El presidente ruandés Paul Kagame: un auténtico falso panafricanista

Paul Kagame y Donald Trump. Foto: La Tribune Franco-Rwandaise.
Paul Kagame y Donald Trump. Foto: La Tribune Franco-Rwandaise.

Comunicado del Grupo Iniciativa Francia-Ruanda (GIFR)

Cierta juventud africana francófona, machacada por los medios de comunicación occidentales al servicio del gobierno ruandés, suelen considerar al presidente Paul Kagame como un panafricanista comprometido. Su hostilidad hacia Francia, sus demoledoras declaraciones y las estruendosas rupturas de las relaciones diplomáticas entre Ruanda y Francia, han dado del peso más pesado de Ruanda la falsa imagen de un panafricanista progresista preocupado por defender los intereses del continente negro. Sin embargo, la realidad es muy diferente.

 

El supuesto panafricanismo de Paul Kagame no es más que una patraña

Paul Kagame es un jefe de Estado al servicio de los intereses de las potencias occidentales que le ayudaron a llegar al poder en Ruanda. Algunos actos, de entre tantos otros, son suficientes para demostrar que el supuesto panafricanismo de Paul Kagame no es más que una patraña.

Un panafricanista, creemos nosotros, no masacra a sus compatriotas, como así hace sin escrúpulos Paul Kagame. De hecho, desde la guerra civil ruandesa de 1990, desencadenada desde Uganda contra Ruanda, hasta la toma del poder del Frente Patriótico Ruandés (FPR), las tropas de Paul Kagame han ido masacrando de forma sistemática a la población civil que encontraban a su paso. Esto dio lugar a que no cesaran las olas de refugiados. Estos fueron perseguidos en Ruanda y en la República Democrática del Congo, la por aquel entonces denominada Zaire.

Un panafricanista no debería empeñarse constantemente en desestabilizar estos dos países hermanos africanos, cosa que Paul Kagame hace sin reparo. Entre 1996 y 1997, bajo la bandera de la Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación del Congo, liderada por Laurent Désiré Kabila, el ejército de Paul Kagame invadió la actual RDC y masacró indiscriminadamente a refugiados ruandeses y población congoleña.

Entre 1998 y 2002, Ruanda invadió la RDC por segunda vez, hecho que provocó la muerte de millones de ciudadanos congoleños. Se habla de seis millones de víctimas.

Mediante el expolio masivo de los recursos naturales perpetuado en este país hermano, Ruanda se ha convertido en el principal exportador de oro, diamantes y coltán. Cuenta con la complicidad de las multinacionales occidentales que se encargan de comercializar los productos de estos saqueos.

Entre 2004 y 2009, Ruanda lideró, armó y dirigió una rebelión del Movimiento 23 de Marzo (M23) que destruyó y arrasó la RDC. Denunciado por la comunidad internacional, Paul Kagame moderó sus actividades subversivas, pero exigió y consiguió que los integrantes de este grupo rebelde se unieran al ejército congoleño. Gracias a este subterfugio, siguió controlando el este de la RDC y expoliando los recursos de la región, protegiendo y asegurando la logística de otros saqueadores enviados por los países que le ayudaron a tomar el poder.

El 27 de agosto de 2013, Paul Kagame amenazó públicamente con matar a su homólogo tanzano, el presidente Jakaya Kikwete, quien le sugirió que negociara con los rebeldes ruandeses asentados en el este de la RDC.

En mayo de 2015, Kagame controló y alentó un intento de golpe de Estado contra su homólogo de Burundi, el presidente Pierre Nkurunziza.

¿Y qué hay del reciente cierre de fronteras entre Ruanda y Uganda por decisión personal y unilateral de Kagame, dos países que se supone que comparten el mismo destino dentro de la Comunidad de África Oriental? ¿De eso va el panafricanismo?

Un panafricanista, creemos nosotros, no debe hacer rancho aparte y pasar totalmente de las resoluciones aprobadas por la Unión Africana y/o sus instituciones. Paul Kagame prefiere satisfacer a sus «amos» occidentales que escuchar a sus homólogos africanos. Varios hechos explicados a continuación pueden corroborar esta afirmación.

El 20 de marzo de 2003, los Estados Unidos de George Bush invadieron Irak sin que Naciones Unidas diera el visto bueno. La Organización para la Unidad Africana, excepto Paul Kagame, se opuso a esta intervención.

En 2011, mientras toda la Unión Africana proponía una solución en Libia, solo la Ruanda de Paul Kagame apoyó la intervención occidental que llevó a la caída y al asesinato de Gadafi, seguido del caos indescriptible que se desató en este país, el cual continúa hasta hoy día.

En 2015, justo antes de que la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (CADHP) se reuniera para atender una denuncia que se había interpuesto en contra de Ruanda, el régimen de Kagame anunció su retirada de la declaración que permitía a los ciudadanos ruandeses presentar denuncias directamente ante este tribunal, antes de cambiar de opinión bajo la presión de las organizaciones internacionales de derechos humanos. De hecho, en la práctica, el gobierno ruandés nunca ha aceptado implementar las decisiones de la CADHP. Esta actitud demuestra el desprecio y la falta de respeto del presidente Kagame y de su régimen por los organismos de la Unión Africana, de la que Ruanda es miembro fundador.

Más recientemente, el 17 de septiembre de 2019, Paul Kagame emitió un demoledor comunicado en el que pedía la salida de Sudáfrica de la Unión Africana después de que este emitiera unas órdenes de detención internacionales contra dos agentes de Kagame acusados de asesinar al ex jefe del servicio secreto ruandés, el coronel Patrick Karegeya. ¿Podría ser esta la explicación?

Visto todo lo anterior, desde el Grupo de Iniciativa Francia-Ruanda pensamos que un jefe de Estado africano que masacra a sus conciudadanos, que invade los países vecinos y mata a sus poblaciones, que expolia sus riquezas, que desestabiliza a todos los países de los Grandes Lagos africanos y que ignora las decisiones y resoluciones de las instituciones africanas no puede ser considerado un panafricanista.

Que el gobierno de Kagame acoja a miles de migrantes africanos para frenar la llegada de estos a Europa no cambia nada. El acuerdo financiero secreto entre el régimen de Kigali y ACNUR y la UE dista mucho de ser un acto humanitario. Toda esta sucesión de acontecimientos demuestra que su principal objetivo es, más que poner fin a la inmigración africana, ayudar a la Unión Europea.

Por tanto, los africanos en general y, especialmente, los jóvenes deben saber que, a pesar de lo que pueda aparentar, el presidente Paul Kagame no está al servicio de los africanos, sino de las potencias occidentales que le han permitido llegar al poder y le han ayudado a escaquearse de la justicia internacional tras los numerosos crímenes perpetrados por su régimen, responsables de la muerte de millones de africanos en Ruanda y en la República Democrática del Congo.

Podemos concluir diciendo que Kagame es la voz y el brazo armado de sus amos occidentales en África. Es todo menos panafricanista, dado su comportamiento con su pueblo y los demás pueblos de África, a los que no duda en traicionar para servir a los intereses de las potencias extranjeras.

 

 

Fuente: Le Groupe d'Initiative France-Rwanda (GIFR) 
(11 de octubre de 2019). "Le président 
Paul Kagame, un vrai-faux panafricaniste", 
en La Tribune Franco-Rwandaise.

Traducido por Umberto López Rodríguez para Umoya .

Una respuesta a “El presidente ruandés Paul Kagame: un auténtico falso panafricanista”

  1. Entonces, cabría preguntar, sobremanera a los desconocedores de la historia de este ‘matarife’ y/o de esos jóvenes, digamos que desorientados, del país en que gobierna: ¿para qué coño sirve la ONU? y también a los que se nutren de ese pesebre súper abastecido (ONU): ¿Qué coño pintáis ahí, malnacidos?

    La ONU como proyecto no está mal, en la práctica no sirve a los fines para los que fue fundada. Y cuando una ‘cosa’ no sirve para aquello que se la ‘utiliza’, se la elimina o reforma en profundidad. Pero… ¿Quien le pone el cascabel a ese gato? ¿Quiénes deberíamos acabar con la moneda como factor de intercambio a fin de acabar con las odiosas deudas que empobrecen a tantísimas naciones y matan a millones de seres humanos, mientras que unos pocos fascistas se enriquecen acumulando capital a costa del resto social?

    El “Proyecto Venus” preconiza una “Economía basada en recursos”, tecnológicamente súper desarrollada (en vez de frenado el desarrollo tecnológico por quienes tienen el contador puesto en empresas robadas por las privatizaciones, cuyo interés es el del lucro sin límites a costa de retener esclavizada a la humanidad a sus intereses  plutocráticos), y al igual que yo (o yo al igual que ellos), sin que medie la moneda como factor de intercambio (tal y como he visto en algunos documentales Zeitgeist Addendum dignos de ser tenidos en consideración).

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