El giro africano

A raíz de la muerte de cuatro soldados estadounidenses en una emboscada en Níger el pasado 4 de octubre, los ciudadanos de Estados Unidos han descubierto África y la presencia de su ejército en el continente. Sin embargo, esta intervención no es una novedad.

Durante los dos mandatos de Barack Obama, su presencia militar no paró de aumentar. SOFRICA, el Comando de operaciones especiales en África con sede en Tampa (Florida), y AFRICOM, el Mando África de Estados Unidos, ubicado en Stuttgart (Alemania) han multiplicado sus bases y sus operaciones (1). Según Vice News: «En 2006, solo un 1 % de todos los comandos estadounidenses desplegados en el extranjero se encontraba en África. En 2010, era un 3 %; en 2016, ese número aumentó a más de un 17 %» (2). El Pentágono se mantiene muy discreto acerca de su intervención en esta parte del mundo.

Oficialmente, habría 6.000 soldados estadounidenses repartidos por todo el continente, pero esta cifra, sin duda, se aleja mucho de la realidad (3). De hecho, en la base de Yibuti, se alojan 4000 soldados, solo en Níger ya hay 1.000, y los militares estadounidenses están presentes en al menos 20 países (4-5). No salen las cuentas.

Una prueba de que la política de Donald Trump es una continuación de la de su predecesor en la materia fue lo que ocurrió el pasado 23 de octubre: el presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Dunford, anunció un nuevo aumento de sus tropas en África. Esto lo justifica con el incremento de la presencia de la organización del Estado Islámico (EI) en esta zona (6). Este general también declaró que «la guerra se está desplazando. No estoy seguro de que podamos afirmar que se desplaza únicamente hacia África. Nos enfrentamos a un desafío que se extiende desde África Occidental hasta el Sudeste Asiático» (7). Tres días después, los senadores estadounidenses, miembros del Comité de Servicios Armados del Senado, dirigidos por John McCain, siguieron sus pasos al anunciar que el EI daba un giro hacia África: «cuanto más ganemos en Oriente Medio, más veremos a las víboras dirigirse hacia África y deberemos estar preparados para aconsejar y ayudar a los países que estén dispuestos a trabajar con nosotros». Y el senador McCain reclamará un aumento de la financiación «para equipar mejor las fuerzas allí» (8).

¿Cómo se puede explicar este brusco «giro africano» del Estado Islámico que denuncian el Senado y el Pentágono? Estas repentinas declaraciones alarmistas asombran tanto o más que el hecho de que los grupos de África Occidental afiliados a esta organización, como Boko Haram, están perdiendo fuerza. En la misma línea, Al Qaeda se ha fortalecido tras la creación del JNIM (Jamaat Nusrat al-Islam wal-Muslimin o, en español, Frente de apoyo para el islam y los musulmanes) en marzo de 2017. Se trata de una alianza que agrupa a numerosos jefes de guerra (9). Además, tampoco es ninguna novedad la actividad de Al-Shabab en Somalia, otro grupo afiliado a Al Qaeda.

Si el general Dunford y John McCain están tan seguros es porque poseen información precisa sobre los movimientos realizados por los yihadistas que ocupaban la ciudad siria de Raqqa, capital del EI en Siria, que ha sido recuperada recientemente por la coalición, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y las milicias kurdas y árabes. Durante su reciente viaje a Damasco, el IVERIS (Instituto de Vigilancia y del Estudio de Relaciones Internacionales y Estratégicas) ha descubierto, gracias a diversas fuentes, que estos terroristas se han trasladado a diferentes lugares del mundo, específicamente a Myanmar y a la frontera entre Egipto y Libia (10). Los primeros signos del surgimiento de un nuevo frente confirman esta información.

Las señales precursoras

Según Estados Unidos, 2000 combatientes del EI seguían en Raqqa en agosto de 2017 (11). El futuro de estos yihadistas no estaba claro: los combatientes sirios se habrían rendido ante las FDS, y los combatientes extranjeros, ante los servicios secretos de sus respectivos países; otros podrían haber huido de Raqqa para combatir en la ciudad de Deir Ezzor. Según el periódico libanés L’Orient Le Jour, «los altos comandantes del EI se habrían ido de Raqqa antes de que las FDS llegaran a la ciudad» (12).

Dos acontecimientos recientes confirman la llegada de estos terroristas a África, especialmente a una zona mayoritariamente desértica y difícil de controlar que se extiende a lo largo de más de mil kilómetros en la frontera entre Egipto y Libia. Según las declaraciones de las personas encontradas en Siria, la primera señal de su presencia sería el atentado que sacudió Egipto el 20 de octubre, en la zona del oasis de Bahariya y que mató a 16 policías. Es cierto que, aunque el EI no haya reivindicado el ataque, los hallazgos de la seguridad nacional egipcia son inquietantes.

En el desierto occidental, cerca de la zona donde tuvo lugar el ataque, se localizó un campo de entrenamiento de un centenar de hombres particularmente aguerridos y bien equipados, que cuentan con armas antitanques (13). En el caso de Libia, asesinaron a dos soldados del general Haftar, y a uno de ellos lo decapitaron. Este ataque, reivindicado por el EI, tuvo lugar a 60 km de Ajdabiya, a pesar de que la organización ya no contaba más que con un enclave cerca de la ciudad de Derna (14). Todo lleva a pensar que la organización terrorista se prepara para ganar fuerza en la zona para continuar y, si es posible, agravar todavía más el caos libio.

África Occidental en el punto de mira

Una extensa región, que abarca desde África Occidental hasta el Chad, corre el riesgo de que estallen las tensiones, con la posibilidad de afectar a países que ya están muy debilitados, tanto desde el punto de vista de seguridad como político y social. Después de la guerra de 2011 en Libia, los grupos armados se refugiaron en Mali, país que se convirtió en la primera víctima colateral de este conflicto y que todavía no se ha recuperado. La intervención militar francesa de 2013, conocida como Operación Serval, consiguió frenar momentáneamente a los yihadistas, pero no logró resolver ningún problema esencial. Hoy en día, este país puede considerarse un fracaso de Estado. La Operación Barkhane, que intervino en cinco países de toda la zona del Sahel y del Sáhara ─Mali, Níger, el Chad, Burkina Faso y Mauritania─, fracasó al intentar contener a los grupos terroristas por falta de medios y de estrategia política.

La razón principal es que el operativo de Barkhane ha perdido la confianza de la población (15). A mediados de octubre, la delegación de un movimiento de la juventud maliense llamado «Trop c’est trop» (en español, Ya basta) acudió a la ciudad de Kidal para informar sobre lo siguiente: «nada más entrar en Kidal, es fácil percibir un evidente sentimiento antifrancés en los habitantes que va en aumento. Desde hace varios meses, las manifestaciones populares contra las fuerzas de la Operación Barkhane no han dejado de aumentar ―prendieron fuego a varios cobertizos de la base militar― y los soldados franceses ya no salen de sus campamentos» (16). Por otro lado, Mali, al igual que Burkina Faso, es hoy en día el escenario de atentados terroristas que no se sucedían antes de la intervención francesa. A esto hay que añadir también la islamización sumisa de la subregión. Por ejemplo, en estos últimos años, en Costa de Marfil, un país mayoritariamente católico, se han construido más mezquitas y escuelas coránicas, financiadas indirectamente por Arabia Saudí, que iglesias y colegios laicos, según la información de los servicios del Primer Ministro de dicho Estado.

Si las víboras de Siria anidasen en esta zona, tal y como anticipan los estrategas del Pentágono, seguro que surgen conflictos, debido a todos los problemas políticos y sociales graves que sufren los Estados. Si el EI desembarcara de la misma manera que lo ha hecho en Oriente Próximo, con armas sofisticadas, vehículos flamantes y salarios para sus integrantes, no faltaría mano de obra. Además, excepto el Chad y Níger, ningún país tiene un ejército capaz de hacerle frente. En resumen, los combatientes del EI se encontrarían frente a los del JNIM (Al Qaeda) y lucharían no solo por el liderazgo, sino también por los modus operandi, pues los grupos armados del Sahel nunca atacan a los autóctonos, a diferencia de los sirios o los iraquíes, quienes han cometido las peores atrocidades contra la población civil.

Francia fuera de juego

¿Qué podría hacer Francia, el país con el que todos los Estados francófonos de esta región han firmado acuerdos de defensa? En base a sus fuerzas, al presupuesto de su ejército y al sentimiento antifrancés de África, solo puede hacer uso de los suplentes del ejército estadounidense, como en Siria y en Irak. Consciente del fracaso de la Operación Barkhane, París desea salir de este aprieto. Bajo pretexto de que Francia no tiene vocación de convertirse en «guardia pretoriana de países africanos soberanos» como decía la Ministra de Defensa francesa, Emmanuel Macron ha creado una fuerza africana autónoma llamada «G5 Sahel» que comprende cinco Estados: Mali, Níger, el Chad, Mauritania y Burkina Faso (17). El problema es que esta fuerza, con un presupuesto de 423 millones de euros, no está financiada y que, a pesar de las numerosas llamadas de Francia al amigo estadounidense, este último impide desde hace meses la resolución basándose en el capítulo 7 de Naciones Unidas que permitiría una financiación de la ONU.

El 30 de octubre, Nikky Haley, la embajadora de EE. UU. en la ONU, se negó una vez más a votar la resolución y justificó su posición de la siguiente manera: «Contamos con los países del G5 para seguir las órdenes de la fuerza en un periodo de tres a seis años con la constante ayuda de EE. UU.». La posición del Pentágono parece paradójica: por un lado, se preocupa por el peligro inminente y se dispone a aumentar sus tropas y sus medios. Por otro, puede esperar entre tres y seis años hasta que esta fuerza esté operativa. En realidad, la estrategia estadounidense es limpia. Al negarse a que la ONU se haga cargo de este ejército africano, el Pentágono se otorga la total autoridad militar, sin supervisión internacional, de la región sahelo-sahariana y de la antigua zona de influencia francesa. Sin embargo, EE. UU., con su gran amabilidad, ha concedido una ayuda de 60 millones de dólares. La UE se ha comprometido a destinar 50 millones de euros, y, Francia, 8 millones. No salen las cuentas.

El doble giro

Si el giro asiático instaurado por Barack Obama, que aspiraba esencialmente a dificultar el ascenso de China, se ha hecho público y muy comentado, el giro africano, diseñado en 2008 desde el comienzo del mandato del expresidente, se ha ocultado. Sin embargo, la administración estadounidense no ha moderado sus esfuerzos tanto en el poder diplomático, que financia numerosas asociaciones de la sociedad civil africana, como en el poder militar y económico, que despliega tropas en el continente (18). Una vez más, se trataba de obstaculizar a China en el marco de la despiadada guerra económica en la que cayeron los dos Estados.

En agosto de 2017, Steve Bannon, quien entonces todavía era asesor estratégico de Donald Trump, resumía la angustia estadounidense así: «Para mí, la guerra económica contra China es lo primero. Debemos centrarnos exclusivamente en esta cuestión. […] Si seguimos perdiendo la guerra, estamos a cinco años, máximo diez, del punto de no retorno» (19). Tanto en Asia como en África, EE. UU. ha perdido la guerra. Ha sido incapaz de contener la expansión del Reino del Medio (20). En vez de debilitarse, China se ha fortalecido tanto en la vertiente asiática con su proyecto One Belt, one Road («Una Franja, una Ruta»), como en África, donde los intercambios comerciales han pasado de 10 mil millones de dólares en 2009 a 300 mil millones en 2015 (21) y siguen en aumento: más del 16 % en el primer trimestre de 2017 (22). Habida cuenta de las condiciones particularmente atrayentes que ofrece China en materia de inversiones, especialmente en infraestructura, estos intercambios no muestran señales de agotarse.

Desde el punto de vista de la guerra económica, hay que analizar las recientes sanciones que la administración estadounidense ha impuesto a varios Estados africanos: el Chad, Eritrea, Sierra Leona y Guinea. Este último ha cometido la desfachatez de aparecer, el pasado septiembre, en la Cumbre de los BRICS, que tuvo lugar en Xiamen (23). Al mismo tiempo, Washington ha levantado las sanciones que pesaban sobre Sudán, mientras que, sobre su presidente, Omar al Bashir, todavía pesa una orden de detención de la Corte Penal Internacional. Sin embargo, aunque ese país siempre ha tenido relaciones económicas importantes con China, ha cambiado sus alianzas y se ha situado en el bando de Estados Unidos y Arabia Saudí (24).

El huevo y la gallina

¿Hay que interpretar la siguiente frase del general Dunford desde el punto de vista de esta guerra económica?: «La guerra se está extendiendo. No estoy seguro de que podamos afirmar que se desplaza únicamente hacia África. Nos enfrentamos a un desafío que se extiende desde África Occidental hasta el Sudeste Asiático». ¿Quién manda? ¿El EI o EE. UU?

Leslie Varenne

Leslie Varenne, Directora del IVERIS www.iveris.es

(1) https://www.iveris.eu/list/notes_danalyse/281-tendance_automnehiver_2017__french_bashing_en_afrique

(2) https://news.vice.com/story/the-u-s-is-waging-a-massive-shadow-war-in-africa-exclusive-documents-reveal

(3) Oficialmente no hay más que una sola base de drones en Yibuti. Sin embargo, el periodista Nick Turse ha contabilizado 60, de las cuales destaca una muy importante en Níger.
http://www.truth-out.org/news/item/42385-the-us-africa-and-a-new-century-of-war

(4) http://www.bbc.com/afrique/region/2015/06/150619_djibouti_base

(5) http://reseauinternational.net/les-100-missions-des-forces-speciales-us-en-afrique/

(6) https://www.rt.com/usa/407588-niger-dunford-africa-troops/

(7) http://www.africa1.com/spip.php?article81992

(8) http://www.washingtonexaminer.com/isis-is-pivoting-to-africa-senators-say/article/2638711

(9) Jamaat Nusrat al-Islam wal-Muslimin o Frente de apoyo para el islam y los musulmanes. https://jamestown.org/program/aqims-alliance-mali-prospects-jihadist-preeminence-west-africa/

(10) Con el diputado honorario, Gérard Bapt, el IVERIS acompañó a una delegación de médicos invitados al congreso de la Sociedad Siria de Radiología que tuvo lugar del 20 al 23 de octubre en Damasco y Alepo. La delegación francesa estaba compuesta por tres radiólogos, entre ellos Anas Alexis Chebib y Véronique Bouté, también presidenta de la asociación Astarte, así como de la ginecóloga, obstetricista y radióloga Jocelyne Chopier, especialista en Asistencia Pública de los Hospitales de París.

(11) http://www.lefigaro.fr/flash-actu/2017/08/05/97001-20170805FILWWW00026-2000-combattants-de-l-ei-retranches-a-raqqa.php

(12) https://www.lorientlejour.com/article/1079089/lei-a-perdu-son-bastion-de-raqqa-mais-ou-sont-passes-les-jihadistes.html

(13) http://hebdo.ahram.org.eg/NewsContent/0/10/124/26064/La-riposte.aspx

(14) http://koaci.com/libye-deux-soldats-marechal-haftar-tues-dans-attaque-daech-deux-decapite-114323.html

(15) https://www.iveris.eu/list/entretiens/268deux_ans_apres_laccord_dalger_le_mali_en_danger

https://www.iveris.eu/list/articles_dactualite/84-lafrique_de_louest_dans_loeil_du_cyclone

(16) http://togouna.mondoblog.org/trop-mali-kidal/

(17) http://www.boursorama.com/actualites/les-etats-unis-promettent-60-millions-de-dollars-au-g5-sahel-b952653a15a7a3acd0e0a01ca46509b4

(18) https://www.iveris.eu/list/notes_danalyse/281-tendance_automnehiver_2017__french_bashing_en_afrique

(19) http://www.lefigaro.fr/flash-eco/2017/08/17/97002-20170817FILWWW00013-les-etats-unis-sont-en-guerre-economique-avec-la-chine-soutient-bannon.php

(20) http://www.iris-france.org/82973-quel-bilan-pour-le-pivot-asiatique-de-barack-obama/

(21) http://geoconfluences.ens-lyon.fr/informations-scientifiques/dossiers-regionaux/la-chine/articles-scientifiques/les-chinois-en-afrique

(22) http://www.jeuneafrique.com/436887/economie/forte-reprise-echanges-commerciaux-sino-africains-premier-trimestre-2017/

(23) http://afrique.latribune.fr/politique/leadership/2017-09-04/sommet-des-brics-alpha-conde-vante-le-potentiel-economique-de-l-afrique-748942.html

(24) http://orientxxi.info/magazine/le-soudan-s-aligne-sur-le-camp-saoudien,2060

 

Fuente: Cameroon Voice, Le pivot africain, publicado el 1 de noviembre de 2017.

Traducido para UMOYA por Lucía Olmedo León y Ana Olarte de Santiago (Universidad de Salamanca).

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