Tanzania: la importancia de la primera visita de Magufuli a Kenia

magufuliYussuf Manji, el magnate y empresario tanzano propietario de Quality Group, junto con algunos inversores malasios, perdió el terreno perfecto para la construcción de Magomeni Kota, en la ciudad de Dar es-Salaam. Esto ocurrió después de que el presidente John Magufuli anulara el acuerdo con el Consejo Municipal del distrito de Kinondoni, que daba luz verde a construir bloques de apartamentos.

Sin embargo, la pregunta apropiada sería si se siguieron unas medidas adecuadas y transparentes cuando se firmó dicho acuerdo. Claramente, el doctor Magufuli cree que no.

En 2012, un total de 664 residentes de Magomeni Kota se quedaron sin vivienda cuando se demolieron sus casas para abrir el camino a lo que se conocía como la construcción de bloques de apartamentos que cambiarían la imagen de Dar es-Salaam. Al igual que sus homólogos de Muthurwa, en Nairobi, y de las zonas cercanas a la carretera Entebbe, en Kampala, los habitantes que viven en terrenos de gran valor para la construcción en estas ciudades se han convertido en un mero alimento para el voraz apetito de las constructoras, que no se detendrán ante nada hasta ponerle las manos encima a estas áreas, pues se espera que generen grandes beneficios para los inversores.

La estrategia es muy simple: se consigue la participación de empresarios, normalmente asiáticos; se persuade a políticos con fuertes contactos en el partido del gobierno; y se les presiona o se compra a miembros del ayuntamiento para que renuncien a propiedades de zonas clave bajo la consigna de que los habitantes se beneficiarán de ello. En realidad, cuando el acuerdo está cerrado, la venta de las propiedades o la subida de los alquileres hacen que estos primeros habitantes se vayan. Finalmente, los inversores, con una gran sonrisa, recorren el camino hasta el banco tras haber construido centros comerciales, bloques de apartamentos y edificios de oficinas.

Se trata de puro consumismo y de la peor faceta del capitalismo desenfrenado, con su injusta distribución de la riqueza. Por ello, el informe del State of East Africa declaró sucintamente en su reciente estudio, publicado bajo el título “Consolidating misery? The Political Economy of Inequalities” (¿Consolidando la miseria? Las políticas económicas de las desigualdades), que la brecha entre ricos y pobres estaba creciendo en la región a un ritmo alarmante.

Los gobiernos de África Oriental han propuesto proyectos de desarrollo que se venden como beneficiosos para la población pobre, pero que han resultado ser de todo menos lo que parecen. El ejemplo de Magomeni Kota es un clásico que muestra cómo los políticos corruptos con mucho dinero utilizan las intervenciones de desarrollo bienintencionadas para su propio beneficio en detrimento del bien común. Y esto no se limita a Tanzania.

Las críticas

Se está acusando severamente al doctor Magufuli de ser un dictador, tanto dentro como fuera del país. Se dice que es un líder que no cumple la ley y que perjudica a la democracia y al estatus de Tanzania en el panorama internacional. Sus acusadores escogen solo la información que les conviene; como se dice en suajili, “akutukanaye hakuchagulii tusi” (el que intenta insultarte, dirá cualquier cosa).

Los kenianos han sido particularmente explícitos en Twitter y se han preguntado si el doctor Magufuli tiene un programa en contra de ellos (o, mejor dicho, en contra del gobierno del presidente Uhuru). El hecho que motivó estas quejas es que el actual presidente tanzano no realizó su primera visita oficial hasta un año después de llegar al poder, y tras ser el anfitrión del candidato de la oposición keniano Raila Odinga.

Se está utilizando como prueba contra Magufuli la decisión del gobierno tanzano de no renovar los permisos de trabajo de los profesores extranjeros y de paralizar la importación de objetos tales como mondadientes, que llegaban desde países como China o Kenia. Asimismo, se le reprocha la negativa a firmar los Acuerdos de Cooperación Económica.

Esto es lo que el respetado economista keniano David Ndii escribió en enero de 2016: “Es una desgracia para Uhuru Kenyatta que su presidencia se compare ahora con la de un presidente tanzano que está recuperando los valores del liderazgo de Nyerere (humildad, modestia, integridad, disciplina personal y ética de servicio público).”

La lucha contra la corrupción de Magufuli ha puesto en evidencia la parte vulnerable de la presidencia de Uhuru Kenyatta. Según todos los ignorantes que lo defienden, el presidente Kenyatta es un destructor de la corrupción. Sin embargo, debido a que está todavía atado a la cleptocracia de Kanu, con la que ha crecido, tiene una tolerancia a la corrupción muy por encima de cero. Está rodeado de millonarios que amasaron su fortuna de la noche a la mañana.

“Esto no quiere decir que el doctor Magufuli sea un santo. Sus improvisados comentarios sobre la ‘desaparición’ de sus oponentes y sobre la posibilidad de los tanzanos de tener tantos hijos como quieran porque ahora tienen educación gratuita se han tomado abiertamente y se han sacado de contexto para ajustarlos al discurso sin rumbo del presidente.” Su éxito como ministro responsable del desarrollo de infraestructuras habla por sí mismo.

Un rápido hundimiento

Tanzania estaba hundiéndose rápidamente en los mismos hábitos que han hecho de Kenia una pobre excusa de nación sin alma. Con cada paso que ha dado, el doctor Magufuli ha intentado mantener el deseo de no liderar un país en el que hay unos pocos multimillonarios y millones de ciudadanos que viven en la pobreza extrema.

Eso significa que se necesita controlar los cárteles de corrupción. Eso significa que se debe decir lo que se piensa y pensar lo que se dice. El denominado Gobierno de la quinta fase se ha ajustado el cinturón. No más viajes de benchmarking a Singapur, Malasia o incluso Brasil. Cuando el presidente restringió las visitas al extranjero, él mismo también se incluía.

Antes, en Tanzania, gracias a la locuacidad del presidente Jakaya Kikwete, los altos funcionarios del gobierno se salían con la suya. Ahora, el doctor Magufuli ha asegurado que no menos de 200 de ellos se enfrenten a procesos judiciales, acusados de sabotaje económico y robo. Esto incluye a funcionarios públicos que se quedaban con millones de chelines procedentes de miles de empleados fantasma en plantilla. Es el momento de pagar por ello y los negociadores están huyendo para salvarse.

Cada paso que el doctor Magufuli da, incluyendo el no viajar, no tiene nada que ver con las relaciones con los demás. Tiene que ver con limpiar el desastre que era Tanzania. Claramente, el doctor Magufuli no quiere ganar premios a nivel mundial como su predecesor, que los consiguió por dárselas de señor Amable con el FMI, el Banco Mundial, los EEUU y otras entidades poderosas. No puede ser tan malo recuperar el terreno acaparado, aumentar la vigilancia y exigir la entrega y el control de los contratos fraudulentos que vendieron la riqueza de la nación.

Por Kasera Nick Oyoo

El señor Oyoo es un asesor de investigación y comunicaciones de la compañía Midas Touché East Africa.

Fuente: The Citizen, Tanzania, Why Magufuli’s maiden visit to Kenya is significant, editorial publicado el 1 de noviembre de 2016.

Traducido del inglés para UMOYA por Cristina Velasco González (Universidad de Salamanca).

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