El control de Gates sobre el periodismo

Bill Gates, presidente de la Fundación Bill y Melinda Gates, en 2019. Foto: Samuel Habtab/AP.
Bill Gates, presidente de la Fundación Bill y Melinda Gates, en 2019. Foto: Samuel Habtab/AP.

En agosto del año pasado, la radio NPR [1] reseñó un experimento promovido por Harvard que consistía en ayudar a familias con bajos ingresos a residir en barrios más ricos para que así sus hijos pudiesen ir a mejores escuelas y tuvieran la oportunidad de romper el ciclo de la pobreza. Según los investigadores citados en el artículo, estos niños podrían ver incrementados sus ingresos en 183.000 dólares a lo largo de sus vidas —una previsión sorprendente para un programa de viviendas en fase experimental-.

Al leer el artículo se puede observar que todos los expertos citados están vinculados con la Fundación Bill y Melinda Gates, que ayuda a financiar dicho proyecto. Si se lee más minuciosamente, también se advierte el apunte editorial del final del artículo que indica que la propia NPR recibe financiación de Gates.

La financiación que la NPR recibe de Gates  «no ha influido en el hecho de realizar este artículo ni en la forma de abordarlo», afirma la autora del mismo, que añade que para su elaboración se ha servido de otras fuentes además de las citadas. Sin embargo, el artículo es solo uno más de los cientos que la NPR ha publicado sobre la Fundación Gates o los proyectos que financia, entre los que se encuentran un sinfín de relatos aduladores redactados desde el punto de vista de Gates o de sus beneficiarios.

Esto es un buen ejemplo de la tendencia tan extendida y del problema ético que supone que los milmillonarios filántropos financien la prensa. La Fundación Broad [2], cuyos planes filantrópicos incluyen la promoción de las escuelas «autónomas» (chárter) [3], financió durante un periodo los reportajes sobre educación del LA Times [4]. Charles Koch [5] ha realizado donaciones a instituciones periodísticas como el Poynter Institute [6], así como a agencias de noticias como la Daily Caller News Foundation [7], que apoya sus políticas conservadoras. La Fundación Rockefeller financia Future Perfect [8], el proyecto de reportajes del portal de noticias Vox, que examina el mundo «a través de la lente del altruismo efectivo» —a menudo enfocada a la filantropía-.

A medida que los filántropos van cubriendo la falta de financiación de las agencias de noticias —algo que seguramente ocurrirá con más frecuencia de ahora en adelante por la recesión económica de los medios tras la pandemia del coronavirus—, no se está prestando la suficiente atención a cómo esto va a afectar al modo en que las redacciones informan sobre sus benefactores. De estos no hay ninguno más amenazador que la Fundación Gates, un financiador dominante de las salas de redacción y normalmente con cobertura mediática favorable.

Recientemente he analizado cerca de veinte mil ayudas benéficas realizadas por la Fundación Gates hasta finales de junio de 2020 y he descubierto que ha invertido más de 250 millones de dólares en periodismo. Entre los beneficiarios se encontraban cadenas como la BBC, NBC, Al Jazeera, ProPublica, National Journal, The Guardian, Univision, Medium, Financial Times, The Atlantic, Texas Tribune, Gannett, Washington Monthly, Le Monde y el Center for Investigative Reporting (CIR); organizaciones benéficas vinculadas con medios de comunicación como BBC Media Action y el New York Times’ Neediest Cases Fund; otros medios de comunicación como Participant [n.t.: compañía cinematográfica con sede en Los Ángeles], cuyo documental Waiting for «Superman» apoya el proyecto de Gates en lo concerniente a las escuelas autónomas; organizaciones periodísticas como el Pulitzer Center on Crisis Reporting [10], la National Press Foundation [11] y el International Center for Journalists [12]; y muchos otros grupos dedicados a la creación de contenidos de noticias o que trabajan en periodismo, como la Leo Burnett Company [13], una agencia de publicidad a la que Gates encargó crear un «portal de noticias» para promover el éxito de grupos de ayuda humanitaria. En algunos casos, los beneficiarios afirmaron repartir la financiación como subvenciones para otras entidades periodísticas, lo que hace que sea más difícil apreciar el alcance total de la inversión de Gates en el cuarto poder.

La Fundación incluso ayudó a financiar en 2016 un informe del American Press Institute que se usó para crear las directrices sobre cómo las agencias pueden mantener su independencia editorial de sus donantes filántropos. He aquí un hallazgo de suma importancia en la siguiente afirmación: «Existen pocas pruebas de que los donantes exijan o realicen ninguna revisión editorial». Especialmente, cabe señalar el hecho de que los datos de la investigación que sustenta este informe muestran que cerca de un tercio de los donantes admitieron haber visto al menos parte del contenido que habían financiado antes de que se publicase.

La generosidad de Gates parece haber ayudado a crear un entorno mediático cada vez más favorable para su ONG, la más conocida del mundo. Hace veinte años, los periodistas ilustraron la incursión inicial de Bill Gates en la filantropía como un medio para enriquecer su empresa de software o como un ejercicio de relaciones públicas [15] para salvar su maltrecha reputación tras el doloroso proceso antimonopolio al que se enfrentó Microsoft con el Departamento de Justicia de Estados Unidos. A día de hoy, la fundación suele ser objeto de perfiles suaves con editoriales elogiosas que describen sus buenas obras.

Durante la pandemia, los medios han considerado a Bill Gates como un experto en salud pública en lo referente a  la COVID, a pesar de que Gates no tiene ninguna formación médica ni es funcionario público. PolitiFact y USA Today (dirigidos por el Poynter Institute y Gannett, respectivamente; ambos beneficiarios de donaciones de la Fundación Gates) incluso han empleado sus plataformas de  «verificación de la información» (fact-checking) [16]  para defender a Gates de las «teorías conspiratorias falsas» y la «desinformación», y de ideas como que la Fundación ha invertido en empresas que están desarrollando vacunas y otras terapias contra la COVID. De hecho, la página web de la fundación y sus últimos formularios fiscales muestran sin lugar a dudas que han invertido en este tipo de empresas, entre ellas Gilead y CureVac.

 

Los medios han considerado a Bill Gates como un experto en salud pública en lo referente a  la COVID, a pesar de que Gates no tiene ninguna formación médica ni es funcionario público.

 

Del mismo modo que los medios han dado voz a Gates de forma desproporcionada durante la pandemia, la Fundación ha utilizado durante mucho tiempo sus donaciones benéficas para dar forma a su discurso público sobre cualquier tema, desde la salud global a la educación y la agricultura —con un nivel de influencia que ha hecho que Bill Gates esté en la lista Forbes por ser una de las personas más poderosas del mundo [n.t.: actualmente figura como el segundo más rico del mundo detrás de Brezos, de Amazon]-. La Fundación Gates puede apuntarse importantes logros benéficos a lo largo de las últimas dos décadas (como ayudar a mitigar la polio o seguir financiando la lucha contra la malaria), pero incluso estos logros han contado con detractores expertos que afirman que Gates podría estar causando daño [17] o distrayéndonos[18] de otros proyectos de salud públicas más importantes que salvarían vidas.

Bill Gates, durante su participación en un debate en el Parlamento Europeo sobre el papel de la UE en el desarrollo internacional celebrado el 17 de octubre de 2018. Foto: Parlamento Europeo.
Bill Gates, durante su participación en un debate en el Parlamento Europeo sobre el papel de la UE en el desarrollo internacional, celebrado el 17 de octubre de 2018. Foto: Parlamento Europeo.

Como prácticamente con cualquiera de las buenas obras de Gates, los reporteros podrían descubrir irregularidades en el poder desproporcionado [19] de la Fundación si decidiesen investigar, pero los lectores no encuentran estas voces críticas en los medios tan a menudo y con tanta fuerza como las de Bill y Melinda. Las noticias sobre Gates están ahora filtradas por la perspectiva de  numerosos académicos, las ONG y los grupos de expertos que él financia. En ocasiones, se difunden a través de salas de prensa vinculadas económicamente a dicha Fundación.

La Fundación Gates ha rechazado numerosas solicitudes para entrevistarlos para esta crónica y no facilitó su propia versión de la contabilidad de sus inversiones en periodismo. En respuesta a las preguntas enviadas por correo electrónico, un portavoz de la Fundación afirmó que «un principio rector» para su financiación del periodismo es «asegurar la independencia editorial y creativa». El portavoz también señaló que, a causa de las dificultades financieras que sufre el periodismo, muchos de los asuntos en los que trabaja la Fundación «no reciben una cobertura mediática tan profunda y consistente como antes… Si a los medios de comunicación muy reputados se les da la oportunidad de cubrir temas poco investigados y poco difundidos, tienen el poder de educar al público y fomentar la adopción, así como la aplicación, de normas de actuación basadas en datos empíricos tanto en el sector público como en el privado».

Cuando desde el CJR (Columbria Journalism Review) estábamos terminando de comprobar los datos sobre este artículo, la Fundación Gates ofreció una respuesta más directa: «Los beneficiarios de las ayudas al periodismo provenientes de esta Fundación han sido y siguen siendo algunos de los medios de comunicación más respetados del mundo… El enfoque de las preguntas realizadas para elaborar este artículo da a entender que estas entidades con la financiación de la Fundación han arriesgado su integridad y su independencia al informar sobre salud global, desarrollo y educación. Negamos rotundamente que ese sea el caso».

La respuesta de la Fundación también nos facilitó otros lazos que tienen con los medios, como por ejemplo «la participación en decenas de conferencias, como el Festival Internacional de Periodismo de Perugia, la Red Global de Editores o la Conferencia Mundial de Periodismo Científico», así como «ayudar  a crear capacitación por medio del fondo Innovation in Development Reporting» [20].

El alcance total de las donaciones de Gates a los medios de comunicación se desconoce, ya que la Fundación solo publica el dinero entregado a través de donaciones benéficas, no a través de contratos. En respuesta a las preguntas, Gates solo desveló un contrato, el de Vox, pero sí describió cómo se invierte parte del dinero de este contrato: produciendo contenido patrocinado y, en ocasiones, financiando «entidades sin ánimo de lucro no relacionadas con los medios  para apoyar acciones como la formación de periodistas, reuniones de prensa y la asistencia a eventos».

 

Hay una tendencia de los periodistas a ofrecer un perfil de la Fundación Gates como organización benéfica imparcial en vez de como una estructura de poder.

 

A lo largo de los años, los reporteros han investigado los aparentes puntos ciegos en lo que respecta al modo en que los medios informan sobre la Fundación Gates, si bien este tipo de reportajes reveladores han disminuido últimamente. En 2015, Vox publicó un artículo que estudiaba lo acrítica que era generalmente la  amplia cobertura mediática en torno a la Fundación —cobertura que se mantiene a pesar de los numerosos expertos y académicos que alertan sobre la misma-. Vox no incluyó las donaciones benéficas a las agencias como factor condicionante ni mencionó el hecho de que Bill Gates fuera editor invitado a principios de ese mismo año durante un mes en The Verge, filial de Vox. Aun así, este medio planteó cuestiones críticas sobre la tendencia de los periodistas a ofrecer un perfil de la Fundación Gates como organización benéfica imparcial en vez de como una estructura de poder.

Cinco años antes, en 2010, CJR publicó una serie en dos partes que analizaba, en parte, los millones de dólares que recibía el programa PBS NewsHour [21], el cual en ningún caso informaba de forma crítica sobre Gates.

En 2011, el Seattle Times mostró su preocupación [22] por cómo la financiación de la Fundación Gates puede obstaculizar al periodismo independiente: «Para llamar la atención sobre los asuntos que le interesan, la Fundación ha invertido millones en programas de formación para periodistas. Financia estudios sobre cómo elaborar de forma más efectiva el mensaje en los medios. Los grupos de expertos financiados por Gates producen hojas informativas para los medios y artículos de opinión para los periódicos. Las revistas y las publicaciones científicas reciben dinero de Gates para publicar estudios de investigación y artículos. Los expertos formados en los programas financiados por Gates escriben columnas que se publican en medios como The New York Times o The Huffington Post, a la vez que los portales digitales desdibujan la línea entre el periodismo y la propaganda».

Dos años después de que se publicara el artículo, el Seattle Times aceptó una importante suma de la Fundación Gates para un proyecto de reportajes sobre educación.

Estas publicaciones ofrecieron pruebas convincentes sobre la influencia editorial de Gates, pero no se intentó investigar el alcance total de la repercusión financiera de la Fundación en el cuarto poder [23]. (Para que nos hagamos una idea, 250 millones de dólares es el dinero que Jeff Bezos pagó por el Washington Post).

Melinda y Bill Gates durante un viaje a la India en 2011. Foto: Bill and Melinda Gates Foundation.
Melinda y Bill Gates durante un viaje a la India en 2011. Foto: Bill and Melinda Gates Foundation.

Cuando Gates da dinero a las redacciones, delimita cómo se debe usar ese dinero, normalmente para temas como la salud global o la educación, a los que se dedica la Fundación, lo que contribuye a fomentar los objetivos de su programa en los medios.

Por ejemplo, en 2015, Gates donó 383.000 dólares al Poynter Institute, una autoridad con amplio reconocimiento en ética periodística (y socio puntual de CJR) y los asignó a «la mejora de la fiabilidad de los medios a nivel mundial en lo relativo a sus declaraciones sobre salud global y desarrollo».

La vicepresidenta ejecutiva superior de Poynter, Kelly McBride, afirmó que el dinero de Gates se destinó a sitios web de «verificación de  información» (fact-checking) en los medios, como Africa Check, y señaló que «está absolutamente segura» de que en este trabajo no se reveló ningún sesgo ni punto ciego, aunque admitió que no la había revisado personalmente.

Encontré dieciséis ejemplos en los que Africa Check [24] examinaba declaraciones de los medios sobre Gates. Estos ejemplos parecen, sin duda, apoyar o defender abrumadoramente a Bill y Melinda Gates y su fundación, la cual ha invertido miles de millones de dólares [25] en labores de desarrollo en África. El único ejemplo que encontré en Africa Check en el que cuestionasen mínimamente a sus mecenas fue cuando un trabajador de la Fundación tuiteó un error estadístico, afirmando que cada 60 segundos muere un niño por la malaria, en vez de cada 108.

Africa Check declara que volvió a recibir otro millón y medio de dólares de Gates en 2017 y 2019.

«Nuestros donantes o colaboradores no influyen sobre las declaraciones que verificamos… ni las conclusiones a las que llegamos en nuestros informes», declaró al CJR Noko Makgato, director ejecutivo de Africa Check. «En todos los hechos que verificamos que puedan concernir a nuestros  inversores incluimos una nota informativa para el lector».

A principios de este año, McBride añadió la editora pública NPR a su lista de tareas como parte de un contrato entre NPR y Poynter. Desde el año 2000, la Fundación Gates ha entregado a la NPR 17,5 millones de dólares en diez donaciones benéficas, todas ellas destinadas a la cobertura de los temas de salud y educación mundiales a los que se dedica Gates específicamente.

La NPR informa ampliamente sobre la Fundación Gates. Para finales de 2019, según un portavoz, esta había mencionado a la fundación más de 560 veces en sus reportajes, incluyendo 95 veces en  Goats and Soda, el  «blog sobre salud global y desarrollo» del medio, el cual financia el propio Gates. «La financiación de los patrocinadores corporativos y donantes filántropos es independiente del proceso de toma de decisiones editoriales de la redacción de NPR», añadió el portavoz.

En ocasiones, la NPR también ha sido crítica con la Fundación Gates. El pasado septiembre, informó [26] sobre la decisión de la Fundación de otorgar un reconocimiento humanitario al primer ministro indio Narendra Modi, a pesar de los pésimos antecedentes de Modi en cuanto a derechos humanos y libertad de expresión. La noticia tuvo una gran repercusión mediática, un episodio de mala publicidad poco frecuente para Gates.

El mismo día, la Fundación ocupó otro titular de NPR: «La Fundación Gates afirma que el mundo no va por buen camino para conseguir su objetivo de erradicar la pobreza en 2030». Esta noticia citaba únicamente dos fuentes: la Fundación Gates y un representante del Centro para el Desarrollo Global, una ONG financiada por Gates. Es difícil no apreciar la falta de independencia en los enfoques. Bill Gates es el segundo hombre más rico del mundo y sería razonable considerarlo un símbolo de la desigualdad económica, pero la NPR lo ha transformado en una autoridad moral sobre la pobreza.

 

Bill Gates es el segundo hombre más rico del mundo y sería razonable considerarlo un símbolo de la desigualdad económica, pero la NPR lo ha transformado en una autoridad moral sobre la pobreza.

 

Teniendo en cuenta el gran papel que desempeña Gates en la financiación de la NPR, tendría sentido que los editores pidieran a sus reporteros que buscasen fuentes económicamente independientes de Gates o que incluyesen otras que aportasen puntos de vista más críticos. (Muchos de los artículos sobre Gates no lo hacen,  por ejemplo, pinchar en estos 6 enlaces : aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí) [27]. Del mismo modo, la NPR podría  buscar un cierto grado de independencia de Gates rechazando las donaciones que estuvieran destinadas a informar sobre sus temas favoritos.

Incluso cuando la NPR informa de forma crítica sobre Gates, parece seguir un guion. En febrero de 2018, la NPR publicó un artículo titulado «Bill Gates aborda “preguntas difíciles” en torno a la pobreza y el poder». Estas «preguntas difíciles» que le planteó la NPR en el cuestionario estaban basadas, mayormente, en una lista creada por el propio Gates, que ya las había respondido en una carta publicada en la página web de su fundación. Sin ninguna intención irónica, el periodista Ari Shapiro le preguntó: «¿Cómo anima a la gente a que sea sincera con usted, aun a riesgo de que pierdan a su financiador?». En la entrevista, Gates afirmó que las voces críticas están expresando sus inquietudes y que la Fundación las escucha.

En 2007 el LA Times publicó [28] una de las únicas series de investigación crítica con la Fundación Gates, parte de la cual estudiaba las dotaciones de fondos de la Fundación a empresas que perjudican a aquellos a quienes afirman ayudar, como las empresas chocolateras vinculadas con la explotación infantil. Charles Piller, el reportero jefe de esta serie, afirma que durante la investigación realizó grandes esfuerzos para lograr respuestas por parte de la Fundación Gates.

Piller declaró: «La mayor parte de veces no estuvieron dispuestos a comprometerse conmigo. Tampoco lo estuvieron para responder a las preguntas y, en general, para la mayoría de los artículos, se negaron  a responder en modo alguno, excepto lo mínimamente necesario». «Eso suele ser muy típico en las grandes empresas o agencias gubernamentales: esperar a que cualquier asunto controvertido que haya salido a la luz en un reportaje tenga vida útil limitada y puedan volver a sus negocios como de costumbre».

Al preguntarle por la escasez del periodismo crítico sobre Gates, Piller afirma que la financiación que ofrece la Fundación puede dar lugar a que las redacciones busquen otros objetivos. «Creo que se estarían engañando a sí mismos al insinuar que esas donaciones a sus organizaciones no influyen en las decisiones editoriales» —declara-, «así es como funciona este mundo».

Dos periodistas que han investigado a Gates más recientemente citan lo que parecen ser intentos más explícitos de la Fundación por ejercer su influencia editorial.

En su publicación para De Correspondent, los periodistas independientes Robert Fortner y Alex Park estudiaron las limitaciones y las consecuencias inadvertidas de los incansables esfuerzos de la Fundación Gates para erradicar la polio. En el Huffpost [29], los dos periodistas mostraron cómo la enorme financiación de Gates para iniciativas de salud global ha trasladado los planes de ayuda globales hacia los propios objetivos de la Fundación (como la erradicación de la polio) y los ha alejado de otros asuntos, como la preparación ante emergencias para dar respuesta a brotes de enfermedades, como la crisis del Ébola. (Este narrativa se ha desvanecido en el ciclo de noticias actual sobre la COVID-19, ya que los medios de comunicación desde el LA Times [30] hasta PBS [31] o STAT [32], han retratado a Gates como un líder visionario en pandemias).

Durante el transcurso de los reportajes sobre estos dos artículos de Fortner y Park, la Fundación pasó por encima de ellos y buscó reunirse con sus editores. Los editores de ambas publicaciones afirman que esto les hizo plantearse si Gates intentaba influir en la dirección editorial de las mismas. «Han esquivado nuestras preguntas y han intentado socavar nuestra cobertura», declara Park.

Durante la investigación de Park y Fortner para De Correspondent, la jefa del equipo de comunicaciones sobre polio de Gates, Rachel Lonsdale, hizo una oferta poco usual al editor de ambos, escribiéndole: «Normalmente preferimos mantener una conversación telefónica con el editor de la publicación que contrata a los trabajadores autónomos con los que estamos comprometidos, tanto para comprender bien cómo podemos ayudar con dicho proyecto en concreto como para formar una relación a largo plazo que vaya más allá del encargo independiente». Este medio afirma que rechazó la propuesta porque podría, potencialmente, comprometer la independencia y la integridad de su trabajo periodístico.

En un comunicado, la Fundación declaró que Lonsdale «estaba gestionando las relaciones con los medios de forma normal, como parte de sus funciones de directiva superior de programas. Como ya escribimos a Tim en diciembre de 2019, al igual que muchas organizaciones, la fundación cuenta con un equipo interno que se dedica a las relaciones con los medios y cultiva relaciones con periodistas y editores para así poder servir de fuente de información y facilitar una cobertura exhaustiva y fiel de los temas que nos conciernen».

Park afirma que sus editores respaldaron su trabajo en ambos artículos, pero no subestima los esfuerzos de la Fundación por «abrir una brecha entre nosotros y la publicación, si bien no para ejercer su influencia directamente, pero sí para lograr una vía de hacerlo más adelante».

Fortner, por su parte, expone que evita, en general, ofrecer artículos a medios de comunicación financiados por Gates, por el conflicto de intereses que esto representa. «La financiación de Gates, para mí, hace que este proceso no pueda llevarse a cabo de buena fe», añade.

Fortner, que firmó el artículo de CJR de 2010 [33] sobre la financiación del periodismo por parte de Gates, publicó por su cuenta la continuación [34] de este en 2016 en el que analizaba cómo la financiación de Gates no siempre se desvela en las publicaciones de noticias, incluyendo 59 artículos de este tipo que el Centro Pullitzer on Crisis Reporting [35] financió parcialmente con el dinero de Gates. Dicho centro también se negó a decirle a Fortner cuáles fueron los 59 artículos financiados por Gates.

Si la información crítica sobre la Fundación Gates es rara, en el «periodismo de soluciones» es totalmente inexistente; es una nueva tendencia periodística que se centra en las soluciones para los problemas, en vez de solo en los problemas. Esta orientación más optimista ha atraído el patrocinio de la Fundación Gates, que ha invertido 6,3 millones en la Solutions Journalism Network (SJN, por sus siglas en inglés: «Red de Periodismo de Soluciones») [36] para la formación de periodistas y financiación de proyectos de reportajes. Gates es el principal donante de la SJN, ya que suministra cerca de un quinto de la financiación vitalicia que requerirá la organización. La SJN declara que más de la mitad de este dinero se ha repartido como subdonaciones, entre otros, al Education Lab, su proyecto en común con el Seattle Times.

La SJN admite en su página web que «existen potenciales conflictos de intereses inherentes» al aceptar financiación filantrópica para llevar a cabo el periodismo de soluciones, según puntualizó su cofundador David Bornstein en una entrevista. «Si haces reportajes sobre salud global o educación y escribes sobre modelos interesantes, es muy probable que la organización que estas cubriendo esté recibiendo dinero de la Fundación Gates, ya que básicamente abarca cualquier rincón con sus donaciones y es el principal financiador en esas dos áreas». Cuando le preguntaron si podía dar ejemplos de reportajes de la SJN que fueran críticos con Gates, Bornstein se molestó con la pregunta. «La mayoría de los artículos que financiamos son sobre acciones para solucionar problemas, así que no suelen ser tan críticos como lo es el periodismo tradicional», declaró.

Este es el caso también con el tipo de periodismo que Bornstein y la cofundadora de la SJN, Tina Rosenberg, producen para The New York Times. Como escritores encargados de la columna de opinión Fixes («soluciones», en castellano), ambos han retratado positivamente los programas de educación, agricultura y salud global financiados por Gates a lo largo de los años sin desvelar que trabajan para una entidad que recibe millones de dólares de Gates. En 2019, por ejemplo, la columna de Rosenberg exaltó en dos ocasiones el World Mosquito Project («Proyecto Mundial de Mosquitos»), cuya página de patrocinador aterriza en una imagen de Bill Gates.

«Dejamos clara nuestra relación con la SJN en cada columna y los patrocinadores de la SJN están recogidos en nuestra web, pero es cierto que, cuando escribimos sobre los proyectos que reciben la financiación de Gates, deberíamos especificar que la SJN recibe fondos de Gates también», explicó Rosenberg en un correo electrónico. «Nuestra política a partir de ahora con The New York Times será de mayor claridad y nos aseguraremos de ser transparentes».

En un rápido repaso a la columna Fixes, he descubierto quince ocasiones en las que los escritores mencionan explícitamente a Bill y Melinda Gates, a su fundación o a las organizaciones financiadas por Gates. Bornstein y Rosenberg declararon que pidieron a sus editores del Times si podían añadir -aunque con retraso- declaraciones de financiación en varias de sus columnas, pero también mencionaron seis de estas que no consideraban que requerían declaraciones. La reseña de Rosenberg de 2016 sobre Bridge International Academies [37], por ejemplo, indica que Bill Gates ayuda personalmente a financiar el proyecto. Los escritores alegan que el vínculo de la SJN es con la Fundación Gates, no con el propio Bill Gates, por lo que no tienen que declarar nada. «Es una diferencia importante», afirmaron Rosenberg y Bornstein en un correo electrónico.

Después de meses de que Bornstein y Rosenberg manifestaran que pedirían a sus editores añadir declaraciones financieras a sus columnas, estas permanecen aún sin corregir. Marc Charney, editor jefe del Times, afirmó que no estaba seguro de si el periódico iba a añadir o cuándo añadiría las declaraciones, aludiendo dificultades técnicas y otras prioridades de la redacción.

Del mismo modo, la NPR declaró que añadiría una declaración  de su patrocinador a un artículo que publicó en 2012 sobre la Fundación Gates, pero no llegó a hacerlo. (La NPR añade este tipo de declaraciones en la mayoría de sus artículos sobre Gates).

El hecho de declarar en detalle la financiación de Gates no impide que esta conlleve cierta parcialidad. Asimismo, la financiación de Gates, por sí sola, no explica por qué gran parte de la cobertura mediática que recibe la fundación es positiva. Incluso algunos medios sin lazos económicos visibles con Gates -la Fundación no está obligada a declarar todo el dinero que dona al periodismo, lo que hace imposible que sepamos hasta dónde llegan sus inversiones- tienden a informar positivamente sobre la misma. Esto puede deberse a que las extensas donaciones a lo largo de décadas de Gates han ayudado a influir en la difusión de una determinada narrativa más amplia de su labor, a. Así como al hecho de que los medios siempre, y ahora especialmente, están buscando héroes.

 

Una preocupación mayor que se cierne es el precedente que establece la cobertura predominante de Bill Gates sobre la forma en que se va a informar sobre la siguiente generación de multimillonarios tecnológicos convertidos en filántropos, entre los que están Jeff Bezos y Mark Zuckerberg.

 

Una preocupación mayor que se cierne es el precedente que establece la cobertura predominante de Bill Gates sobre la forma en que se va a informar sobre la siguiente generación de multimillonarios tecnológicos convertidos en filántropos, entre los que están Jeff Bezos y Mark Zuckerberg. Bill Gates ha demostrado cómo el más controvertido capitán de la industria tecnológica puede transformar a la perfección su imagen pública de villano tecnológico a benevolente filántropo. En la medida en que los periodistas deben supuestamente examinar a fondo la riqueza y el poder, Gates debería ser una de las personas más investigadas de la tierra, no una de las más admiradas.

 

 

El trabajo llevado a cabo para este artículo ha sido posible gracias al apoyo de una beca de la Alicia Patterson Foundation.

 

 

Rectificación: la versión anterior de este artículo se refería a una inversión realizada por la Fundación en una empresa, CureVax. El nombre de dicha empresa es, en realidad, CureVac.

 

 

Notas de la traducción

[1] National Public Radio, más conocida como NPR, es una organización de medios estadounidense sin fines de lucro que produce programación para una red nacional de más de mil estaciones de radio pública en los Estados Unidos.

[2] Su fundador, Eli Broad, es un empresario multimillonario y filántropo estadounidense. A junio de 2019, Forbes clasificó a Broad como la 233ª persona más rica del mundo y la 78ª persona más rica de los Estados Unidos, con un patrimonio neto estimado de  6,7 mil millones de dólares.

[3] Escuelas chárter: se trata de un proyecto apoyado por varias fundaciones, entre ellas la de Eli Broad, mencionada anteriormente, para convertir la mitad de las escuelas públicas de Los Ángeles en escuelas financiadas con dinero público pero gestionadas independientemente, exentas de sindicatos y no sujetas a la reglamentación laboral que rige en las escuelas públicas. Este proyecto cuenta con la oposición de los sindicatos del profesorado.

[4]  LA Times (Los Angeles Times) es un periódico de circulación diaria publicado en Los Ángeles, California, y distribuido en los estados de occidente de este país, propiedad de Tribune Company.

[5] Empresario multimillonario, copropietario de Koch Industries, un conglomerado de empresas estadounidenses con numerosas filiales dedicadas a la fabricación, comercio e inversiones, que se estima que dan como ingresos anuales unos 100.000 millones de dólares. Es, según Forbes, la segunda empresa privada más grande del país, después de Cargill.

[6] El Poynter Institute for Media Studies es una escuela de periodismo sin fines de lucro y organización de investigación ubicada en St. Petersburg, Florida. La escuela es propietaria del periódico Tampa Bay Times y de la Red Internacional de Verificación de Información.

[7] The Daily Caller es un medio muy conservador, con base  en Wahsington DC, que publica noticias y opiniones en Internet. Fue fundado por el presentador de Fox News Tucker Carlson y el experto político Patel en 2010. Se lanzó como respuesta de corte conservador a The Huffington Post. Ha publicado a menudo historias falsas y artículos de supremacistas blancos, como Jason Kessler y Peter Brimelow.

[8] https://www.vox.com/future-perfect/2020/2/11/21133298/bill-gates-melinda-gates-money-foundation

[10] Es bastante ilustrativa la definición de Wikipedia sobre esta organización: «El Pulitzer Center on Crisis Reporting es una organización de medios de comunicación estadounidense establecida en 2006 que patrocina “informes independientes” sobre temas globales que otros medios de comunicación están menos dispuestos o no pueden emprender por su cuenta». (El entrecomillado es nuestro).

[11] La National Press Foundation es una organización de periodismo estadounidense centrada en programas educativos para periodistas y en la entrega de premios por sus logros. Todos los programas son gratuitos para los becarios aceptados y con gastos cubiertos. Todos los premios consisten en  dinero en efectivo.

[12] International Center for Journalists es una organización profesional sin fines de lucro ubicada en Washington D.C.  que promueve el periodismo en todo el mundo. Desde 1984, este centro internacional de periodistas ha trabajado directamente con más de 70.000 periodistas de 180 países.

[13] Leo Burnett Worldwide es una de las agencias publicitarias más importantes del mundo.​​ Desde el año 2002 forma parte de la multinacional Publicis Groupe.

[14] Artículo relacionado: «Cuando nos ofrecen dinero, escuchamos».

[15] https://www.theguardian.com/theguardian/1999/aug/25/guardianleaders1

[16] Las empresas de fact-checking, verificación de la información o verificación de datos se encargan de comprobar si las noticias que publican los medios de comunicación o las cadenas de mensajes que circulan por las redes sociales son veraces o no.

[17] Se expresan dudas sobre la efectividad del tratamiento sobre la malaria, e incluso se apunta que pudiera ser nocivo: https://www.nytimes.com/2008/03/04/health/04mala.html. Sobre este punto, es importante conocer que la OMS  ha admitido que la vacuna respaldada por Gates causó un reciente brote de poliomielitis en África, ver este artículo reciente: https://fort-russ.com/2020/09/major-who-admits-gates-backed-vaccine-caused-recent-polio-outbreak-in-africa/.

[18] Richard Horton, editor de The Lancet, una revista médica británica muy influyente, afirmó vía twiter que «la obsesión de Bill Gates con la polio estaba distorsionando prioridades en otros sectores críticos de la Fundación». La salud mundial no depende de la erradicación de la polio.

[19] Una investigación de The nation ilustra los riesgos morales que rodean a la empresa caritativa de 50.000 millones de dólares de la Fundación Gates.

[20]  Proyecto de financiación para reportajes innovadores sobre desarrollo dirigido por el Centro Europeo de Periodismo.

[21] PBS NewsHour es un programa diario estadounidense de televisión sobre noticias que se emite a través de 350 emisoras. Está en antena siete noches por semana y es conocido por su cobertura en profundidad de temas y sucesos de actualidad.

[22] https://www.seattletimes.com/seattle-news/does-gates-funding-of-media-taint-objectivity/

[23] «Cuarto poder» es la expresión que hace referencia a los medios de comunicación en cuanto a sector dotado de gran poder o influencia en los asuntos sociales y políticos de un país. Se comenzó a emplear el término en el siglo XIX en gobiernos y sus representantes, se colocó junto a los tres poderes del Estado: el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial.

[24] En este sitio se reseña que esta empresa de verificación de información, basada en Sudáfrica y fundada en Londres en 2012, recibe el 11 % de su financiación de la Fundación Gates.

[25]  La Fundación Gates invertirá 5.000 millones de dólares en Africa en los próximos cinco años (2016 a 2021). 

[26] El premio humanitario de la Fundación Gates a Modi de la India  provoca indignación.

[27] https://www.npr.org/2019/08/05/747610085/in-seattle-a-move-across-town-could-be-a-path-out-of-poverty

https://www.npr.org/sections/health-shots/2012/08/15/158874028/bill-gates-crowns-toilet-innovators-at-  sanitation-fair

https://www.npr.org/sections/health-shots/2010/01/gates_foundation_pledges_10_bi.html

https://www.npr.org/sections/health-shots/2013/03/25/175258772/gates-foundation-says-its-time-for-a-snazzier-condom

https://www.npr.org/sections/health-shots/2012/08/08/158447235/why-is-the-worlds-largest-foundation-buying-fake-poop

https://www.npr.org/sections/health-shots/2010/06/07/127540888/gates-foundation-pledges-1-5-billion-to-child-and-maternal-health

[28] Nubarrones sobre las buenas obras de Bill Gates.

[29] Bill Gates no te salvará del próximo Ebola.

[30] En 2015, Bill Gates predijo una epidemia que mataría a millones de personas. Aquí está lo que dice ahora: https://www.latimes.com/entertainment-arts/story/2020-04-13/coronavirus-bill-gates-ellen-degeneres-ted-talk.

[31] Bill Gates,explica dónde la pandemia COVID-19 causará más daño. El milmillonario y filántropo que hizo sonar la alarma profética hace cinco años sobre la amenaza de una pandemia global y habló de la necesidad de más capacidad para pruebas y vacunas en la lucha contra el corona virus.

[32] Atención: en un momento de  inspiración profética, Bill Gates instó a Trump a invertir en la preparación para una pandemia hace dos años.

[33] En este artículo se exploran  las implicaciones de la red cada vez más grande y compleja de asociaciones de medios de la Fundación Bill y Melinda Gates. Esta parte trata de una asociación entre PBS NewsHour y la Fundación Gates formada en 2008. La segunda parte, que se publicará mañana, examinará una asociación con The Guardian, periódico británico, anunciado en septiembre, y otra con ABC News anunciada el miércoles.

[34]  ¿Por qué se  puede llegar a pensar como Bill Gates sobre la salud global?

[35] Es bastante ilustrativa la definición de Wikipedia sobre esta organización: «El Pulitzer Center on Crisis Reporting es una organización de medios de comunicación estadounidense establecida en 2006 que patrocina “informes independientes” sobre temas globales que otros medios de comunicación están menos dispuestos o no pueden emprender por su cuenta». (El entrecomillado es nuestro).

[36] The Solutions Journalism Network (SJN)  es una organización sin ánimo de lucro, independiente, que aboga por el periodismo de soluciones, un modelo basado en evidencias para las respuestas a los problemas sociales.

[37] Bridge International Academies es una red privada de escuelas con fines de lucro y una “empresa social” que comenzó en Kenia en 2007. Bridge tiene como objetivo garantizar que más niños tengan un mayor acceso a una educación de calidad.

 

 

Fuente: Tim Schwab (21 de agosto de 2020). «Journalism’s Gates keepers», 
en Columbia Journalism Review. 
Traducido para Umoya por María Usua.

 

 

 

 

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