Oscuras actividades de la embajada de Ruanda en Bruselas

« Los servicios belgas de inteligencia han sido informados de la existencia de escuadrones de la muerte, ruandeses, en Europa », esta frase, pronunciada por el jefe de los servicios de información belgas en junio de 2018, fue el desencadenante de una amplia investigación por parte de la redacción de Jambonews. Durante cerca de un año, de Bruselas a Kigali pasando por París, nos hemos interesado por las redes de información y seguridad ruandesas en Europa, a las que las autoridades belgas designan como “escuadrones de la muerte”. Hemos tenido la ocasión de ponernos en contacto con una decena de individuos implicados directa o indirectamente en esas redes ruandesas de información opacas.

Aceptaron hablar con nosotros y contarnos los pormenores de las oscuras actividades llevadas a cabo bajo la coordinación de la embajada de Ruanda en Bruselas. Su anonimato ha quedado preservado por razones de seguridad. Lo que sigue es el resultado de las indagaciones y de las conversaciones de Jambonews con esas personas.

En 2014, bajo el impulso de las autoridades políticas y militares de Kigali, los servicios de inteligencia pusieron en pié una red de seguridad e información en Bélgica. Este proyecto fue llamado “Intervention Group”. A lo largo del año, el embajador en Bruselas de la época, Robert Masozera, mantuvo varias reuniones en las que fueron dibujados el perfil, el funcionamiento y los objetivos de esta “Intervention group”. El general-major Jack Nziza confió este proyecto al teniente-coronel Franco Rutagengwa y al brigadier-general Francis Mutiganga. El primero era el jefe de la Directorate Military Inteligence (entidad convertida en Defense Intelligence Department) y el segundo era el responsables de los servicios de inteligencia exteriores en el seno de la National Inteligence Security Services; los dos hombres tomaron en mano el proyecto.

El “Intervention Group” surgió a lo largo de 2014 bajo la forma de un servicio de seguridad e información oficioso por cuenta de las autoridades ruandeses en Europa. Tiene como vocación desplegarse en el conjunto de estados de Europa occidental. Se fija un quíntuple objetivo
– Desestabilizar las actividades y proyectos de la oposición política.
– Llevar a cabo actividades de información en el seno de la comunidad ruandesa en Europa.
– Llevar a cabo actividades de información ante personalidades, así como en el seno de las instituciones y organismos políticos locales e internacionales presentes en Bélgica, que pudieran tener un interés estratégico para Ruanda.
– Proteger a los miembros de la diáspora que apoyan el poder del FPR.
– Garantizar la seguridad de las personalidades y sobre todo la del Presidente ruandés en sus desplazamientos a Europa.

A finales de 2014, una docena de individuos cuidadosamente seleccionados fueron enviados a Ruanda para que recibieran una intensa formación ideológica y militar en materia de información/inteligencia. Entre ellos, Victor Kayumba, Abou Uwase, Gustave Mukunde, Claude Birasa, Claude Muvunyi, Olivier Jyambere, Lewis Murahoneza, Florent Kamanzi y Octave Nyangabo. En torno a esta decena de personas se formó el esqueleto del “Intervention group”. De regreso a Bélgica, estos individuos se fueron estructurando progresivamente.

El grupo se organizó en 3 células: de Movilización, de Finanzas y de Apoyo; la organización logística recayó en esta última. El grupo de intervención lo encabezó Victor Kayumba. Dos personas, Gustave Ntwaramuheto y Eulade Bwitare, asumieron la coordinación general. El primero trabaja en la embajada y el segundo, es un antiguo capitán del APR, un hombre con fama de duro cercano al entorno de Jack Nziza, se presenta como “consultor” de la embajada; buen conocedor de los entresijos de la política belga; se le describe como “un estratega tranquilo y capaz de las peores crueldades”.

Los criterios para el reclutamiento de estas personas son variados, pero la mayoría se caracteriza por compartir la ideología del FPR y de Kagame; aunque a muchos los impulsa los aspectos financieros, los viajes, el estatus social que significa trabajar en un grupo que se encarga de la protección del Presidente”. Hay otros que se unen al grupo por razones más oscuras. Algunos alardean de que se les ha prometido impunidad por su presunta participación en el genocidio contra los tutsi y se consideran intocables por la justicia belga ya que la embajada les ha prometido que les protegerá.

El grupo recibe instrucciones de los duros del régimen: Jacques Nziza, Dan Muyunza, Karenzi Karake, Joseph Nzabamwita, John Gashayija, Ruki Karusis, todos ellos altos oficiales del ejército que ocupan o han ocupado puesto de gran responsabilidad en la policía y en los servicios secretos. Sucede incluso que algunos de estos duros del régimen, a pesar de que pesan sobre ellos un mandato de arresto internacional emitido por la justicia español, viajen a Bélgica para alguna misión especial, aunque lo más frecuente es que Didier Rugina se encargue de ir y venir con los mensajes.

La embajada de Ruanda en Bruselas epicentro de “Intervention group”
Varios miembros trabajan directamente como asalariados de la Embajada; por ejemplo Gustave Mukunde, detenido en Londres en posesión de una arma blanca o Claude Birasa, instigador de la agresión a Peter Verlinden y a miembros de la Jambo ASBL en Amsterdam en octubre de 2015. “Intervention group está pilotado directamente desde la embajada por Gustave Ntwaramuheto desde 2015, cuando sustituyó a Joseph Uwamungu, encargado antes de todo lo relacionado con información y seguridad en la embajada. Ntwaramuheto es un persona muy discreta, alejado de reuniones mundanas, constantemente dedicado a su tarea. Trabaja mucho en el desarrollo de su red. Se trata de una persona cercana a Louise Mushikiwabo , actual secretaria de la Francofonía y antigua ministra de Asuntos Exteriores.

Los pilares de la red

En poco tiempo Gustave Mtwaramuheto ha logrado crear una red de informadores. Honorine Uwamurera es uno de los pilares; conoce muy bien el tejido societario ruandés en Bélgica. Otro pilar lo constituye Patrick Bwito, que ha logrado infiltrarse en los servicios del aeropuerto de Zanventem, lo que posibilita el conocimiento de las listas de pasajeros y el control de idas y venidas de ruandeses. Gustave Ntwaramuheto no duda tampoco en utilizar para misiones especiales a blancos, por ejemplo Jean-François Cahey, quien en una manifestación de opositores ruandeses, en mayo de 2017, se dedicó a saca fotos de algunos manifestantes haciéndose pasar por periodista.
Las oscuras actividades de “Intervention group” exigen bastantes medios financieros. Intervention group llama a la puerta de una asociación sin ánimo de lucro (Rwanda cash) que propone sus servicios de pago y transferencia de dinero entre Ruanda y Bélgica. En 2013 la autoridad belga de servicios y mercados financieros (FSMA) alertó sobre las actividades de Rwanda cash. A pesar de un funcionamiento opaco Rwanda cash ha seguido sus actividades, bajo la dirección de Ramadhani Nsengiyunva y Selemani Niyitegeka.

¿Lobbying o tráfico de influencias?

La línea de separación entre un lobbying legal y el tráfico de influencias se ha hecho inexistente cuando se trata de actividades coordinadas por la embajada ruandesa en Bruselas. La utilización de mujeres para acercarse a altos funcionarios, responsables políticos y económicos belgas es una práctica constante. Hay una lista de mujeres dispuestas. Gustave Ntwaramuheto observa a los hombres que no son insensibles al atractivo físico de mujeres ruandesas.

La embajada no duda en recurrir a medios turbios, como por ejemplo, hacerse con el discurso que el representante de Burundi iba a pronunciar en el grupo de Estados de África, Caribe y Pacífico (ACP), alterar el orden de los discursos, de modo que el diplomático ruandés se expresó antes que el colega burundés y desmontar previamente la argumentación burundesa. En cuanto un ruandés ocupa un puesto interesante en algún organismo, es sutilmente abordado. Basta a veces con la simple seducción y si no se recurre al dinero o al chantaje: amenaza respecto del visado, dificultades en temas inmobiliarios o comerciales en Ruanda, presiones en el capítulo judicial. Se trata de personas útiles que pasan información y prestan pequeños servicios.
En este dispositivo global, el embajador, Amandin Rugira, tiene una influencia pequeña. No es muy respetado ni está al corriente de las actividades llevadas a cabo. Parece que tiene, sin embargo más influencia (se ha enfrentado en algún caso con alguno del grupo por temas disciplinarios) que su predecesor Olivier Nduhungirere, que era más bien despreciado por todos. Problemas de disciplina han provocado la renovación “con sangre fresca” del grupo.

“Escuadrones de la muerte” ruandeses en Europa

En junio de 2018, Guy Rapaille, supervisor de todos los servicios de información, lanzó una verdadera bomba que en su día pasó desapercibida. En una entrevista a Le Soir, reveló que los servicios belgas” han sido informados de la existencia de escuadrones de la muerte ruandeses en Europa. Guy Rapaille deploró sus actividades ilegales en Bélgica: “cuando los servicios secretos extranjeros despliegan sus operaciones aquí, deben informar a los servicios belgas y así sucede con la mayoría de los países, pero hay servicios extranjeros que no lo hacen”. La situación parece preocupante ya que, ayer mismo, el 17 de junio de 2019, Paul Van de Voorde, nuevo patrón de la SGRS, ha situado a Ruanda al lado de China y Rusia en el “top de las prioridades de la información militar belga”.

En agosto de 2015, el periódico flamenco Het Belang van Limburg, reveló que el régimen ruandés trataría de eliminar a disidentes y opositores en Bélgica, por medio de comandos especializados enviados a Bélgica. Revelaba, de paso, que la seguridad belga habría otorgado protección a varias personas, citando concretamente a la periodista canadiense Judi Rever, autora de escritos críticos con el régimen de Kagame. Rever tuvo que desplazarse durante una semana por Bélgica en un mercedes blindado y acompañada por dos agentes. La periodista afirmó que uno de los agentes le comunicó que “Bélgica poseía informaciones serias según las cuales la embajada ruandesa en Burselas constituía una amenaza para mí”.
Otro caso es el de Serge Ndayizeye, periodista de Radio Itahuka, perteneciente al partido opositor Rwanda National Congress (RNC). Se trata de una radio muy crítica y el régimen ruandés ha reclamado varias veces a las autoridades americanas su cierre. En junio de 2017, Ndayizeye, residente en los EEUU se desplazó a Bélgica para cubrir la visita de Paul Kagame a Bruselas. Se constituyó un equipo para eliminarlo durante su estancia bruselense. Todo estaba preparado para hacer creer que se trataba de un arreglo de cuentas. Serge Ndayizeye fue informado por la policía federal belga que le dijo que corría gran peligro y que debía optar por regresar inmediatamente a los EEUU o aceptar su constante protección.

Incidentes al margen de las visitas de Paul Kagame a Europa.

En cada una de las visitas de Kagame a Europa, la Republican Guard, que acompaña al Presidente en sus desplazamientos, llama a “Intervention group”. En mayo de 2018, no menos de veinte miembros de Intervention group se desplazaron de Bruselas a París. Entre ellos, Vicky Kayumba (Jefe del equipo), Florent Kamanzi, Gustave Mukunde, Prosper Rutayisire, Vincent Kabagema, Olivier Berlamont-Kayiganwa, Eric Muhirwa, Felix Rukundo Butera, Clovis Nkubito, Ndekezi Chico, Kennedy Bizimana, Claude Birasa et Lewis Murahoneza. Con ocasión de la visita conjunta de Macron y Kagame al Salón de las nuevas tecnologías en París, casi un centenar de personas fueron reclutadas por los servicios de seguridad ruandeses para vigilar y velar a fin de que la visita se desarrollara sin problemas. Se organizaron equipos mixos entre miembros de Republican Guard e Intervention goup, coordinados por el coronel Migabo Callixte y Tom Gasana.

Al margen de las visitas de Paul Kagame se produjeron varios incidentes. En mayo de 2014, miembros de Intervention group y Republican Guard atacaron a miembros de la oposición y de la sociedad civil reunidos en el Parc Royal de Bruselas. Fueron rodeados, intimidados, y muchos participantes optaron por huir.
El 21 de octubre de 2014, en Londres, con ocasión de una visita de Kagame, un numeroso grupo de manifestantes de origen congoleño fue virulentamente intimidado por miembros de Intenvention group y Republican Guard, coordinados por Innocent Ndacyayisenga. Varios fueron detenidos por los servicios de Scotland Yard.

No es la primera vez que los servicios británicos se enfrentaban a agentes ruandeses. El 13 de mayo de 2011, Norbert Rukimbira, antiguo agente de los servicios secretos ruandeses, fue interpelado en Folkestone por la policía antiterrorista británica y fue expulsado ante la sospecha de que estuviera preparando alguna acción contra dos críticos ruandeses que vivían en Londres.

En octubre de 2015, con ocasión de un Rwanda Day en Amsterdam, miembros de Jambonews y periodistas de la televisión pública flamenca (VRT) fueron atacados y amenazados; a una persona le robaron el móvil; no lograron arrebatar la cámara del equipo de reporteros de la VRT. En este contexto del Rwanda Day, Antoine Niyitegeka, de las FDU-Inkingi, fue golpeado violentamente por 5 individuos dirigidos por Lewis Murahoraneza y Safari Mubenga, de Intervention group.

En junio de 2017, con ocasión de un Rwandan day en Gante, cuando Kagame visitaba Bélgica, varios opositores ruandeses fueron atacados; concretamente el Padre Athanase Nutarambirwa fue agredido y golpeado y le sustrajeron su aparato fotográfico. Mutarambirwa es una persona muy comprometida en la defensa de los derechos humanos en Ruanda. Fue agredido tras una manifestación hostil a la presencia de Kagame en Bélgica. Él y su acompañante fueron atacados por un grupo de Intervention group; entre ellos se encontraba de nuevo Lewis Murahoneza.

“Intervention group”, una milicia ruandesa en plena capital de Europa.

El diccionario Larousse define el término “milicia” como una organización paramilitar ilegal que realiza acciones de comando por cuenta de un movimiento político. “Intervention group posee todos los atributos de una milicia. Esta milicia ha crecido últimamente hasta alcanzar la cifra de casi 100 miembros.

Se estima que en Bélgica hay cerca de 50.000 personas originarias de Ruanda. Si bien parece comprensible que las autoridades ruandesas se interesen por esta comunidad, la naturaleza de las actuaciones de Intervention group son más que preocupantes: tráfico de influencias ante políticos y funcionarios belgas, amenazas, ataques físicos, robos, piratería informática, intimidaciones; los métodos de la red de información puesta en pié por Ruanda en Bélgica son inquietantes.

En Kenia, Uganda o Sudáfrica, las actividades de los escuadrones de la muerte ruandeses ya han perpetrado varios asesinatos. El pasado año fueron dos jóvenes belgas, Thomas Ngeze y Pieter-Jan Staelens, originarios de Brujas, parece que fueron las víctimas y los tribunales belgas han abierto una investigación.

Ya en 2012, el antiguo embajador de Ruanda en Bélgica, Olivier Nduhungirehe, había sido interpelado por la seguridad belga con relación a la “crispación” del régimen ruandés. Su reacción fue “nos importa un bledo la seguridad belga”. ¿Las autoridades belgas comparten esta concepción? A juzgar por su silencio ante la sospechosa muerte de dos jóvenes belgas en Sudáfrica y a juzgar por su inacción ante el desarrollo de una milicia en su territorio, la cuestión merece ser planteada.

Emmanuel Hakuzwimana

Fuente: Oscuras actividades de la embajada de Ruanda en Bruselas

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