“Primavera Africana”: Los Estados Unidos alimentan la guerra civil del “Estado Profundo” del Congo para “frenar” la expansión de China

La “Primavera Africana” parece estar a punto de extenderse a la República Democrática del Congo después de apreciar señales evidentes de que Estados Unidos está avivando la guerra civil del “Estado profundo” para restringir el acceso, hasta ahora ilimitado, de China al cobalto. El probable éxito de esta medida de “contención” no cinética puede generar la oportunidad de devolver dramáticamente su jugada a la “tech arms race” (“carrera armamentista de tecnología”) y potencialmente experimentar un cambio de juego en la Nueva Guerra Fría.

El fracaso de acuerdo del “Estado profundo”

La República Democrática del Congo (RDC, en adelante denominada Congo) acaba de sufrir su primera transferencia “democrática” de poder en sus casi 60 años de historia después de una polémica elección (que muchos espectadores consideran fraudulenta) para que el presidente saliente,

Joseph Kabila, pudiera retener el poder como el “cardenal gris” de un país rico en minerales a raíz de su reciente toma de poder. Continuando con el relato, a Martin Fayulu, el candidato popular anti sistémico de la oposición, se le negó la presidencia tras quedarse en segundo lugar respecto a su rival, Félix Tshisekedi, descendiente de un famoso líder de la oposición, que tomó el poder tras un acuerdo especulado en secreto con el “Establecimiento”, pese a que este acuerdo podría estar a punto de romperse como resultado de la interferencia estadounidense.

El Congo sigue las huellas de Angola

Escribí sobre este “intercambio de poder” hace dos semanas en mi análisis sobre la década de la “Primavera Africana”, que resultó ser ligeramente inferior a una docena de cambios en el régimen no electoral en todo el continente, siendo el Congo uno de los casos más emblemáticos de lo conocido como el golpe de “Estado profundo” que determinó el desarrollo de los últimos acontecimientos allí. Recordando ese artículo, ahora es posible, a la luz de los últimos acontecimientos, preguntarse si el país está comenzando a avanzar siguiendo las huellas del modelo angoleño. En este, un cambio de liderazgo similar sorprendió al nuevo líder del Estado, que se oponía a la esta misma estructura del “Estado profundo”. Este hecho lo llevó al poder en un intento de limpiar la “vieja guardia” y reemplazarla con sus propios leales.

La razón de estas fundadas especulaciones es que Tshisekedi bloqueó inesperadamente la investidura de los senadores recién elegidos del FCC (Frente Común por el Congo), de su coalición aliada de Kabila, alegando que se trataba de elecciones corruptas. También pospuso las elecciones gubernativas para otra fecha posterior, que aún no se ha establecido. Esto sugiere que Tshisekedi se está poniendo en contra de su líder y está intentando tomar el control de las estructuras políticas que el partido de Kabila domina para liberar a su presidencia de su influencia determinante. Curiosamente, los EE. UU impusieron sanciones contra algunos funcionarios electorales hace un mes y también durante el mismo momento en el que el “Daily Maverick” de Sudáfrica lo interpretó como una tentativa americana para inclinar la balanza a favor de su “Estado profundo”.

Este artículo explica el enfoque aparentemente contradictorio de los EE. UU, al reconocer el polémico ascenso al poder de Tshisekedi mientras sancionaba a algunos de los mismos oficiales electorales que lo presidieron, señalando que esto podría ejercer cierta presión en Kabila al cuestionar las victorias parlamentarias de su partido durante las mismas elecciones. El aplazamiento de las elecciones gubernativas podría deberse a una maniobra para evitar que el FCC concentre su control sobre el ala política pública del “Estado profundo” y limitar las posibilidades de Tshisekedi para lograr una política interior y exterior independiente. Debido a estas circunstancias, no sería una exageración afirmar que el Congo está en pleno proceso de una guerra civil de “Estado profundo” que se ve alimentada por los EE.UU.

“Frenar” la expansión de China en el corazón de África

El interés de los Estados Unidos en los asuntos del “Estado profundo” del Congo deriva directamente de su deseo de “frenar” la expansión de China en el geoestratégico corazón de África, desde donde la República Popular de China obtiene prácticamente todo su cobalto, un mineral de tierras raras que es imprescindible para todo tipo de electrónica moderna, desde los dispositivos hasta los misiles. El verano pasado, la “tecnología minera”, uno de los sitios web líderes de la industria, informó de que “la producción china representaba el 58% de la producción mundial de cobalto refinado en 2017 y que se importó el 98% de esta producción, principalmente desde la RDC (República Democrática del Congo)”. Esta situación les ha llevado a cuestionarse si la República Popular de China está tratando de “monopolizar” el recurso del que depende el futuro mundial del desarrollo tecnológico, concretamente la próxima revolución del 5G, que cambiará la vida tal y como la conocemos, pues se ha anunciado la era del “Internet de las cosas” y de los vehículos autónomos, entre otros progresos.

El resultado de esta “carrera armamentista de tecnología”, tal y como lo denominé en febrero, determinará en gran medida los límites de la nueva Guerra Fría en las próximas décadas. Además, teniendo en cuenta que el cobalto es el recurso fundamental que impulsa esta competición y que la mayor parte del suministro mundial de este mineral se localiza en el Congo, este país centroafricano se convierte en un lugar desmesuradamente importante en cuanto a las relaciones internacionales contemporáneas. Por lo tanto, no es ninguna casualidad que Tshisekedi vaya a visitar los Estados Unidos la próxima semana, ya que busca su constante apoyo en el intento para tratar de liberarse del “Estado profundo” de Kabila, aliado de China y responsable del ascenso meteórico en la industria mundial del cobalto durante la última década. Los Estados Unidos están especialmente preocupados por el “cártel del cobalto” que China posee allí y, supuestamente, lo consideran como una amenaza estratégica de máxima importancia.

El viaje de Tshisekedi le supondrá recibir órdenes de sus nuevos patrones extranjeros en cuanto a la manera más efectiva de actuar con respecto a la guerra civil del “Estado profundo” del Congo, que probablemente incluirá algunos elementos de la exitosa Guerra Híbrida de Brasil. El presidente, reconocido internacionalmente, está en posición de iniciar investigaciones acerca de la corrupción que involucren a los miembros del FCC del “Estado profundo”, aliados de Kabila, partiendo de las controvertidas elecciones que podrían, en última instancia, revelar las “pruebas” (ya sean reales, inventadas o mal documentadas) de los casos de corrupción relacionados con China a través de la propia versión del país de la “Operación Autolavado”. Esto, a su vez, podría servir como pretexto para transferir la propiedad de ciertas minas a compañías occidentales, siempre y cuando Tshisekedi pueda reemplazar con éxito las facciones de inteligencia militar del “Estado profundo” de Kabila a favor de China por otras a favor de Estados Unidos, que no resistirían tal panorama.

Guerra híbrida y sanciones

Es más fácil hacer referencia a la estrategia mencionada que llevarla a la práctica, ya que será extremadamente complicado para Tshisekedi liberarse por completo del FCC de Kabila y de los aliados de su “Estado profundo”. Mucho más complicado será remplazarlos por pro-estadounidenses que le ayuden a seguir adelante con sus planes para “frenar” la expansión de China en el panorama descrito. De esta manera, no cabe esperar que se produzcan progresos significativos en este contexto en un futuro próximo, así como tampoco que se consiga tener éxito. Más bien, es importante tener en cuenta la partida final que los Estados Unidos están tratando de conseguir y de prever los métodos más probables que intentarán emplear en el ejercicio del mismo. A pesar de que es complicado jugar con ello y de que puede conducir a un grave retroceso, es probable que algunas de las variables de las Guerras Híbridas del país se instrumentalicen a este efecto.

Para aclarar esta cuestión, realicé un análisis del riesgo integral de la Guerra Híbrida en el Congo hace cerca de tres años, en el que expliqué en detalle los múltiples factores que intervienen en esta historia. Desde entonces, la caja de Pandora se fue abriendo progresivamente. Estados Unidos buscó ejercer presión desde la base para que Kabila convocase elecciones, en las cuales no cambiaría la Constitución para presentarse a un tercer mandato, como muchos habían especulado que intentaría hacer en la campaña previa a la votación. En la actualidad, no hay necesidad de fomentar estos elementos de la Guerra Híbrida para conducir peligrosamente al Estado al borde del colapso, pues el objetivo principal de propiciar una “fase de progresiva transición del liderazgo” (aunque deficiente) ya se había logrado. Además, otra crisis del Congo podría poner en peligro el acceso mundial al cobalto e, inadvertidamente, perjudicar a las industrias estadounidenses y a aquellas de sus aliados, aunque también reportaría daños para China.

Sin embargo, la caja de Pandora todavía sigue abierta y se han liberado algunas fuerzas incontrolables que los Estados Unidos podrían aprovechar en el contexto de la guerra civil del “Estado profundo” del Congo. Los leales a Kabila se concentran, principalmente, en el ala de la inteligencia militar del “Estado profundo”, que es, evidentemente, la más influyente. Sin embargo, podrían ser “eliminados” uno por uno a raíz de la militarización de sanciones selectivas contra ellos, en respuesta a la información publicada en los principales medios de comunicación sobre los presuntos “crímenes” que habían cometido mientras trataban de aplacar disturbios esporádicos de la Guerra Híbrida por todo el país.

Eso podría, a su vez, presionarles en dos sentidos: o bien que cedieran el puesto y/o que condujeran al reemplazo de Tshisekedi, permitiéndole con esto, desmantelar de manera gradual el «estado profundo» de Kabila. Se espera que ocurran algunas firmes oposiciones institucionales hacia estos movimientos. Sin embargo, el presidente confiará sin duda, en su aliado americano para «aconsejarle» sobre qué tiene que hacer, una vez llegado el momento.

La «Ley de la Fragilidad Global» frente a «BRI-Aid»

Todo este análisis descrito previamente, trata la -muy probable- conversación en secreto que Tshisekedi tendrá durante su próximo viaje a EU.UU. Pero también se debe decir que, probablemente, habrá algunas opiniones públicas muy positivas con respecto a esto. EU.UU sabe que debe mejorar su jugada en esta contienda para «conquistar corazones y mentes» en el “Global South” (Hemisferio Sur), y específicamente en África, donde las inversiones de la iniciativa Bel & Road (BRI) de China durante la última década, ha aportado a Beijing un enorme impulso de poder blando en el continente. Viendo cómo ahora el Congo se encuentra justo en el centro de una Nueva Guerra Fría, dada la duradera importancia estratégica de sus significativos depósitos de cobalto, tiene sentido que EU.UU intente expandir su influencia hasta allí a través de los mecanismos sugeridos en el borrador de la “Global Fragility Act” «Ley de Fragilidad Global» independientemente de que el documento sea promulgado alguna vez como ley.

Esto no sólo supondría que EU.UU le otorgue privilegios de preferencia comercial al Congo, así como posibles incentivos fiscales a empresas estadounidenses para invertir en el país; sino que también -casi de manera inmediata- podría iniciar a enviar más miembros de la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) y otros representativos de «ONG» para así poder acelerar la difusión de su influencia por todo el país gobernado por Tshisekedi. El aspecto clave en el que se debe prestar atención es que EU.UU, posiblemente intentará hacer de su nueva influencia algo visible y tangible, de manera que esto beneficie a la mayoría de la gente del país, y con esto, aumente su apoyo hacia Tshisekedi durante este momento tan delicado como el de la guerra civil del «estado profundo» del Congo. Si llegan a la conclusión de que está canalizando la visión anti-sistémica de Fayulu yendo en contra del «estado profundo» de Kabila, a la vez que mejoran sus medios de subsistencia, esto podría dar lugar luego a una labor de auténticas participaciones ciudadanas a su favor. Esto podría asumir la forma de manifestaciones callejeras y otras manifestaciones pacíficas si el “Establishment” (Sistema) comienza a ir vigorosamente contra de él.

Ante la posibilidad de que EU.UU obtenga significativas ganancias de poder blando en un futuro próximo (especialmente si une las fuerzas en este aspecto socio-evolutivo con los aliados del “Reparto de África” de los Emiratos Árabes Unidos, India, Japón y Francia), China necesitará hacer algo más que sólo proporcionar a los congoleños peligrosos trabajos de extracción, y encima mal pagados, si se espera mantener su apoyo en cualquier caso. De hecho, está resultando útil financiar y construir diversos proyectos de infraestructura en el país. No obstante, esto puede resultar insuficiente para competir con sus rivales bajo estas nuevas condiciones. Por lo tanto, esto le vendría bien para revelar lo que ya previamente acuñé como «Bri-Aid», y para poder aportar al país resultados concretos parecidos a la USAID, de forma que puedan obtener el mayor beneficio posible. Es admirable que China piense «a lo grande». Sin embargo, su “descuido” relativo a las «pequeñas cosas» quizás resulte ser su talón de Aquiles si no hace frente a esta deficiencia lo más pronto posible.

Reflexiones Finales.

La Nueva Guerra Fría podría terminar antes de que el mundo la conozca, si EU.UU consigue abrirse camino y tener éxito con su última arriesgada jugada estratégica en el Congo. El «estado profundo» a favor de China de Kabila, está siendo desafiado por Tshisekedi y sus mecenas estadounidenses, con el objetivo aparente de EU.UU de crear las condiciones políticas nacionales mediante las cuales el presidente puede, “de manera plausible”, restringir el acceso, hasta ahora ilimitado de China al cobalto (concedido durante el mandato de Kabila), y por lo tanto, dar un giro a la “tech arms race” (la carrera armamentista tecnológica) a favor de EU.UU. Las consecuencias del posible éxito de estas operaciones clandestinas podrían alterar el curso del mapa geopolítico global de este siglo. Sin embargo, este juego está a punto de comenzar pero su desenlace todavía está lejos de ser cierto.

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Este artículo se publicó originalmente en Eurasia Future.

Andrew Korybko es un analista político estadounidense residente en Moscú especializado en la relación entre la estrategia de Estados Unidos en la Eurasia africana, China’s One Belt One Road global vision of New Silk Road connectivity (la iniciativa de China de la Franja y la Ruta sobre la conectividad de la Nueva Ruta de la Seda), y la Guerra Híbrida.
Es un colaborador habitual del Global Research

Traducido por Brenda Leticia García Castillo, Iria López Gonzales y Elena Spinelli

Fuente: https://www.globalresearch.ca/us-congos-deep-state-civil-war-contain-china/5672826

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