RD CONGO | Asuntos de actualidad e historia (económica)

Paisaje de la RCD. Foto: Kudra Abdulaziz (Pixabay).
Paisaje de la RCD. Foto: Kudra Abdulaziz (Pixabay).

«Los selfis del pensamiento» en Congo-Kinshasa, su fijación en la inmediatez, causan daños horribles en el debate ciudadano congoleño. Conlleva «una derrota de la razón» dañina para nuestro futuro colectivo. Crea disonancia y simplemente no favorece un espacio adecuado para un debate ciudadano más o menos sano, sin insulto, sin vulgaridad, sin desprecio del trabajo de la inteligencia.

Es cierto. Bastantes de nosotros vivimos con creencias transformadas en convicciones inamovibles. Para ellos, basta que «uno de nosotros» esté «a cargo» para que la magia funcione en el corazón de África. Desde que está allí, la historia pierde su importancia informativa.

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Lo que ocurre en el Congo habría podido evitarse

Un ejemplo. La aplicación de los Programas de Ajuste Estructural (PAE) impuestos al Congo-Kinshasa por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 1986, a través de Kengo como intermediario, había hundido al país en una miseria indescriptible. ¿Por qué? Quien dice PAE dice control de la economía en un país tercero por «los asesinos a sueldo» del fundamentalismo del mercado.

Un país cuya economía es controlada por los demás pierde su soberanía y no logra gestionar adecuadamente sus gastos públicos, necesarios para cumplir con su deber de proteger los derechos sociales, económicos, políticos, culturales y medioambientales de su pueblo. La aplicación de los PAE produce la precariedad de la mayoría y el enriquecimiento del 1 por ciento de «nuevos círculos transnacionales de poder» y de «negros» al servicio de las Instituciones Financieras Internacionales (IFI).

Cuando los míos y yo escribimos al respecto, somos tratados como palurdos. Y ahora que «Fatshi béton» [apodo del presidente de la República Democrática del Congo] se ha arriesgado en ese camino, precariza ya al país. Incluso parece que se le ha pedido que reduzca su presupuesto. En cuanto a la austeridad que conlleva la previsible precariedad, la RFI (Radio Francia Internacional) es la que habla, aunque parezca relativizar el asunto. ¿Cómo podrá responder al «pueblo» sin dinero? A base de creer que los asuntos considerados de actualidad están aislados de la historia, están encerrados en la inmediatez dañina para su tratamiento en profundidad.

Sin embargo, lo que pasa y va a pasar en nuestro país habría podido evitarse si «nuestros gobernantes» se hubieran tomado la molestia de informarse ante el Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas (CADTM), acerca de Joseph Stiglitz o de un «asesino financiero» como John Perkins.

Este americano que ha trabajado con el FMI conoce la peligrosidad y ha escrito un libro como «un denunciador». Ha grabado un vídeo sobre la manipulación de la economía de los países terceros a manos de las Instituciones Financieras Internacionales. Da testimonio del interior de las instituciones. Lo que hoy vive el Congo-Kinshasa puede leerse a través de comentarios de lectores de su libro titulado Confesiones de un asesino financiero. «Los selfis del pensamiento» ya no parecen tener nada que ver con «los libros» y la historia de las IFI en bastantes países del mundo. Los selfis de los apretones de manos entre los responsables de estas IFI (criticados por el CADTM, Joseph Stiglitz, John Perkins, Susan George, Eric Toussaint, etc.) convencen a los compatriotas fanáticos, que tocan los tambores y aplauden sus efectos «mágicos» positivos en la economía del país y en los territorios de soberanía que dependen de él. ¡Eza pasi! ¡Eza mawa!

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Pasados que no pasan

Un segundo ejemplo. Se trata del enriquecimiento ilícito durante el reinado de la «Kabilie» [entorno cercano del anterior presidente de la RDC, Joseph Kabila]. Dos informes muy bien detallados nos han puesto al corriente de esto en un pasado reciente. Enough Project fue incluso más lejos comparando el sistema de la «Kabilie» con el régimen leopoldiano (nuestro libro titulado Demain, après Kabila es muy explícito respecto a ello).

Y ¡voilà! Desde su exilio, Jean-Jacques Lumumba volvió al país atacando a Gécamines. Sin embargo, Gécamines no es más que un árbol que esconde el bosque de la red transnacional de depredación, cuya misión es hacer del país de Lumumba un espacio sujeto a sus dictados.

Los ejemplos pueden multiplicarse. Estos dos han sido elegidos para ayudar a entender que es imposible ayudar al Congo-Kinshasa a salir del pozo sin fondo en el que se encuentra contentándose con «los selfis del pensamiento». Los asuntos de actualidad se entienden mejor cuando la historia en la que tienen sus raíces es mínimamente estudiada, conocida y compartida por un mayor número de personas. La red de depredación que opera en el Congo-Kinshasa se describe bien en el Informe Kassem de 2002. Algunos de sus miembros todavía forman parte de las instituciones que influyen en la región de los Grandes Lagos de África. No, no podemos no «husmear en el pasado». Y más aún cuando hay pasados que no pasan.

 

 

Fuente: Jean-Pierre Mbelu (6 de febrero de 2020). 
«Les questions d’actualité et l’histoire (économique)», 
en Ingeta.

Traducido por Cristina Martínez Hueso 
Universidad de Salamanca) para Umoya.

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