El ISIS de África Central: una nueva excusa para desvalijar el Congo

Ann Garrison, contribuidora de Black Agenda Report, Boniface Musavuli

25 de octubre de 2017

El ISIS de África Central: una nueva excusa para saquear el Congo

«Que haya una yihad en el Congo no tienen ningún sentido».

Un video que pide una yihad del Estado Islámico en la República Democrática del Congo apareció en las redes y en muchos informes de noticias la semana pasada. Supuestamente se había grabado en el territorio de Beni, dentro de la provincia de Kivu del Norte en el Congo. Se culpó a una milicia fantasma autodenominada islamista, las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF, Allied Democratic Forces, por sus siglas en inglés), por la masacre de la población indígena que empezó en octubre de 2014.

En el video se veía a un hombre del norte de África o de Oriente Medio con barba, vestido con prendas de camuflaje, cinturones de balas y un Kalashnikov, que hacía un llamamiento en árabe a los yihadistas del Estado Islámico para que viniesen al Congo. Detrás de él había una milicia de africanos negros vestidos de camuflaje.

El problema es que, en el Congo, entre un 80 y un 95% de la población son cristianos y tan solo un 2% son musulmanes. La Iglesia Católica Romana es la institución no-gubernamental más influyente. El árabe no es un idioma ni internacional, ni nacional, ni indígena en el país. Así que podría resultar incluso cómico si no fuese porque el supuesto califato ya actúa como tapadera para la masacre que sufre la población de Beni a manos de las milicias de tráfico ilegal de recursos que operan en el Congo.

Le pedí a Boniface Musavuli, un nativo de Beni autor de Las masacres de Beni: Kabila, Ruanda y los Islamistas Falsos, que me ayudase a contextualizar esta noticia.

Ann Garrison: Boniface, ¿cuál es su primera respuesta ante este vídeo? ¿Cree que estos yihadistas de ISIS son reales o que hay algún tipo de interés real en una guerra santa en tu país?

BM: Este video parece más bien un intento por manipular la opinión internacional, para hacer que la gente piense que el este del Congo se está convirtiendo en un baluarte del terrorismo islamista internacional. Lo cierto es que tan solo un dos por ciento de la población del Congo es musulmana, y no hay un imán radical que lidere una guerra santa. Los congoleños musulmanes nunca han luchado contra el gobierno ni han organizado manifestaciones políticas contra las autoridades. Por tanto, no hay una base sociológica para el establecimiento de un califato en Beni. Que haya una yihad en el Congo no tienen ningún sentido. El Congo nunca ha sido proclamado como una «tierra del Islam» y el gobierno congoleño no envía soldados a países musulmanes.

«Los congoleños musulmanes nunca han luchado contra el gobierno ni han organizado manifestaciones políticas contra las autoridades».

AG: El guerrillero (o actor) árabe que aparece en el vídeo no es «blanco», siguiendo la idea occidental de ese término, pero está claro que no es un africano negro, y su imagen como líder de una banda de africanos negros tiene una implicación desagradable, de supremacía racial. ¿Qué opina al respecto?

BM: Creo que esa imagen nos hace creer que las masacres que empezaron en Beni en 2014 estuvieron desde un primer momento financiadas por las malvadas organizaciones islamistas, y que ha llegado el momento de que aparezcan junto a los negros responsables.

AG: Parece que el «Estado Islámico» se ha convertido en una franquicia empresarial como McDonald’s, pero no está claro que su sede, esté donde esté, haya aceptado ampliar su franquicia a un «Estado Islámico de África Central». Según «ISIS calls for jihad in eastern Congo» alguien habría publicado el video en algunas páginas web «pro-ISIS», pero no he sido capaz de encontrar ninguna. ¿Acaso usted ha podido?

BM: No, pero ese artículo con el vídeo que se suponía que debía estar en las «webs pro-ISIS» apareció en el servicio online de noticias politico.cd. No apareció en YouTube como cabría esperar, ni tampoco apareció en otras páginas de noticias, así que da la sensación de que politico.cd fue la única web que lo recibió.

AG: Una parte del vídeo se incluyó con una versión del artículo de político.cd en el Daily Mail, un portal de noticias sensacionalista británico. Aparte de esta, la única página occidental que plasmó esta historia fue PJ Media, pero la semana pasada, el New York Times y AP publicaron unas historias sobre las ADF), con las que esta milicia ha estado supuestamente trabajando todo este tiempo (aunque los investigadores de la ONU demostraron que la historia de las ADF era fraudulenta). Parecía que Radio Okapi, un portal de noticias de la Misión de Mantenimiento de la Paz de la ONU, se lo tomaba en serio cuando entrevistó a Nicaise Kibel’bel, un periodista congoleño que acaba de publicar un libro llamado The Advent of Jihad in Eastern Congo, the Islamic Terrorism of the ADF [«El adviento de la Yihad en el este del Congo, el terrorismo islámico de las ADF»].

BM: Nicaise Kibel’bel ganó un Premio a la Libertad de Prensa en África de la CNN en 2009, antes de empezar a escribir su libro sobre Beni. Lo publicó en diciembre de 2016. Tiene una relación muy cercana con el General Mbangu Mashita, que dirige las operaciones militares en Beni, que son, en realidad, las operaciones de tráfico de recursos y asesinato de habitantes locales. Puede ser entonces que haya un interés en trasmitir una historia que sirve como cubierta islamista para los crímenes del ejército y el régimen de Kabila.

AG: ¿Cree la gente de Beni que los islamistas los están matando?

BM: El pueblo de Beni sabía desde el principio que los soldados congoleños que formaban parte de las redes de tráfico de recursos los estaban matando. Vivieron durante mucho tiempo con los musulmanes de las ADF en los bosques (durante casi 20 años) y las ADF traficaron con madera, pero nunca los masacraron. Los asesinos son las unidades lideradas por el General Mundos, un amigo íntimo y colaborador de Kabila; han estado asesinando a gente desde octubre de 2014. Este video no cambiará lo que saben que es cierto.

AG: Politico.cd enlaza la fuente principal del video de ISIS a la página SEARCHING FOR INTERNATIONAL TERRORIST ENTITIES (SITE): el grupo de inteligencia SITE, con noticias de última hora, artículos y análisis de la amenaza terrorista, que dirige la profesional de inteligencia israelí Rita Katz en Bethesda, Maryland. SITE Intelligence Group publicó el video de ISIS decapitando al periodista estadounidense Steven Sotloff antes de que el propio ISIS lo hiciese en 2014, tras lo cual el presidente Obama dijo que Estados Unidos «degradaría y destruiría al ISIS». Estados Unidos sigue bombardeando (o financiando el bombardeo) de Siria en la actualidad. Esto dependerá de a quién preguntes, por supuesto, hay quien dice que Estados Unidos hace ambas cosas.

No me imagino al Presidente Trump utilizando este «ISIS de África Central» como una excusa para lanzar misiles de crucero en el este del Congo, pero sí parece que EE.UU. y las agencias de inteligencia israelíes estuviesen invirtiendo en la idea de que este grupo exista. ISIS siempre parece una excusa útil para la militarización o la intervención militar.

«Parece que EEUU y las agencias de inteligencia israelíes estuviesen invirtiendo en la idea de que este grupo exista»

En realidad, da igual quién esté a cargo de politico.cd, porque están claramente a favor del punto de vista de los políticos estadounidenses. Una de las tres entradas más recientes del 23 de octubre hablaba del viaje del embajador de la ONU, Nikki Haley, a Kinshasa, la capital de la RDC, para hablar con el presidente Kabila. Las otras dos entradas trataban sobre Cory Booker, senador de Nueva Jersey, al que calificaron de «nueva estrella del partido democrático, el primer senador negro de Nueva Jersey». Los informes de Booker eran muy similares y ambos incluían una carta que él y otros seis senadores habían escrito al presidente Trump y a Nikki Haley para pedirles que obligasen a Kabila a convocar elecciones en 2017. Entre las medidas para lograrlo, se incluían sanciones más duras y amenazas a las turbias redes financieras internacionales que Kabila y su círculo utilizan para acumular la riqueza que le roban a su propio pueblo. No puedo evitar preguntarme por qué quieren que todo este botín se quede en cámaras extranjeras, con elecciones o sin ellas, en vez de volver al pueblo al que se le robó, ya que dicen saber dónde está y cómo hacerse con él (tal y como hicieron con el de Gadafi).

BM: Eso iría en contra de sus intereses. Dicen que les preocupa que tengamos elecciones, que podamos expresarnos con total libertad y que quieren que gane Moise Katumbi, pero jamás dijeron que el pueblo congoleño se beneficiaría de la riqueza de recursos de su país. Piensa que sus compañías mineras están en el país, la mayor parte en Katanga, y extraen tanto mineral como pueden al menor coste y explotando a los trabajadores congoleños.

AG: ¿Dices que quieren que gane Moise Katumbi? ¿El multimillonario minero que era gobernador de Katanga? Me han contado que es la nueva apuesta de Occidente.

BM: Sí, quieren que Moise Katumbi sea presidente. Es muy evidente, especialmente si miras las políticas y los informes de seguridad publicados en Arlington y en Washington D.C.

AG: Otro artículo destacado en politico.cd se titula «A Worsening Crisis in Congo» [Una crisis que empeora en el Congo] y se trata de un ensayo de John Prendergast, fundador y director ejecutivo de The Enough Project, y Sasha Lezhnev en Foreign Affairs, la revista del Council on Foreign Relations (CFR, por sus siglas en inglés; Consejo de Relaciones Exteriores, en español). Ambos son los principales ideólogos de las cruzadas contra las guerras humanitarias, encabezados por la exembajadora de la ONU (y ahora profesora de Harvard), Samanta Power. No obstante, en este ensayo escribía para la audiencia del CFR y fueron sinceros al explicar lo esenciales que son los minerales congoleños, principalmente el cobre y el cobalto, para la seguridad nacional estadounidense. El caso es que ambos minerales son clave en la producción de armas y bienes de consumo. El Congo posee el 60% de las reservas mundiales de cobalto (que se sepa) y los EE. UU. no tienen minas de este mineral. Con respecto al cobre, el Congo tiene la segunda reserva más grande del mundo.

En el documento, Prendergast y Lezhnev advertían que si la inestabilidad seguía creciendo y si Kabila seguía aferrándose al poder, se podría poner en peligro la seguridad de las carreteras que llevan a las minas de cobre y cobalto de Kolwezi y de Kasumbalesa. Al igual que Cory Booker, ambos querían que Trump manipulase a Kabila y a sus secuaces con amenazas de retirarles sus activos internacionales si no se comportaban.

Sin embargo, volviendo al tema de ISIS, cualquier interés de los EE. UU. en promover la trama del ISIS de África Central también beneficia a Kabila y a su círculo, puesto que facilita su tapadera para los crímenes del ejército en Beni, ¿no?

BM: Desde luego, estoy seguro de que espera que el vídeo del Estado Islámico y el nuevo y delirante libro de Nicaise Kibel’bel creen justamente una cortina de humo tras la que poder esconderse.

«El Congo posee el 60% de las reservas mundiales de cobalto (que se sepa) y los EE. UU. no tienen minas de este mineral».

AG: Vale, hablemos de los pueblos indígenas de Beni, que son lo que sufren por todo esto. Si lo he entendido correctamente, la mayor parte son indígenas porque sus familias son de ahí (Beni es su hogar) y sobreviven gracias a la minería preindustrial y a la agricultura. ¿Es correcto?

BM: La mayor parte de la población de Beni vive gracias a la agricultura de subsistencia. En realidad, el sector de la minería sigue siendo muy pequeño y artesanal. Principalmente, Beni es una zona de tránsito para los minerales orientales del Congo y para los recursos que se exportan a los mercados de África Oriental y Asia.

AG: ¿No a Occidente?

BM: Sí, pero de manera indirecta. En primer lugar, los minerales van al este, a China, Malasia, Corea, Japón o India, pero sabes que vivimos en una economía globalizada. Las fábricas de estos países de Asia (como las de China, por ejemplo) procesan los minerales congoleños y son más baratas que si fuesen procesados en Occidente, pero están controladas por capital de inversores occidentales.

AG: Y si Beni es una zona de tránsito, ¿de dónde vienen los minerales y el resto de recursos?

BM: Algunos vienen de Beni, por supuesto, sobre todo la madera. Sin embargo, el resto vienen de Ituri y de otras zonas del Congo oriental. Beni es la frontera a través de la cual los recursos llegan a Uganda.

AG: Ituri también hace frontera con Uganda, ¿pero las rutas de los contrabandistas pasan por Beni?

BM: Sí.

AG: ¿Y qué podría contarnos del comercio de madera? Sé que la mayor parte de Beni es selva, los pulmones de la tierra. También sé que talar los árboles de la selva está acelerando el cambio climático, pero, ¿quién lo hace y en dónde lo comercian? ¿En qué mercados?

BM: Tal y como han mostrado los informes de la ONU, el ejército congoleño tala los árboles de la selva de Beni, los pasa de contrabando y después los introduce en el mercado mundial de madera. Primero la guardan en Uganda y luego la envían a los mercados internacionales. Las ADF fue el grupo que ocupó las zonas de explotación maderera de Beni en primer lugar, allá por 2013, pero se disolvieron y se dispersaron. Desde entonces, la selva ha estado ocupada por traficantes que fingen ser el ADF, pero que, en realidad, pertenecen en su mayoría al ejército congoleño. Los expertos de la ONU demostraron que el general Mundos, el secuaz de Joseph Kabila, estaba talando y exportando la madera de la selva de Beni, pero todavía no sabemos qué parte controlan Mundos y Kabila.

AG: ¿Y qué hay de los ugandeses y ruandeses que, según comentó, se encuentran entre los criminales y traficantes?

BM: Con respecto al papel de Ruanda y Uganda, he de decir que, en aquel momento, cuando las ADF estaban en la selva y controlaban el sector maderero, este grupo trabajaba para beneficio de Uganda, aunque, de manera oficial, se presentasen como «rebeldes ugandeses hostiles al gobierno de Museveni». Esa mentira enmascaraba la mafia del contrabando que allí había.

Cuando las ADF se vieron obligadas a salir de la selva de Beni, miles de ruandeses llegaron a las zonas que antes habían ocupado las ADF para seguir explotando la madera y hacerla pasar por Uganda. Las únicas víctimas de esta economía ilegal son, por supuesto, los indígenas, a los que obligan a marcharse de sus tierras y los sustituyen por hordas de ruandeses y soldados congoleños.

«El ejército congoleño tala los árboles de la selva de Beni, los pasa de contrabando y después los introduce en el mercado mundial de madera»

AG: Entonces, ¿matan a los indígenas y los aterrorizan hasta que huyen única y exclusivamente para quitárselos de en medio?

BM: Sí.

AG: ¿Y qué hay de las corporaciones mineras extranjeras? ¿Está presente AngloGold Ashanti en Beni?

BM: Es cierto que existen unos intermediarios que compran oro en Beni y Butembo, y que, además, les compran el mineral a los mineros artesanales, pero no hay grandes compañías mineras. Eso sí, la firma AngloGold Ashanti, que se unió con Sokimo para formar Kibali Gold, opera a unos 300 kilómetros de Beni, cerca de Wasa, en la provincia del Alto Uele.

AG: ¿Le gustaría decir algo más sobre todo eso?

BM: Sí, no me creo esta historia del terrorismo de ISIS, pero me preocupa que los gánsteres que están en el poder puedan traer a verdaderos asesinos de la yihad a Beni para aterrorizar al pueblo y hacer que la comunidad internacional se crea esta tapadera. Creo que son más que capaces de hacerlo y de traer a ISIS de los países árabes al Congo oriental, y eso empeoraría muchísimo las cosas, aunque sea difícil de imaginar.

Hoy, la ONU activó el protocolo de emergencia humanitaria de nivel 3 en la República Democrática del Congo. Eso lo pone a la par de las otras tres crisis que tienen este nivel en la actualidad: Iraq, Siria y Yemen. Dijeron que la provincia de Kivu del Norte, que incluye a Beni, acoge a la mayor cantidad de desplazados internos del todo el país: casi un millón de personas. Y ni siquiera es una de las zonas más afectadas, aunque afirman que es frágil y que los conflictos que se viven podrían intensificarse en cualquier momento.

Boniface Musavuli es nativo de Beni, en la provincia de Kivu del Norte en la República Democrática del Congo, aunque ahora vive en el exilio, en Francia. Es autor del libro: Las masacres de Beni: Kabila, Ruanda y los Islamistas Falsos, que fue publicado en 2017. De momento, el libro solo está disponible en francés, pero afortunadamente pronto lo estará en inglés también.

Ann Garrison es una periodista independiente que vive en la Bahía de San Francisco (EE. UU.). En 2014, recibió el premio a la democracia y la paz Victoire Ingabire Umuhoza por su cobertura del conflicto en la región de los Grandes Lagos de África. Para cualquier contacto, su dirección de correo es ann@kpfa.org.

Fuente: https://www.blackagendareport.com/isis-central-africa-new-cover-plundering-congo

Traducción de Raquel de Pazos Castro y Miguel Borrajo González.

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