la militarización son la respuesta intransigente de la política interior y exterior de Estados Unidos a cualquier tipo de resistencia. Tanto es así, que los activistas que se manifiestan en contra del fascismo y de las actuaciones policiales racistas en EEUU se enfrentan a detenciones similares a las que efectuaba la Gestapo y a ejecuciones extrajudiciales (asesinatos) que realiza la policía militarizada.

Paralelamente, AFRICOM, con la complicidad de unos líderes colaboracionistas, lleva a cabo en África operaciones anti-negros muy similares. Los Muriel Bowser y Uhuru Kenyatta [1] del mundo no gozan de la legitimidad política del pueblo para mantenerse en el poder si no fuera por la ayuda del departamento de policía metropolitana (MDP) y de las fuerzas armadas kenianas (KDF). Como todos los colaboracionistas, se deben a la clase capitalista parasitaria mundial, no al pueblo.

En la capital de los Estados Unidos, la alcaldesa demócrata Muriel Bowser defiende una postura contraria a la del presidente republicano Trump respecto a la violencia policial, pero, al mismo tiempo, dirige sus propios asesinatos policiales e insiste en procesar a los activistas «violentos». La violencia que realmente preocupa a la clase dirigente es el daño que se produce sobre las propiedades inanimadas de los capitalistas.

El presidente keniata Uhuru Kenyatta traiciona los intereses de su pueblo haciendo peticiones serviles al presidente estadounidense racista Trump. Por si el anhelo de AFRICOM de aumentar su poder no fuese suficiente, el presidente Kenyatta, durante su visita a la Casa Blanca en febrero de 2020, solicitó a Trump más ayuda para combatir el terrorismo, incluido el «apoyo militar aéreo» para luchar contra Al Shabaab.

La perseverancia de la desobediencia civil como respuesta a la violencia policial racista en Estados Unidos es admirable. Sin embargo, el hecho de que este país pueda, al mismo tiempo, llevar a cabo una guerra de drones mortífera y sanguinaria en África sin que exista ninguna denuncia en consecuencia demuestra una desconexión colectiva a la hora de entender cuál es el problema de fondo. La ausencia de una fuerte reacción interna contra las políticas que Estados Unidos desarrolla en África pone en evidencia los puntos débiles de nuestro movimiento.

¿Cómo puede ser que EEUU, cuya riqueza y poder se basan en la explotación económica y la represión de la clase trabajadora indígena y negra, haya conseguido una autorización tácita para actuar de gendarme sobre nuestra madre patria? Imagínense a otro país bombardeando 46 veces en ocho meses a Estados Unidos como este lo ha hecho en Somalia.

El objetivo de Washington de expandir masivamente las mortales y sanguinarias guerras de drones debería provocar en los legisladores honestos del Capitolio, especialmente en los legisladores negros, una condena inmediata.

 

¿Cómo puede ser que EEUU haya conseguido una autorización tácita para actuar de gendarme sobre nuestra madre patria?

No solo necesitamos que haya un movimiento masivo en Estados Unidos para acabar con AFRICOM y su guerra de drones, sino que este debería estar íntimamente ligado al movimiento que ha arrasado el país para que termine con la brutalidad policial letal que ejerce sobre las personas negras y mulatas. Todo el mundo debería empezar a ver que AFRICOM y la militarización de los departamentos de policía son equivalentes. Los estadounidenses deben comenzar a darse cuenta de que no importa qué partido esté al mando en cada legislatura, no importa si el presidente de los Estados Unidos es demócrata o republicano, porque la mayor amenaza existencial para el planeta es la oligarquía de los Estados Unidos.

 

Netfa Freeman es organizador de Acción Comunitaria Panafricana (Pan-African Community Action, PACA) y del Comité coordinador de Alianza Negra para la Paz (BAP) y de además, es copresentador y productor del programa de radio y podcast Voices With Vision [«Voces con perspectiva», en castellano] en la emisora WPFW 89.3 FM.

 

 

Nota de la traducción

[1] Muriel Elizabeth Bowser es del partido demócrata y  alcaldesa del Distrito de Columbia desde 2015, donde se encuentra Washington DC. Uhuru Muigai Kenyatta es el actual presidente de Kenia desde 2013; es también empresario y el máximo dirigente del partido político Unión Nacional Africana de Kenia.

 

 

Fuente: Nefta Freeman (23 de septiembre de 2020). «Expanding Monstrous US 
Drone War to Kenya is Bi-Partisan Madness», en Black Agenda Report.

Traducido para UMOYA por Candela Martínez Pérez.

Revisión de la traducción: Bruno Cometto Arruga.

 

 

 

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