RD CONGO | Lumumba decía: «Si hay que morir, moriremos». ¡Hace ya 60 años!

Patrice Lumumba.
Patrice Lumumba.

En menos de dos meses [A] el Congo-Kinsasa celebrará los 60 años de su independencia formal. Es imprescindible volver sobre esta historia para sacar lecciones y compartirlas con las generaciones jóvenes.

Pocos días después de la independencia formal de nuestro país, Katanga se hundía en la secesión. Lumumba y Kasa-vubu quisieron hacer todo lo posible para ponerle fin antes de que Kasaï fuese el siguiente. Más tarde, el titubeo del Consejo de Seguridad de la ONU contribuyó a su consolidación.

 

Lumumba quiere ser un insumiso

Teniendo en cuenta el juramento del jefe del Estado en la Cámara para salvaguardar la integridad territorial y el hecho de que ambos tuvieran cuentas que rendir ante el país, Lumumba, como buen jefe de Gobierno, quiso dirigirse a Katanga junto con Kasayubu para informarse de la situación. En base a su compromiso político, no tiene miedo a la muerte. Así lo confiesa: «Si hay que morir, moriremos. Teníamos que dirigirnos a Katanga como responsables de la nación…» (Lumumba citado por J. CHOME, L’ascension de Mobutu. Du sergent Joseph Désiré au général Sese Seko [1], Bruselas, Complexe, 1974, pág. 41).

No tener miedo a la muerte a menudo lleva a asumir riesgos cuando se trata de servir a una causa noble. Esto puede causar miedo e irritación en aquellos que, para someter a sus semejantes y convertirlos en esclavos, despiertan en ellos el miedo a la muerte. Por otra parte, Lumumba quiere ser un insumiso. De hecho, Lumumba y Kasayubu van a correr el riesgo de viajar de pie en un avión de paracaidistas, sin asientos. «Ya en la escala de Kamina, los militares belgas y muchos civiles europeos que se encontraban en la llanura habían tratado al presidente de la República y al primer ministro de ‘macacos’» (ibídem, pág. 41-42). ¡Qué desprecio!

Apoyando la independencia de Katanga, esos militares solo aceptaron que el avión aterrizara en Elisabethville (Lunumbashi) ante la insistencia del piloto al mando. Ese avión tendrá que volver rápidamente a Leopoldville (Kinsasa). ¿Por qué? «Porque, según declaró Lumumba, Katanga era independiente, ellos decían que el jefe de Estado y el primer ministro no pueden poner un pie allí» (ibídem, pág. 42).

Este episodio está repleto de enseñanzas. La buena voluntad, el valor y el deseo de Lumumba y Kasayubu de ser responsables ante la nación no son suficientes; les debilita el hecho de depender de los medios materiales de otros. Están en un contexto en el que el desprecio y el racismo van de la mano del militarismo en una provincia donde la secesión es parte del control de una empresa multinacional en las tierras congoleñas.

 

La alianza cívico-militar con las fuerzas populares

Esta situación no se puede tomar a la ligera. Muestra de sobra la solidez de la alianza entre el racismo, el materialismo y el militarismo. También mostrará hasta dónde pueden llegar un jefe de Estado y un gobierno en lo relativo al respeto de los principios, el deber y la admisibilidad.

A fin de cuentas, de cara al titubeo de la ONU respecto al envío de tropas para reprimir la secesión en Katanga y Kasaï, el gobierno de Lumumba pedirá al general al mando, Lundula, que se ocupe de ello. Su jefe dará esa orden tomando una resolución basada en esta convicción: «A los estadounidenses, a los rusos y a todo el mundo les digo que África seguirá siendo África y que no hay nada más que un camino para que prospere: la consolidación de su unidad» (Lumumba citado por ibídem, pág. 54).

De hecho, «cuando el gobierno de Lumumba dé la orden de atacar al general jefe, Lundula, la secesión de Kasaï del Sur acabará en cuarenta y ocho horas y las fuerzas gubernamentales entrarán en el norte de Katanga, donde se unirán con las fuerzas populares alentadas por Balubakat, apoderándose de los pequeños territorios del sur de la provincia, feudo de la Unión Minera y de Moïse Tshombe y barriendo, sin oponer resistencia, el régimen de los vendidos, instaurado desde hace varias semanas bajo la protección de un ejército extranjero» (ibídem, pág.55).

¿Quién ha hecho posible esta victoria? La elección realizada por el gobierno de Lumumba a nivel de la fuerza pública. Las mejores tropas, las más fieles de Kivu y Kasaï, han sido implicadas en la preparación de la operación. Su unión con las fuerzas populares también debe tenerse en cuenta. Las mejores tropas y las más fieles han hecho una alianza cívico-militar con las fuerzas populares. De ahí que hayan vencido.

 

Insumisión, valor y perseverancia

Como decía, este episodio está repleto de enseñanzas. La insumisión, el valor de ir a conciencia en busca de la muerte por una causa noble, la determinación de los gobernantes, el respeto de principios, el sentido de la admisibilidad, la elección de los mejores (o la meritocracia), la alianza cívico-militar para defender la integridad del territorio, etc. son todas las lecciones que pueden sacarse de ahí. La insumisión, el valor y la perseverancia pueden ser provechosos en la defensa de una causa noble.

Así, pueden ser interpretados como una afrenta a los hegemonistas y costar muchas vidas humanas, sobre todo, donde las relaciones de poder son injustas, donde estos hegemonistas son fuerzas dominantes. Sin embargo, estos valores sustentados por un panafricanismo de los pueblos, la inversión en «el capital humano» para la «creación de los mejores», un ejército africano profesional y alianzas estratégicas razonables pueden formar parte del renacimiento congoleño y africano.

Hablando con los padres y madres de la independencia del país, sería conveniente que estas lecciones pudieran enseñarse a las generaciones jóvenes. Les ayudarán a comprender por qué ellos tienen ese «estatus». A pesar de sus límites, han luchado para poner en marcha y conservar esta independencia.

 

 

Nota de la traducción:

[1] Este libro no se ha traducido al español. El título sería: La ascensión de Mobutu. Del sargento Joseph Désiré al general Sese Seko.

 

 

Nota de la edición:

[A] La República Democrática del Congo se independizó de Bélgica el 30 de junio de 1960. En el primer párrafo de este artículo se realiza la siguiente referencia temporal: «en menos de dos meses», porque se publicó originalmente el pasado 3 de mayo.

 

 

Fuente: Jean-Pierre Mbelu (3 de mayo de 2020). « S’il faut mourir, nous mourrons », 
disait Lumumba. Il y a 60 ans déjà !, en Ingeta.

Traducido por Cristina Martínez para Umoya.

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