Uganda: un genocidio brillante

museveni
© Michael Makutu/AP

La nueva película A Brilliant Genocide (Un genocidio brillante) cuenta la historia del en gran medida ignorado genocidio que el presidente Yoweri Museveni cometió contra los acholi durante 20 años, entre 1986 y 2006. Las tropas de Museveni metieron a cerca de dos millones de acholi, el 90% de la población, en campos de concentración. En todo ese tiempo, Estados Unidos continuó financiando la fuerza militar de Uganda.

Cien millones de personas de todo el mundo vieron el vídeo viral “Kony 2012”. La misión de sus productores cristianos evangélicos era la de ganar adeptos para que las Fuerzas Especiales de Estados Unidos pudieran ayudar al presidente de Uganda, Yoweri Museveni, a perseguir al señor de la guerra Joseph Kony y a su Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés). A pesar del enorme apoyo de la clase política de Estados Unidos y de varios famosos, los productores se vieron expulsados finalmente de la escena mundial entre carcajadas después del lanzamiento del vídeo. Una de las mejores parodias es la que hizo Artist Taxi Driver: “You say get Kony I say get Tony #kony2012 #tonyblair2012.

Sin embargo, más tropas de Estados Unidos llegaron a Uganda en 2012, supuestamente como asesoras del ejército ugandés, una fuerza subsidiaria estadounidense desde hace mucho tiempo. Más han llegado desde entonces, y las tropas de Estados Unidos y Uganda han establecido avanzadillas en Sudán del Sur, en la República Centroafricana y en la República Democrática del Congo, todas en nombre de la lucha contra el infame Kony, al que “Kony 2012” comparó con Osama bin Laden. A pesar de todo eso, Kony continúa en libertad (si aún está vivo). La idea de que un ejército moderno, con un armamento, una inteligencia y una tecnología de vigilancia más avanzados, no haya podido encontrarlos ni a él ni a su fuerza desgastada de mercenarios que operan en la selva es absurda. Como dijo el doctor Vincent Magombe en la nueva película documental de Ebony Butler, A Brilliant Genocide: “América es parte del problema de África en este momento. Los estadounidenses saben bien que Kony no es el problema. Las tropas americanas y el gobierno que está en el poder se encuentran donde están los pozos petrolíferos. No importa si ese gobierno es Museveni, que mata a su propia gente. No es democrático, pero es un amigo.”

A Brilliant Genocide cuenta la historia del genocidio que el presidente Yoweri Museveni y su ejército cometieron contra los acholi durante los 20 años de guerra y ocupación de sus tierras en el norte de Uganda, entre 1986 y 2006. Museveni libró la guerra en nombre de la lucha contra Kony y afirmó que lo hizo para proteger a los acholi, no para destruirlos. Estados Unidos hizo la vista gorda y continuó con la construcción de su fuerza subsidiaria en Uganda. “A pesar de este terrible e impactante abuso de los derechos humanos,” dice el editor estadounidense-ugandés Milton Allimadi en la película, “Estados Unidos continuó financiando a la fuerza militar de Uganda sin interrupción.”

Las tropas de Museveni metieron finalmente a cerca de dos millones de acholi, el 90% de la población, en campos de concentración, según él, para protegerlos de Kony y del LRA. Los barracones donde vivían eran las tradicionales chozas de adobe con tejados de paja en las que estaban apretados de una forma que no era para nada tradicional. El gobierno de Museveni no les proporcionó entonces comida, agua, sanitarios o atención médica. En 2005, la Organización Mundial de la Salud denunció que cada semana morían 1.000 acholi como consecuencia de la violencia y las enfermedades (sobre todo, malaria y sida). Según denunciaron, la cifra superaba en 1.000 la tasa de mortalidad normal.

Este enorme y prolongado desplazamiento causó más muerte y destrucción que la guerra en sí. Todos los elementos de la sociedad acholi (agricultura, educación, relaciones de género y vida familiar) estaban rotos. En los campos, el acholi que al principio era autosuficiente se volvía dependiente por completo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU.

Los soldados ugandeses violaron tanto a hombres como a mujeres, por lo que propagaron el VIH en los campos, pero el presidente George Bush elogió al presidente Yoweri Museveni por sus logros en la prevención de la enfermedad. Todos los que han estado preocupados debido a la prensa occidental que hablaba de la homofobia de Uganda y su ley contra la homosexualidad deben ver tanto “A Brilliant Genocide” como “Gender Against Men” para entender cómo las actitudes del país hacia las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo (incluida la violación) son mucho más complejas.

Finalmente, en 2012 se desmantelaron los campos. Los acholi que sobrevivieron regresaron a sus tierras, pero ahora se enfrentan al acaparamiento de tierras, incluidos aquellos de Museveni y su socio para la agricultura mecanizada.

¿Qué ganó Estados Unidos al ignorar el genocidio de los acholi mientras convertía el ejército de Uganda en una fuerza subsidiaria?

En 1990, mientras continuaba el genocidio en el norte de Uganda, un batallón del ejército ugandés dirigido por el general Paul Kagame invadió Ruanda. Tras una guerra de cuatro años y el asesinato de los presidentes de Ruanda y Burundi, el ejército de Kagame derrocó el gobierno ruandés y estableció una dictadura tutsi de facto, que afirma en falso haber terminado la rivalidad entre la población hutu y tutsi. En los últimos 100 días de esa guerra, se perpetraron las masacres que ahora se conocen como el genocidio de Ruanda y que la mayoría del mundo conoce por la demasiado simplificada y descontextualizada historia que se cuenta en la película Hotel Ruanda.

Esta historia tan radicalmente mal contada del genocidio de Ruanda se ha convertido desde entonces en un pilar de la política exterior de Estados Unidos. Siempre nos dicen que tenemos que empezar otra guerra para detener el genocidio y las atrocidades que se cometen en masa o, en resumen, para detener “la próxima Ruanda”, como en Libia, Siria y, más recientemente, Burundi, o cualquier otra desafortunada nación que sea la siguiente en la lista. Poca gente ha oído hablar del genocidio de los acholi porque expone sin pudor alguno la política exterior de Estados Unidos, que apoya y proporciona medios al dictador Yoweri Museveni desde que llegó al poder en 1986. Nunca nos dicen que tenemos que detener “el próximo genocidio de los acholi” o “la próxima Uganda”.

En 1996, comenzó la invasión por parte de Ruanda y Uganda de la República Democrática del Congo, increíblemente rica en recursos, que fue posible con armamento, logística e inteligencia estadounidense. Expulsaron al presidente congoleño Mobutu Sese Seko en 1997 y lo reemplazaron por Laurent Kabila. Cuando Laurent Kabila se volvió más independiente y expulsó a los soldados de Ruanda y Uganda, estos países invadieron el Congo de nuevo y reemplazaron al presidente por su hijo adoptivo Joseph Kabila, que era más sumiso a sus intereses. Hoy en día, tras la muerte de millones de personas durante la Primera y la Segunda Guerra del Congo, Ruanda y Uganda siguen cometiendo atrocidades y expoliando los recursos en el este del país. Actualmente, se masacra a 60 personas cada mes en el territorio de Beni, pero el mundo no tiene muchas más probabilidades de enterarse de esto que del genocidio de los acholi.

La mayoría de los habitantes de Occidente tienen muchas más probabilidades de haber notado que la prensa occidental (así como Human Rights Watch y Amnistía Internacional) anuncia a los cuatro vientos que se va a producir otro genocidio tutsi en Burundi, aunque la violencia en este país esté lejos de ser tan horrible como la de Beni y muchos de los asesinados hayan sido altos cargos del gobierno hutu. Estados Unidos y sus aliados quieren derrocar el gobierno de Burundi, así que siguen haciendo sonar las alarmas que anuncian que el país planea un genocidio, que nos instan a detener otro genocidio o “la próxima Ruanda”. No hacen sonar las mismas alarmas por Beni porque la eliminación de su población facilitaría su plan establecido desde hace mucho, para dividir la República Democrática del Congo, tal y como dividieron Yugoslavia y Sudán del Sur.

Estados Unidos ha usado las tropas ugandesas al servicio de su propio plan no solo en naciones fronterizas con Uganda, sino también en Somalia y cualquier otro país del continente africano, bajo la coordinación de AFRICOM, el Mando África de Estados Unidos. Han llegado a usar las tropas ugandesas en sus propios ataques en Iraq y Afganistán.

Cuando alguien, incluidos Human Rights Watch o Amnistía Internacional, dice que tenemos que invadir otra nación soberana para detener un genocidio y atrocidades en masa, se le debería recordar el terrible genocidio de los acholi que Estados Unidos hizo posible o las masacres que se están produciendo en el territorio de Beni de la República Democrática del Congo en la actualidad. Estos son solo dos ejemplos de las atrocidades en masa que Estados Unidos ha cometido o facilitado porque estas o su autores, como Museveni, están al servicio de los intereses estadounidenses.

Como ha dicho el candidato por el Partido Verde a la vicepresidencia de Estados Unidos Ajamu Baraka, “¿Cuándo fue la última vez que Estados Unidos estuvo del lado de la gente, en realidad? La respuesta es: ‘Nunca’”.

Actualmente, se está proyectando A Brilliant Genocide en festivales internacionales de cine de todo el mundo. Se emitirá en los canales de la cadena Russia Today (RT) de todo el mundo y en las páginas web de RT entre el 1 de octubre y el 28 de febrero; quedan por determinar las fechas concretas. [Cosultar en su página web]

Ann Garrison

* Ann Garrison es una periodista independiente estadounidense.

Fuente: Pambazuka News, “Uganda: A Brilliant Genocide”, publicado el 22 de septiembre de 2016.

Traducido por Lucía Vázquez Sevilla y Cristina Velasco González (Universidad de Salamanca).

2 Respuestas a “Uganda: un genocidio brillante”

  1. EXCELENTE DOCUMENTAL CRUDA Y CRUEL REALIDAD ACONTECIDA BAJO LA MIRADA SILENTE Y EL ESCUDO INDOLENTE DE LAS POTENCIAS MUNDIALES CONTRA LA HUMANIDAD !!!

    VIVA UGANDA HASTA CUANDO LA INDEFERENCIA DEL MUNDO SIN CORAZON CUANTA ATROCIDAD BARBARIE MATANZA Y CUANTA ABERRACION CONTRA UN PUEBLO SIN QUE SER HUMANO ALGUNO QUE PODIA CAMBIAR LA HISTORIA LEVANTO SU VOZ !!!!

    SIN LUGAR A DUDAS UN GENOCIDIO YO NO DIRIA BRILLANTE NI PERFECTO YO DIRIA INFAME CON ROSTRO PERO SIN CLEMENCIA Y CON UN PROPOSITO MAS QUE EXPLICADO EN DICHO DOCUMENTAL !!!

    VIVA EL PLANETA TIERRA HUMANIDAD LIBRE !!!!

  2. DIOS HARA JUSTICIA POR NUESTROS HERMANOS.Y LOS DEUDOS DE PONER SU PENA, DOLOR Y SU IMPOTENCIA EN LAS MANOS DE NUESTRO DIOS… “””Y A ESE PRESIDENTE Y SUS AYUDANTES AQUI,AQUI DARAN CUENTA AL TODOPODEROSO NI SE IMAGINAN LO K LES BIENE.

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