¿Cuál es el futuro del cultivo del algodón en África?

Flor de algodón. Fuente: Pixabay (bobbycrim).
Flor de algodón. Fuente: Pixabay (bobbycrim).

Cuando consultamos páginas como www.journalducameroun.com, vemos que, en Camerún, al algodón le va mal. Por lo menos al algodón que, desde 1974, produce y comercializa la sociedad de economía mixta Sodecoton. El 60% del capital de esta empresa es retenido por el Estado. De hecho, de 2004 a 2010 la producción ha descendido de 222.000 toneladas a 125.000 y el número de productores, de 313.000 a menos de 100.000.

Hay dos razones principales para explicar esta situación catastrófica: el colapso de las finanzas mundiales y el exorbitante coste de los fertilizantes. Para comprar estos fertilizantes, considerados indispensables para la producción, los productores se endeudan enormemente y, cuando entregan su cosecha a Sodecoton, no obtienen más que sumas irrisorias.

Es comprensible que, decepcionados, renuncien al algodón y vuelvan a los cultivos tradicionales: mijo, maíz, sorgo… Desde luego, el gobierno camerunés ha terminado tomando medidas para asegurar el sustento a los agricultores. Además, las finanzas fueron mejores a principios de 2011. Pero cabe temer que la confianza en el futuro del algodón de Camerún se vea minada indefinidamente en los campesinos que esperaban encontrar en él una fuente de ingresos significativos.

No les iría igual si, al igual que Oumarou Gadgéré, se hubieran podido pasar al algodón ecológico de comercio justo. Unas aclaraciones sobre en qué consiste: “écológico” significa que ese algodón debe producirse respetando la salud del productor y del “usuario” (quien compra una camiseta, por ejemplo), y respetando también el medio ambiente: rechazando los OGM, rechazando los insecticidas y pesticidas químicos (muy usados en el cultivo del algodón convencional), rechazando los fertilizantes químicos… Y, en su lugar, empleando insecticidas naturales (el que se obtiene del nimbo de la India, por ejemplo, árbol corriente en África Occidental) para atacar a los parásitos, estiércol orgánico y compost para fertilizar la tierra, rotación de cultivos para evitar el agotamiento del suelo… El término “de comercio justo”, por su parte, hace referencia a las condiciones del productor y, por supuesto, al salario justo que remunera su trabajo.

Oumarou, productor de algodón ecológico de comercio justo, forma parte de una cooperativa. En una entrevista subida a YouTube, nuestro joven agricultor se muestra claramente feliz por cultivar y cosechar un algodón de calidad sometiéndose a las obligaciones del pliego de condiciones, y por ganarse así la vida correctamente. Y exhibe con orgullo una camisa “Mark and Spencer”, ¡confeccionada con la producción de su cooperativa!

Es de suponer: la producción y el comercio de algodón ecológico de comercio justo necesitan una suma considerable de iniciativas, procesos y encuentros. Toda una organización. Con respecto a esto, la que la región de Bretaña ha puesto en marcha junto a la Unión Económica y Monetaria de África Occidental es ejemplar. Estas dos instituciones han decidido trabajar con la ONG suiza Helvétas, que lanzó en 2004 el algodón ecológico de comercio justo en África Occidental (en este caso, lo justo consistía en pagar el algodón bio al doble de lo que se paga el algodón convencional). Invirtieron juntas durante tres años (entre 2007 y 2011) más de dos millones de euros para remunerar, en Mali y en Burkina Faso, a cerca de 5.500 productores, agrupados en cooperativas donde se les forma y acompaña. Para financiar las diferentes etapas de la transformación del algodón: desmotado, hilado y confección de textiles. El mayor interés de este acuerdo era asegurar al algodón ecológico de África mercados estables dentro de la filial bretona del textil: Armor Lux en Quimper, Dolmen en Guigamp, etc.

Este bello ejemplo de cooperación Norte-Sur ilustra lo que convendría lograr para resolver, en África, los graves problemas de desarrollo desigual y de pobreza. Y para que, poco a poco, los países del sur comercialicen en igualdad de condiciones con el norte, sus riquezas y sus producciones. Conforme a sus aspiraciones: Trade. Not aid (“¡Comercio, no ayudas!”).

 

Bibliografía:

Yvergniauxm, A. (noviembre de 2007). “La ética en la economía. Una filial de algodón ecológico de comercio justo entre Bretaña y África Occidental”, en Le peuple Breton.

Poussier, J. L. (29 de septiembre de 2008). “Algodón de comercio justo para los habitantes bretones”, en La Croix.

Gérard, F. (febrero de 2009). “Monsanto al asalto de Burkina Faso”, en Le Monde diplomatique.

 

Fuente: Jean-B. Mer. "Association École pour la Vie", 
en Tokomnbere partna

Traducido por Ainhoa Condominas García para Umoya.

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