China «se refiere a los negocios» cuando habla de una «sociedad comprometida con el medioambiente»

China está totalmente comprometida con la protección del medio ambiente mediante sus políticas para una civilización ecológica. Sin embargo, las autoridades del país parecen no preocuparse por sus ciudadanos, involucrados en la explotación mineral artesanal de carácter ilegal, que está causando un desastre medioambiental en Ghana. ¿Cómo es posible que ignoren este hecho?

© Pulse GH

Uno de los aspectos que más me ha desconcertado de la participación de ciudadanos chinos en las galamsey (minas artesanales ilegales) en Ghana –a la vista del evidente impacto visual que atestigua la terrible devastación que las galamsey causan en el paisaje ghanés– es por qué el gobierno de China no obliga a sus ciudadanos a acabar con sus participación en este desastre sin sentido sobre el medioambiente del país.

Jamás hubiese pensado que el Estado chino permitiría la destrucción de  Ghana.

La razón es porque escuché a uno de los líderes chinos más respetados, el difunto primer ministro Zhou Enlai (antes pronunciado como Chou En-Lai), que gobernó China junto al presidente Mao Zeodong desde 1949 hasta su muerte en enero de 1976, decir que la población de su país no piensa en términos de «décadas o incluso cientos de años, sino en miles de años». Estaba hablando a un grupo de escritores africanos, incluyéndome a mí, que nos reunimos en Pekín en 1958. En efecto estaba sugiriendo la idea de que debido a su tradicional preocupación por el medio ambiente, China sería el único país capaz de sobrevivir a un holocausto nuclear.

«Nuestra cultura está acostumbrada a plantar árboles». Dijo el presidente Zhou. «Así que como llevamos miles de años plantando árboles, el campo chino volverá a gozar de vida y se recuperará de los estragos de la radiación nuclear».

En ese momento pensé que era un sueño imposible, pero otras cosas «imposibles» también han sucedido en China desde 1958, así que ahora no estoy tan seguro de que la predicción del presidente Zhou fuese irreal del todo.

Por ejemplo, en 1958 se estimaba que el PIB per cápita de China era solo de 77 dólares al año. En 2016, esta cifra se elevó a 8.126 dólares.

El PIB total de China era de 50,40 mil millones de dólares en 1958. En 2016, el PIB ¡alcanzó los 11.202,92 mil millones de dólares!

Por supuesto, una «visión» innegable ha persistido en China después de muchas revueltas políticas para lograr tal crecimiento económico. Esta visión no solo se puede poner en práctica para el crecimiento del PIB. De hecho, hay evidencias de que la «civilización comprometida con el medioambiente» ha experimentado una creciente prominencia en China en los últimos cálculos socio-económicos.

Según el diario londinense The Guardian, el abogado medioambiental James Thornton ha colaborado con China para redactar un borrador legal con el fin de desarrollar una «civilización comprometida con el medioambiente».

Un artículo de dicho diario, publicado el 11 de septiembre de 2017, afirma que James Thornton es el presidente ejecutivo de ClientEarth, y que «nunca ha perdido un caso a lo largo cuatro décadas de carrera en tres continentes». Además, añade que «su especialidad es demandar a los gobiernos y empresas en nombre de su único cliente, la Tierra, y es muy bueno en ello». James Thornton fundó ClientEarth en Londres en el año 2017 como un bufete de abogados especializado en el ámbito medioambiental y de interés público.

Según The Guardian «cuando se le invitó en 2014 a Pekín para ayudar a establecer la nueva ley china que permitiría por primera vez a las ONG demandar a compañías contaminantes, Thornton vio lo seriamente que el mayor contaminador del mundo [China] estaba abordando sus problemas medioambientales. Cree que su concepto de «civilización ecológica” es la mejor formulación que ha podido escuchar para este nuevo reto medioambiental. Los ciudadanos chinos han revisado con ojo crítico y han cambiado su Constitución para afrontar este desastre en su medioambiente. Según el magistrado, este ordenamiento aboga por construir una civilización ecológica. «Nosotros construimos una civilización agricultora, después una industrial, y ahora tenemos la obligación de construir una ecológica», proclama ahora la Constitución china.

«Yo no me muestro escéptico ante su propósito. Mi trabajo es intentarlo y limpiar el medioambiente para las próximas generaciones, que es lo que quiere hacer China»,   declaró Thornton para The Guardian. «Esto será posible gracias al gobierno chino de 2.500 años de tradición como sistema centralizado».

«Dijeron que tenemos un objetivo a largo plazo, queremos estar aquí dentro de otros 2000 años, y eso solo es posible si limpiamos el medioambiente. Por lo tanto, tenemos el cometido de afrontar nuestros problemas medioambientales, deber que llevaremos a cabo de una forma muy minuciosa».

Además, el diario The Guardian añade: «Thronton dijo que eso ayudará a que la mayoría de los equipos políticos sean ingenieros, más que científicos políticos, abogados o economistas, como sucede en Occidente».

Así que cuando decidieron que realmente existe un problema –y hacen falta pruebas reales para tomar esa decisión–, definen el problema, y entonces la próxima pregunta es: ¿cuál es la solución? ¿Cómo podremos permitírnoslo? ¿con qué rapidez? ¿Cómo podemos alinear a todas las fuerzas de la sociedad para llegar hasta tal solución?

«En primer lugar, Thornton pensó que esto era retórica», [pero entonces se dio cuenta de que no]. «Así que cuando profundizamos en esta conversación y escuché por primera vez la idea de una civilización comprometida con el medioambiente, pregunté varias veces a altos cargos que si esto era cierto. Me dijeron que sí, que era totalmente cierto, y que ha sido una política central de China durante unos años».

Junto con un grupo de chinos expertos y otros cinco occidentales, Thornson pasó unos 18 meses analizando cómo crear una estructura legal para una civilización comprometida con el medioambiente. Después, expusieron las recomendaciones para crear la norma legal para conseguirlo.

Thornson declara «En Occidente, los esfuerzos para abordar los problemas medioambientales están fraccionados y no están bien financiados. En China, en cambio, se puede apreciar cómo los dirigentes, desde cualquier punto de la pirámide jerárquica, preguntan a toda este gente de arriba a abajo durante las próximas décadas: ¿cómo tiene cambiar todo esto para lograr este propósito?».

Después de haber leído todo esto sobre la política medioambiental china, me hago una pregunta que ya me he hecho varias veces: si China ha adoptado esta serie de medidas con una base fundamentada para hacer frente a sus propios problemas medioambientales, ¿por qué es tan egoísta que no es capaz de vez el daño medioambiental que está causando en Ghana la alianza de desguazadores nacionales ghaneses y chinos, las conocidas como galamseyers (explotaciones mineras artesanales no oficiales)?

Estoy seguro de que China posee la mano de obra y la capacidad analítica para evaluar la devastación medioambiental que Ghana esta sufriendo. Además, creo que los analistas chinos estarían de acuerdo conmigo en: 1) prohibir por parte del Gobierno chino la exportación a Ghana de todas las máquinas que puedan ser usadas en las galamsey; y 2) castigar severamente a cualquier ciudadano chino cuando regrese a China después de ser expulsado de Ghana por haber trabajado en una operación en una galamsey.

Yo creo que se desaprovechó una oportunidad cuando el profesor Kwabena Frimpong Boateng, dirigente del equipo de tareas interministerial y supervisor de la operación Vanguard, no fue incluido en la delegación china dirigida por el vicepresidente, el señor Mahamudu Bawumia, para discutir con el Gobierno chino en temas de cooperación económica. Hay que rectificar este error lo antes posible.

Para prepararse tal visita, las autoridades ghanesas deben encargar una investigación que aborde y estudie en profundidad cómo se pueden reclamar los daños causados por las galamsey en los ríos, en las corrientes fluviales y en las zonas de cultivo, cómo se pueden recuperar dichas zonas y cuánto va a costar. Nuestro Gobierno debería comprar los hallazgos del estudio con China y comprometerse con las autoridades de dicho país a dialogar, de una manera razonada y realista, sobre cómo pueden ayudar a Ghana a cumplir las recomendaciones del estudio.

¿O quizás debería Ghana contratar los servicios de ClientEarth para este estudio…?

Cameron Duodu

* Cameron Duodu es un veterano periodista y escritor de Ghana.

Fuente: Pambazuka News. China “means business” when it talks of an “ecological civilization”, publicado el 14 de septiembre de 2017.

Traducido para Umoya por Leyre Morales.

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