RUANDA | Maliciosa interferencia de Ruanda en la nominación de Laure Uwase para una comisión parlamentaria belga

Laure Uwase. Foto: Courtesy (recuperada por The New Times).
Laure Uwase. Foto: Courtesy (recuperada por The New Times).

El martes 6 de agosto de 2020, el Parlamento belga designó una comisión parlamentaria especial para indagar en el pasado colonial de este país. Algunos opinan que esta iniciativa surge a raíz de las protestas por el caso de George Floyd y el movimiento internacional Black Lives Matter. Laure Uwase, una joven abogada ruandesa-belga, afiliada  al  Brussels’ Bar [n.t.: colegio de abogados de Bruselas], figura entre los miembros nominados a formar parte de esta comisión. Dicha candidatura levantó de inmediato una furiosa ola de difamaciones e intimidaciones contra su persona orquestadas por el mecanismo propagandístico [1] del Frente Patriótico Ruandés (FPR) y por el parlamento ruandés. Sus atacantes la tildan de negacionista y alegan que es defensora de una ideología genocida. Este tipo de acusaciones inciertas pero extremadamente perjudiciales son las que  ha utilizado siempre el FPR contra cualquier persona ruandesa o extranjera que se muestre crítica con sus políticas o sus actos.

Es importante resaltar que en 1994, Laure Uwase era apenas una niña de dos años. Una niña que dependía de su familia y que no tenía idea de lo que estaba sucediendo a su alrededor, mucho menos de que se estaba cometiendo un genocidio. Con algún tipo de ayuda divina, mientras millones de ruandeses murieron, ella sobrevivió. Cabe preguntarse si no estaría destinada a cumplir un propósito en particular. En Bélgica encontró una comunidad de la cual se nutrió y que la ayudó a superar los innumerables traumas que había sufrido. Finalmente, emergió como una experta consagrada en la región de los Grandes Lagos. En este artículo queremos analizar los motivos que se esconden detrás de los ataques de que está siendo objeto. Ataques que, a la vez, están exigiendo al parlamento belga que reconsidere la composición actual de dicha comisión.

 

1. Laure Uwase tiene una posición crítica con el régimen del FPR

En medio de la disputa desencadenada por su nombramiento, todo parece indicar que Laure Uwase es víctima de su compasión por los ruandeses . No ha hecho más que sumar su voz a la de esos que, como ella, están intentando contar al mundo la difícil situación que asola a sus compatriotas. Judi Rever en su libro En alabanza a la sangre: los crímenes del Frente Patriótico Ruandés [2], cuenta que «el FPR nunca ha puesto fin a la violencia. Kagame asesinó antes del genocidio. Asesinó durante el genocidio. Y ha seguido asesinando  después del genocidio (durante 26 años y aún continua). El apoyo desmersurado de Occidente no ha hecho más que alimentar la sensación de impunidad del régimen». Uwase aprovecha su experiencia para su trabajo de abogada, el cual se centra en las vidas de los supervivientes de estos crímenes dentro o fuera de Ruanda.

El contexto descrito es el único marco que permite comprender los rumores del FPR sobre el caso de Uwase. Inevitablemente, siendo una mujer hutu con una excelente formación académica y también una férrea voz crítica del régimen del FPR, era de esperar que el hecho de ser seleccionada para dicha comisión le granjeara el escándalo desatado en Ruanda. Todo este panorama se enmarca en lo que los ruandeses desde siempre han identificado como una política discriminatoria hacia los hutu, pero que rara vez es percibida como tal por extranjeros que no conocen mucho de la política ruandesa.

Uwase desarrolla su trabajo como abogada en el seno de la Jambo asbl [3] una asociación compuesta principalmente por jóvenes belgas de origen ruandés. Los líderes y la mayoría de sus miembros llegaron a Bélgica a una edad muy temprana. Crecieron preocupándose cada vez más por la situación de los graves abusos contra los derechos humanos que se cometían en Ruanda y en la región de los Grandes Lagos, así que decidieron tomar las riendas del destino en sus manos y comenzaron a expresar públicamente sus opiniones. Estas opiniones lograron arrojar alguna luz sobre la verdad que los patrocinadores del FPR habían ocultado deliberadamente. Y las verdades que salieron a la luz sacudieron los cimientos del FPR, construidos claramente sobre mentiras.

 

2. La política del FPR de hacer la vida imposible a los hutu dentro del país y en el exilio

El general James Kabarebe y otras personalidades destacadas del FPR, como Jean Leonard Dukuzumuremyi y el doctor Jean Damascene Bizimana, de la asociación IBUKA [4] para los supervivientes tutsi y la CNLG (Comisión Nacional de la Lucha contra el Genocidio) respectivamente, llevan años advirtiendo públicamente a los tutsi de que deben defender sus conquistas. Como una estrategia para lograrlo, les han dado órdenes de acosar, intimidar y perseguir a los hutu de todas las formas posibles y de hacerles imposible la vida tanto dentro del territorio nacional como allí donde hayan encontrado refugio.

Además de esta política criminal dirigida desde arriba y que tiene como objetivo a los hutu en todas partes, es difícil saber la cifra de víctimas que no están registradas ni declaradas. A lo largo de los años, son numerosos los casos de refugiados hutu que han sido asesinados, cuyas propiedades han sido destruidas y sus carreras irremediablemente interrumpidas por agentes ruandeses en cualquier país donde se hubieran asentado, ya fuera Malaui, Zambia, Congo-Brazzaville, la República Democrática del Congo o cualquier otro sitio.

El caso del doctor Munyakazi Leopold [5], quien fue profesor en una universidad de Estados Unidos, es un ejemplo de estas historias de acoso a los hutu en el exilio. Por más que lograran escapar de la adversidad, al final volvían de nuevo a ser víctimas del régimen del FPR. En 2016, con la ayuda de las autoridades de los Estados Unidos, Munyakazi fue enviado de vuelta a Ruanda por la fuerza, torturado y encarcelado. En 2018 fue condenado a nueve años de prisión acusado de revisionista. Durante años, los hutu que sobrevivieron al genocidio de 1994 y sus postrimerías han vivido en un permanente estado de terror orquestado por el régimen del FPR como estrategia para perpetuar su posición en el poder. Hoy es Laura Uwase, ayer fueron los jóvenes belgas de origen ruandés que eran candidatos a ocupar cargos políticos locales, mañana aparecerá otro caso similar.

 

3. Continuación del falso relato sobre la historia contemporánea de Ruanda

La versión oficial de la historia reciente de Ruanda se caracteriza por sostener que en el genocidio de 1994 murieron únicamente los tutsi y que los hutu que murieron durante ese período eran moderados simpatizantes de las víctimas tutsi o que fueron víctimas colaterales de la guerra. Es importante señalar que, desde 2018 y con el respaldo de sus grupos de  presión externos, Ruanda renombró esa tragedia de 1994 como un genocidio solo de tutsi, a pesar de que al principio fue llamado genocidio ruandés cuando se creó el Tribunal Penal Internacional para Ruanda [6].

Paul Kagame, acompañado de parte de su ejército. Foto: DESC-WONDO.
Paul Kagame, acompañado de parte de su ejército. Foto: DESC-WONDO.

Lo más sorprendente es que, en abril de 2020, los Estados Unidos, el Reino Unido y Japón, países que normalmente estaban de acuerdo con la versión oficial, al menos en público, impugnaron la intención del régimen del FPR de ignorar o borrar las víctimas hutu de la tragedia más sangrienta que ha vivido la historia de ese país. La embajadora estadounidense en las Naciones Unidas, Kelly Craft, dijo que «los Estados Unidos han mostrado su preocupación por que los cambios realizados en el texto, que comienza en el 2018 y se extiende hasta la actualidad, reducen el foco de la resolución al genocidio solo contra los tutsi de Ruanda y no recogen plenamente la magnitud de la violencia cometida contra otros grupos. Durante el genocidio fueron asesinados muchos hutu y miembros de otros grupos, incluyendo aquellos que fueron asesinados por oponerse a las atrocidades que se estaban cometiendo. No honrar y recordar a estas víctimas presenta una visión incompleta de esta oscura página de la historia».

La insistencia del FPR en que solo los tutsi murieron durante el genocidio ruandés de 1994 supone una cuestión política fundamental con graves y perjudiciales consecuencias políticas para la mayoría hutu, cuyas víctimas se han ignorado hasta el momento. La discriminación que han estado sufriendo desde entonces es el resultado de esa posición asumida por la élite tutsi que gobierna en Ruanda. La polémica en torno a Uwase se inscribe en la línea de esas orientaciones, de excluir a los hutu en la medida posible de la vida de la nación.

 

4. La presunción de ignorancia atribuida al parlamento belga

En 2019, el parlamento belga aprobó una ley contra la negación del genocidio, ampliando su competencia internacionalmente contra todos los crímenes de lesa humanidad. Según las publicaciones de Lydie Ujeneza en su página de Facebook, el parlamento ruandés, mediante sus acciones y sus ataques a Uwase de negar presuntamente el genocidio, presupone la incompetencia del parlamento belga para evaluar la personalidad y el currículum de uno de los miembros de la comisión especial.

Si esa presunción de ignorancia que recae sobre el parlamento belga no representa en sí misma un presunto insulto a la competencia de dicha institución, el modo de proceder, especialmente en cuanto a la respuesta oficial a esa imputación, determinará en qué manera la nación belga defiende sus prerrogativas y obligaciones públicas para con sus electores.

 

5. El silencio sobre otros problemas nacionales de importancia

Desde el comienzo de la pandemia de la COVID-19 a principios de marzo de este año, el parlamento ruandés ha permanecido en completo silencio sobre muchos asuntos importantes de la nación, hasta el punto de que la gente comenzó a preguntarse si no se habría disuelto sin dar ninguna clase de información respecto a su inactividad. Dicho silencio no se debe precisamente a que falten problemas cruciales que pongan en riesgo la vida de los ruandeses.

Entre las cuestiones que no se han abordado durante el período de la pandemia se encuentran los siguientes:

  1. la demolición de viviendas de los pobres en Kigali;
  2. las ejecuciones extrajudiciales de las fuerzas policiales;
  3. la violación de 13 mujeres en Bannyabe por soldados del FPR [7]  y la paliza pública a una mujer en Musanze por funcionarios locales;
  4. el encarcelamiento de periodistas, incluyendo a Cyuma Hassan Niyonsenga;
  5. la detención prolongada y sin medidas de seguridad de infractores en relación con la COVID-19;
  6. la hambruna de la población a causa del confinamiento;
  7. los encarcelamientos y desapariciones de políticos de la oposición;
  8. el cierre de las fronteras del país; y
  9. la prohibición del kinyarwanda [8] en el programa escolar de la escuela primaria.

El parlamento no elegido pero designado por el FPR considera que estos problemas son insignificantes. Sin embargo, juzgó necesario oponer resistencia al nombramiento de Laure Uwase, aunque fuentes fiables han confirmado que, al parecer, los miembros del parlamento no fueron convocados a discutir y tomar una decisión sobre este asunto. Esto significa que alguna otra organización actuó en su nombre. En última instancia, toda esta historia orquestada en nombre del parlamento ruandés pone en evidencia la naturaleza de la dictadura de Kagame cuando se trata de preservar el statu quo de su poder.

En conclusión, es evidente  que la designación de Laure Uwase como miembro de la comisión especial del parlamento belga ha destapado complejas cuestiones en relación con el descontento público mostrado por el FPR. Basta leer entre líneas para comprender los motivos que empujaron a todos los canales del régimen del FPR al borde de sus nervios y a oponerse a dicho nombramiento. Teniendo en cuenta las políticas discriminatorias que Kagame les ha impuesto a los ruandeses desde el principio, aceptarlo sin la indignación pública de Kigali no habría parecido lógico. La actitud de Kigali es coherente con la línea oficial de su política. Cualquier opinión diferente habría sido perjudicial.

En vez de valorar a Laure Uwase como lo mejor que podría emerger de una tragedia humana de las proporciones que tuvo  el genocidio ruandés, el parlamento de Ruanda optó por alinearse con los extremistas del FPR para empañar la brillantez de una de las hijas de esa nación, por cuya capacidad y experiencia fue seleccionada para formar parte de la comisión especial belga que investigará sobre el pasado colonial de ese país.

El balón está ahora en el terreno del parlamento belga. ¿Se replanteará la designación de Laure Uwase para esta comisión especial, considerada por el presidente del parlamento belga, Patrick Dewael, como una variación de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación posapartheid en Sudáfrica? Hacerlo y plegarse a la demanda del parlamento ruandés solo cuestionará y pondrá en peligro su independencia de criterio y su soberanía.

 

 

Notas de la traducción

[1]  Fue designada entre diez expertos científicos por un comité especial en la cámara belga de representantes.

[2] Título original: In Praise of Blood: The Crimes of the Rwandan Patriotic Front. Es un trabajo sorprendente de investigación que ha llevado a cabo la periodista canadiense Judi Rever, quien ha arriesgado su propia vida para brindarnos una historia profundamente perturbadora del genocidio ruandés que nos da la verdadera medida del jefe de estado Paul Kagame.

[3]  Esta asociación fue creada en octubre de 2020 y tiene un sitio Internet de información sobre la actualidad concerniente al África de los Grandes Lagos, en general, y a Ruanda, en especial.

[4] La primera sesión de esta Comisión Especial se celebró el 5 de octubre de 2020 en Bruselas. «Una de estas asociaciones, IBUKA, a nuestro pesar, ha rechazado colaborar con nosotros por la composición del grupo de expertos y más precisamente por mi presencia», afirma Laure Uwaze, una abogada belga de origen ruandés, especialista en la región de los Grandes Lagos y miembro del grupo de expertos. «Como persona, puedo decir que lo siento mucho porque estaba deseando  trabajar con ellos. El colectivo de Burundi también se retiró después de la primera reunión por las mismas razones. Por lo tanto, invitamos a la comisión a escuchar realmente a las personas que se negaron a colaborar con nosotros. Creemos que todas las voces deben ser escuchadas», agrega.

[5] Ver este artículo: «Ruanda, la dinastía Clinton y el caso del doctor Léopold Munyakazi».

[6] https://es.wikipedia.org/wiki/Tribunal_Penal_Internacional_para_Ruanda

[7] The Rwanda Defence Force (las Fuerzas Ruandesas de Defensa es el ejército nacional ruandés).

[8] El kinyarwanda es una de las cuatro lenguas oficiales de Ruanda (junto con el inglés, el francés y el kiswahili) y es hablada por la mayoría de la población nativa. La hablan casi doce millones de personas, en Ruanda, la parte oriental de la República Democrática del Congo y ciertas zonas del sur de Uganda.

[9] En julio de 2020 los líderes de los partidos políticos belgas, con la excepción del nacionalista Vlaams Belang, aprobaron establecer una comisión parlamentaria, «La Comisión», para examinar el pasado colonial Belga, sobre todo en el Congo. El alcance de la Comisión puede ceñirse al brutal régimen de Leopoldo II, entre 1885 y 1908, o puede extenderse a todo el período del pasado colonial. En Bélgica se enseña a los estudiantes de los colegios que Bélgica ayudó a civilizar el continente africano y esta falta de formación sobre este asunto ha sido decisiva para impedir cualquier forma de desagravio hasta ahora. El hecho de anunciar recientemente la creación de esta comisión refleja no solo el reconocimiento de que se han cometido agravios sino también la intención de expiar dichos actos siempre que la comisión cumpla.

 

 

Fuente: «Ambrose Nzeyimana. Rwanda’s malicious interference in the Laure Uwase’s 
nomination to a Belgian parliamentary commission», en Rising Continent.

Traducido para Umoya por Marlys Estrada.

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