La República Democrática del Congo: una empresa dirigida por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas

Entrevista al economista Jean-Claude Maswana

Foto de NN.UU.

Ann Garrison ; 1 de febrero de 2018
Patrice Lumumba, Primer Ministro y héroe de la independencia de la República Democrática del Congo, se hizo famoso, entre otras cosas, por escribirle a su esposa Pauline desde su cautividad en el año 1960, antes de que fuera asesinado: «No estamos solos. África, Asia y toda la gente libre e independiente en cada rincón del planeta estarán de lado de los millones de congoleños que no abandonarán la lucha hasta el día en que no queden colonizadores ni mercenarios en nuestro país». Pero, la pregunta es, ¿Hay alguien hoy en día de lado de los congoleños?

La República Democrática del Congo (DRC) es el corazón de la África Negra. Millones de congoleños han sido brutalmente asesinados, masacrados, esclavizados y privados de sus recursos, así como expulsados de sus hogares desde que la Conferencia de Berlín le otorgara la propiedad del «Estado Libre del Congo» al Rey Leopoldo II de Bélgica en 1885.

Patrice Lumumba, Primer Ministro y héroe de la independencia de la República Democrática del Congo, se hizo famoso entre otras cosas por escribirle a su esposa Pauline desde su cautividad en el año 1960, antes de que fuera asesinado: «No estamos solos. África, Asia y toda la gente libre e independiente en cada rincón del planeta estarán de lado de los millones de congoleños que no abandonarán la lucha hasta el día en que no queden colonizadores ni mercenarios en nuestro país». Pero, la pregunta es, ¿Hay alguien hoy en día de lado de los congoleños?

Hablé con Jean-Claude Maswana sobre las últimas olas de violencia bajo el mandato del actual presidente congoleño Joseph Kabila. Maswana, natural de la República Democrática del Congo, es profesor de economía en la Universidad de Tsukuba en Japón.

Ann Garrison: Profesor Maswana, parece que los congoleños jamás tienen descanso. El 7 de diciembre de 2017, los cascos azules de Tanzania que intentaban mantener la paz en el territorio de Beni perteneciente a la RDC fueron atacados. Quince de ellos murieron y más de cincuenta resultaron heridos. Tras este suceso, en la víspera de navidad el ejército ugandés mandó uno de sus aviones de ataque cruzar el espacio aéreo congoleño para bombardear el territorio de Beni desde el otro lado de la frontera. En la víspera de año nuevo, el ejército congoleño atacó una manifestación pacífica liderada por la Iglesia católica. ¿Hay alguien hoy en día del lado de los congoleños?

Jean-Claude Maswana: La respuesta es no. Los congoleños jamás han tenido a nadie de su lado. Cada cierto tiempo, diferentes organizaciones internacionales y no gubernamentales han aparentado estar del lado de los congoleños pero este apoyo nunca perdura por mucho tiempo. En los últimos 20 años, desde la invasión de la República Democrática del Congo por parte de Ruanda y Uganda, no ha habido instituciones internacionales que hayan mantenido un apoyo estable a los congoleños. De nuevo, la respuesta es «no».

AG: ¿Ni siquiera la Iglesia católica? ¿No es acaso la segunda institución más poderosa de la RDC, donde más de la mitad de la población es católica?

JCM: Ni siquiera la Iglesia católica, que, efectivamente, es la segunda institución no estatal más poderosa de la RDC. El día 31 de diciembre de 2016, la figura de la Iglesia católica fue esencial en el acuerdo entre el presidente Kabila y la oposición. No parecía que por aquel entonces la Iglesia estuviera del lado de la población congoleña De lo contrario, la institución no habría apoyado el acuerdo que indudablemente se posicionaba en contra de la constitución del país y los intereses de la población.

AG: De acuerdo, aclaremos esto último. El mandato de Kabila se extinguía en diciembre de 2016, pero no convocó elecciones y tampoco dimitió. Todo esto conllevó una agitación social y, asimismo, se firmó el acuerdo antes citado. ¿Qué se exponía exactamente en el acuerdo?

JCM: El acuerdo decía que Kabila podía permanecer en el poder con la condición de que convocara elecciones en diciembre de 2017. Sin embargo, en diciembre del año anterior estaba claro que permitir que Kabila prolongara inconstitucionalmente su mandato sería un error descomunal. Las evidencias apuntaban a que Kabila no convocaría dichas elecciones. Aquellos que se opusieron al acuerdo lo tenían claro, pero no ocurrió lo mismo con la Iglesia católica.

AG: Pero después esta lideró la manifestación pacífica de la víspera de año nuevo en Kinsasa y otras ciudades, ¿verdad?

JCM: Eso podría verse como un apoyo al pueblo congoleño. De todas formas, sinceramente, no creo que la Iglesia estuviera posicionándose del lado del pueblo, tal y como debería haber hecho entonces. Tampoco quiero parecer demasiado crítico con esta institución ya que demostró esfuerzos por el país en varias ocasiones y algunos de sus integrantes fueron golpeados por soldados en las primeras filas de dicha manifestación pacífica. No obstante, el objetivo de la manifestación no estaba del todo claro. La Iglesia debió haber mantenido una postura firme contra Kabila y haber pedido su derrocamiento inmediato. Se debió haber deshecho cualquier acuerdo tras saber que, una vez más, este no había convocado elecciones. El objetivo de la manifestación era presionar a Kabila para que llevara a cabo el acuerdo del 31 de diciembre de 2016, pero para entonces ya había fracasado.

AG: Las Fuerzas Militares de la República Democrática del Congo, la Guardia Republicana del presidente y la policía militar se posicionan firmemente contra una población desarmada. Así que, ¿qué otra cosa podría haber hecho la Iglesia católica que organizar una manifestación pacífica?

JCM: Una manifestación pacífica no cambia la situación sobre el terreno. No afecta al equilibrio entre los poderes político y militar. La Iglesia católica podría suponer un gran cambio si dejara de reconocer la legitimidad de la presidencia inconstitucional e ilegal de Kabila. Esto cambiaría el equilibrio de las fuerzas políticas y, por lo tanto, abriría camino a una negociación con el fin de crear un gobierno de transición hasta que fuera posible convocar unas elecciones libres y justas en un periodo de tiempo razonable.
Desafortunadamente, la iglesia dista mucho de reconocer la ilegitimidad de Kabila. Lo que tiene más que satisfecho a Kabila. Asimismo, el equilibrio entre las fuerzas políticas sigue intacto.

AG: Esto resulta muy interesante ya que usted da a entender que otro tipo de manifestación pacífica sería posible.

JCM: Exactamente. Sin embargo, ni la oposición ni la iglesia las están llevando a cabo.

AG: Llegados a este punto, parece que la Unión Europea, Estados Unidos, las organizaciones pertenecientes al Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y China están contentas con el caos en el que se encuentra el país y no se sienten lo suficientemente molestos con la situación como para actuar. Por otra parte, Rusia no parece tampoco estar muy involucrada. Además, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas nunca ha querido reconocer la presencia de Ruanda y de Uganda en la República Democrática del Congo, lo cual, por otra parte, es una completa violación de la soberanía nacional de un país, una situación que, según lo estipulado en la Carta de las Naciones Unidas, debería pararse. Entonces, realmente todo está en manos del pueblo congoleño, ¿verdad? No hay otros jugadores relevantes que quieran participar en este tablero de ajedrez mundial.

JCM: Sí, ciertamente diría que la situación es tal que así, al menos como yo la veo. El pueblo congoleño está solo en su lucha contra Kabila. Rusia, China y los demás poderosos jugadores políticos apoyan a Kabila porque tienen acuerdos comunes en vigor. Incluso diría que hay un acuerdo no hablado entre las diferentes partes para dejar la situación tal y cómo está, a pesar de lo triste que suena esa afirmación.

AG: Entonces todos consiguen los recursos que desean, mientras que los congoleños siguen siendo asesinados y masacrados sin ninguna intervención exterior para apoyarles. El proyecto de las Naciones Unidas, Misión de Fuerzas de Paz las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO), parece manejar la situación por un precio de 100 mil millones de dólares estadounidenses al año, cuya mayor parte es pagada por Occidente. El 7 de diciembre de 2017, tropas armadas vestidas con los uniformes del ejército congoleño atacaron a cascos azules tanzanos, los cuales trataban de llevar a cabo realmente su misión, intentando proteger a la población y parando las agresiones que se sufren en el territorio de Beni, advirtiendo claramente que los verdaderos cascos azules no serían aceptados en la República Democrática del Congo.

JCM: Exactamente. Mi lectura es que lo sucedido con los cascos azules tanzanos comparte los mismos intereses con el asesinato de dos expertos de las Naciones Unidas a principios de 2017. Estos ataques y la adhesión de Kabila al poder forman parte de la misma películadel mismo director. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas pide instintivamente justicia y democracia por estos actos, pero no se hace nada. Nikki Halley, el embajador de Estados Unidos en las Naciones Unidas visitó a Kabila y le advirtió que está obligado a celebrar elecciones en diciembre de 2018.
AG: Como me ha dicho varias veces, no hay instituciones con poder que deseen intervenir a favor del pueblo congoleño y he recordado la historia de la República Democrática delCongo, cuando las fuerzas del rey Leopoldo II de Bélgica cometieron innombrables barbaridades para conseguir el caucho congoleño, así como otros recursos del llamado “Estado Libre del Congo”, el cual fue concedido a Bélgica en la Conferencia de Berlín de 1885. Fue tal la indignación internacional tras la apropiación del país por los belgas, que se creó el Congo Belga. Y, a pesar de que esto no supuso ningún triunfo en contra del colonialismo, la indignación internacional por la situación hizo que finalmente se actuara a favor de los congoleños. ¿Cree que esto sería posible ahora?

JCM: No, no lo creo, pero porque el contexto actual es diferente al anterior. Leopoldo II tenía más poder que aquellos que le dieron la propiedad del “Estado Libre del Congo”. Sin embargo, a diferencia que a Leopoldo II, a Kabila le han asignado una tarea. Intereses internacionales han decidido delegar en Kabila la extracción de los recursos y él está dispuesto a coger su parte de la riqueza del país. Kabila actúa como el presidente de la filial local, controlada por una empresa multinacional mucho mayor y en lo que respecta a sus ejecutivos, Kabila y MONUSCO están haciendo un excelente trabajo en el cumplimiento de su mandato de facto. Nunca importa lo que digan en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en el broadcast de las Naciones Unidas o a través de cualquier medio de noticias de la misma. Esta empresa multinacional ha estado siempre del lado de Kabila desde que empezó a gobernar, diez días después del asesinato de su padre adoptivo, el dócil presidente congoleño Laurent Désiré Kabila, el 16 de enero de 2001.

AG: Así que básicamente el rey Leopoldo II realmente hizo suyo y controló el “Estado Libre del Congo” como un individuo poderoso, mientras que Kabila solo está cumpliendo órdenes de otros.

JCM: Sí, eso es.

AG: Entonces, cualquier indignación internacional debería ir más allá de Kabila y dirigirse hacia las empresas multinacionales que le controlan, lo cual es poco posible que ocurra.

JCM: Exacto.

AG: Antes ha explicado que la única institución que está del lado de los congoleños son los mismos congoleños, los cuales deberán dejar de reconocer a Kabila como su legítimo presidente. ¿Habría alguna posibilidad de que cualquiera de nosotros, personas que nos encontramos horrorizadas al ver esta situación que continúa y continúa, pudiéramos hacer algo para ayudarlos, a pesar de estar lejos del poder?

JCM: Sí, claro. Primero, continúe haciendo lo que hace: difundir información y crear conciencia entre los ciudadanos estadounidenses. El objetivo final sería conseguir que el problema que sufre la RDC llegue a un nivel electoral. Además, transmitir perspectivas diferentes e internacionales al conflicto pueden ayudarnos a hacer crecer nuestro entendimiento de la tragedia en sí, ya que, casi siempre, los más vulnerables y los más victimizados en la RDC son aquellos que no entienden del todo quién está realmente detrás de los hechos, especialmente los autores fuera del país.

AG: La anterior pregunta me hizo recordar algo más: justo antes de la manifestación el día de año nuevo, Kabila cortó las líneas de Internet y de SMS. ¿Ha sido restaurada la conexión?

JCM: Sí, ahora el Internet y los SMS ya funcionan, aunque están controlados. Los sistemas de monitoreo están en vigor y la tecnología es proporcionada por varias compañías que no voy a mencionar ahora. Así es como monitorean todo y, de vez en cuando, revisan de manera aleatoria móviles y otros dispositivos de la población, incluso obligándoles a abrir su cuenta de Facebook o de Whatsapp, por ejemplo.

AG: Esta vigilancia tecnológica se da en un país donde menos del 10% de la población tiene electricidad en casa y el 23% teléfonos móviles.

JCM: Sí.

AG: ¿Continuará esta situación?

JCM: Sin duda.

*Jean-Claude Maswana es un congoleño que hizo su doctorado en economía en la Universidad de Nagoya (Japón). Se centra en la macroeconomía y el desarrollo de la economía. Además, es profesor en la Universidad de Tsukuba (Japón).

Fuente: https://www.pambazuka.org/human-security/congo-enterprise-managed-united-nations-security-council

Traducido para Umoya por Nerea García Armentia y Fátima León Medialdea (Universidad de Salamanca)

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