RDC. Después de Kabila, romper con mentirijillas del tipo «un movimiento ciudadano es apolítico»

“El peor de los analfabetos es el analfabeto político. No escucha, no habla, no participa en los acontecimientos políticos. No sabe que el coste de la vida, el precio de las judías y del pescado, el precio de la harina, del alquiler, el precio del calzado y de los medicamentos dependen de las decisiones políticas. El analfabeto político es tan tonto que se enorgullece e hincha el pecho para decir que detesta la política. El imbécil no sabe que su ignorancia política es lo que produce la protitución, el niño de la calle, el emigrante, el ladrón el peor de todos los bandidos y sobre todo el político deshonrado, mentiroso y corrupto, que lame los pies de las empresas nacionales y multinacionales” Bertolt Brecht.

Jean Pierre Mbelu

¿Qué es la política? ¿Qué es un ciudadano? La política es el arte de la construcción por medio de la palabra de la acción colectiva razonada y voluntaria, de la “polis” (núcleo civil, la ciota o la katunga (en Tshiluba). Todas estas palabras tienen una historia social y política que es preciso estudiar o de la que es importante estar formado e informado. Digamos que ser ciudadano consciente de una “civitas”, de un “ciota”, de un “katunga” exige un minimo de apertura cultural (moderna o tradicional). Un ciudadano que ignore las realidades propias a la construcción de la “civitas” pertenece al polulacho y no al pueblo. Cuando un responsable de un movimento ciudadano afirma, en la plaza pública, que es apolítico, está confesando su analfabetismo político. Por desgracia, en el transcurso de esta “época de podredumbre” en el Vongo-Kinshasa, el apoliticismo  tiene sus seguidores y el debate mortífero está prohibido.

Precisemos. La exportación del gobierno representativo al Sur del mundo, ha hecho creer a los “profesionales de la seudo-burguesía parlamentaria congolesa” que era posible participar en la exclusión de la esfera política de las masas populares congolesas, transformándolas en una muchedumbre de aplaudidores y ensalzadores, de turiferarios y de otros indigentes hambrientos de las migajas que caen de los “Preso”. El apoliticismo de los llamados “movimientos ciudadanos” participa de la exclusión de clases enteras de poblaciones congolesas fuera de los espacios en los que los principios se cooptan y orientan su porvenir y el de sus hijos. Así se consolida la perpetuidad de la “seudo-burguesía parlamentaria” al afirmar, erroneamente, que el activismo militatnte no es político. Para decirlo de otra forma, esta visión tergiversada de la política apoya el servilismo de los negros, en la medida en que la “seudi-burguesía parlamentaria congolesa” está al servicio de la regresión antropológica del país, por estar al servicio del capital incontrolado. Entendámonos bien. El hecho de reconocer a los partidos políticos su orientación hacia la conquista del poder, no excluye la importancia de las luchas populares por un gobierno respetuoso de los derechos fundamentales y de las libertades políticas, un gobierno al servicio del bien común y del interés general. estas luchas polulares, aunque no estén politizadas, son políticas. Favorecen, respetando el principio democrático, el advenimiento de una ciudad constrida por sus propios hijas e hijos.

Reconozcamos que semejante visión apolítica de los movimientos ciudadanos corre el peligro de fomentar la existencia de los buscadores la apatía ciudadana. Hombres y mujeres que, queriendo que todos los países del mundo se sometan al yugo de las jerarquías del dinero, luchan contra la irrupción de las masa en la política, exigiendo que “los profesionales políticos” se sometan a las pruebas del “Looso”, del “Kinzonzi” o de los “Masambakanyi”. Es decir, que sean capaces de trabajar en la educación, en la información y la formación de las masas populares en un circuito de aprendizaje en común y que se asocien a los procedimientos de participación, de deliberación, de decisión y de evaluación en los que comprometen el porvenir colectivo.

Desmentir esto, supondría confesar la politización de los movimientos ciudadanos y tratar de liberarlos de la dependencia pecuniaria con respecto a las agencias de sedición “made in USA”.

A menudo, la afirmación de que los movimientos ciudadanos son apolíticos va a la par con su instrumentalización, por las agencias citadas anteriormente, para servir a la “seguridad nacional US”; es decir, el control de los mercados de las energías y las materias primas estratégicas, con el fin de alejar a los competidores reales o imaginarios.

Semejante apoliticismo podría resultar catastrófico para el Congo Kinshasa. para evitarlo, hay que acabar con el analfabetismo político. La escuela y la universidad “occidentólogas” pueden ayudar a ello, así como el aprendizaje en común a partir de los colectivos ciudadanos.

Babanya Kabudi

Generación Lumumba 1961

Fuente: Kasai Direct: Demain, après Kabila, rompre avec«Les petits mensonges du genre»: Un mouvement citoyen est a-politique, publicado el 23 de agosto de 2017.

Traducido para UMOYA por Loli Mitchell.

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