Lumumba y el día en que la independencia del Congo-Zaire fue confiscada…

Patrice-Lumumba-4Con ocasión de la celebración de la fiesta de independencia de la República Democrática del Congo (RDC), ex-Zaire, a continuación os proponemos algunas buenas páginas del libro “CANADÁ EN LAS GUERRAS EN ÁFRICA CENTRAL” que tratan sobre la crisis congoleña posterior a la independencia y el asesinato del Primer ministro congoleño, Patrice Émery Lumumba. Buena lectura.

[…] Tras la ruptura de las relaciones entre el secretario general de la ONU, Dag Hammarskjöld, y Lumumba, los Estados Unidos deciden entrar en acción. El 18 de agosto de 1960, se celebra en Washington una reunión entre los estrategas del Consejo nacional de seguridad y el grupo especial de la administración Eisenhower. Los americanos se inquietan cada vez más por la creciente importancia política de Lumumba en el Congo. Sus temores se fundan en informes sesgados enviados al Cuartel general de la CIA por el jefe de la estación de Léopoldville.

He aquí un extracto: “embajada y estación consideran que el Congo es objeto de una tentativa comunista para derribar al gobierno, numerosas fuerzas en el trabajo aquí: soviéticos […], partido comunista, etc. Las fuerzas antioccidentales apoyan cada vez más el poder congoleño, y quizá no queda tiempo para actuar con el fin de evitar una nueva Cuba.”

Durante la reunión, el Presidente Eisenhower alude de manera encubierta la eliminación de Patrice Lumumba. Allen Dulles, el jefe de la CIA, toma nota. El subsecretario de Estado Douglas Dillon insiste en la necesidad de “neutralizarle rápidamente”. Franck Carlucci, un agente de la CIA con puesto en Kinshasa, aprueba la idea pero sugiere que primero sea eliminado de su puesto de Primer ministro. La estrategia escogida consiste en provocar una moción de censura en el Parlamento congoleño. Al día siguiente, el director de las operaciones secretas de la CIA, Richard Bissel, da su aval: “estas autorizado a poner en marcha la operación”. El 26 de agosto, Allen Dulles firma un despacho para el jefe de la estación de Léopoldville: “para los dirigentes de la organización, la decisión definitiva es que si Lumumba continúa ocupando la primera fila, el resultado inevitable será en el mejor de los casos el caos y en el peor la vía abierta a una toma del poder de los comunistas en el Congo, con consecuencias desastrosas para el prestigio de las Naciones Unidas y los intereses del mundo libre en general. En consecuencia, decidimos que su eliminación debe ser un objetivo urgente y principal. En la coyuntura actual, este fin debe ser altamente prioritario en nuestro plan de acción secreta.” [1]

Se plantean varias tentativas de asesinato – entre ellas la utilización de productos biológicos mortales y el envenenamiento de la pasta dentífrica – pero todas se acaban abortando. La CIA no quiere arriesgar demasiado, demasiadas personas trabajan ya en la preparación del homicidio de Lumumba. Church Committee [comisión de investigación del senado sobre las actividades de la CIA] observa sin embargo que el gabinete de la CIA en Léopoldville “permanece en contacto con los congoleños que habían expresado el deseo de asesinar a Lumumba. Los funcionarios de la CIA animan a estas personas, y proponen apoyarlos en sus esfuerzos contra Lumumba” [2]

[…] Del lado belga, soñábamos desde los primeros días de la crisis con apartar definitivamente a Lumumba de la escena política. Los funcionarios belgas se habían propuesto en efecto, desde julio, acercarse a algunos hombres políticos congoleños susceptibles de montar un complot contra el Primer ministro congoleño. En un telegrama que envía a Bruselas el 13 de julio, el embajador belga en Léopoldville escribe: “a medianoche, he recibido a Bomboko… He hecho una crítica de la actitud del Primer ministro y de algunos miembros dudosos del gabinete y no le escondí nuestra esperanza de verle a la cabeza del ejército o del país” [3] Diez días más tarde, es decir el 23 de julio, comunica a su jefe: “la oposición contra el Primer ministro crece en el seno de su gabinete. Tenemos interés en seguir los consejos de esta fracción moderada que cada vez más espera poder controlar e incluso obstaculizar la acción del Primer ministro.”

Los dirigentes de la ONU también están convencidos de que Lumumba debe desaparecer de la escena. En el telegrama del 26 de agosto de la misión permanente de los Estados Unidos cerca de la ONU, leemos que “Hammarskjöld está convencido de que se debería acabar con Lumumba.” El americano Andrew Cordier, sustituto de Brunche y nuevo adjunto de Hammarskjöld, acuerda con los diplomáticos canadienses eliminar a Lumumba y salvaguardar los intereses occidentales en el Congo. Escribe que “la única solución verdadera al problema consistiría en un cambio de líder”. Precisemos que Cordier forma parte del club Congo (o Congo Group), un grupo de altos funcionarios de la ONU que vela por que el organismo internacional salvaguarde los intereses occidentales en el Congo [4]. Según Conor Cruise O’ Brien [5], él mismo funcionario del secretariado general de la ONU, el Grupo Congo, verdadero órgano decisorio de la Organización de las Naciones Unidas en el Congo, era “un pequeño núcleo de americanos alrededor de Hammarskjöld, y un escudo de neutrales” mientras que “se tenía buen cuidado de que ningún miembro del secretariado, ciudadano de un Estado comunista, viera los telegramas concernientes a la operación”.

Sin embargo hay que señalar que todas estas fuerzas cruzadas por enormes conflictos de intereses eran todas de los accionistas o tenían lazos con asuntos de las empresas que explotaban el Congo […]

Hombre a batir, Lumumba se encuentra en el centro de todas las intrigas. Durante todo el mes de agosto, los belgas, los americanos y los dirigentes de la ONU contemplan su destitución política a través del funcionamiento de hombres leales que les eran favorables. Andrew Cordier, el adjunto del secretario general de las Naciones Unidas, confiesa en privado que “la única solución válida es un cambio en la cabeza del gobierno.” El Times del 16 de agosto escribe que “Hammarskjöld claramente daba a entender que dudaba del derecho de Lumumba a hablar en nombre del gobierno.” El Christian Science Monitor del 1 de septiembre escribe, por su parte, que para algunos diplomáticos de la ONU, “se verterían pocas lágrimas” si Lumumba debiera desaparecer de la escena política.

La CIA asegura la remuneración de la inmensa mayoría de los oponentes de Lumumba que jugaran un papel clave en su destitución, particularmente el Presidente Kasavubu, el jefe del estado mayor del ejército, el coronel Mobutu, el Ministro de Asuntos Exteriores Justin Bomboko, el presidente del senado Joseph Iléo, el líder sindical Cyrille Adoula… Un cargo superior de la CIA afirma que al principio de los años 60, la terrible agencia de espionaje “compraba y vendía regularmente políticos congoleños.” [6]

[…] Lunes, 5 de septiembre de 1960 a las 20 h 15 min, Kasavubu sale en la radio y anuncia brutalmente la revocación de Lumumba al que va a llamar bajo la emoción “el primer burgomaestre”. […] Pero la respuesta de Lumumba no se hace esperar. Después de haberse enterado de su destitución ilegal, decide, como jefe de Gobierno, destituir al Presidente Kasavubu cuya función sólo es simbólica. Nos encontramos entonces en un punto muerto con Lumumba que rebate con razón el derecho del Presidente Kasavubu a destituirle mientras que Kasavubu apoyado por las Naciones Unidas, Canadá, Bélgica y USA, forma un nuevo gobierno rechazado por la mayoría de la población, en primer lugar, por los por los parlamentarios en Léopoldville. La prensa subraya sin ambigüedad el partido tomado por las Naciones Unidas en el desarrollo de la situación. The Times escribe el 7 de septiembre: “he aquí pues la ONU, aparentemente como siempre imparcial, pero visiblemente inclinada hacia un lado.” En La Libre Belgique, leemos: “si el Sr. Kasavubu e Iléo debían llevarse por fin la victoria que merecen, es a la ONU a la que se la deben”. Para el periódico, “sin la ONU, en algunas horas, Lumumba podría hacerse cargo de la situación con algunos cientos de fieles.”

El 7 de septiembre, ante los parlamentarios, Lumumba pronuncia un discurso magistral “contra la balcanización del país y contra el golpe de Estado de Kasavubu”. […] A pesar de la fuerte presencia de la Oposición, la cámara baja rechaza con 60 votos contra 19 la destitución de Kasavubu y de Lumumba. Al día siguiente el senado rechaza con 41 votos contra 2 solamente la decisión de Kasavubu.

Americanos, belgas y representantes de las Naciones Unidas se dan cuenta de la amplitud del “fenómeno Lumumba” y de su considerable popularidad en el seno de la población, pero también de su apoyo sólido en el parlamento. La CIA da a conocer que “Lumumba en la oposición es casi tan peligroso como cuando está en el poder.” Las autoridades americanas están convencidas de que, hasta políticamente debilitado, Lumumba es capaz de volver a escena como un fénix renace de sus cenizas y cambiar la situación en su favor. Un cable de la CIA lo describe por otra parte como “un orador cautivador, capaz de convencer a enormes multitudes de que pasen a la acción”, que “si se le permitiera hablar a un batallón del ejército congoleño, haría lo que él quisiera al cabo de cinco minutos.”

El embajador de USA en el Congo, Timberlake, ferviente antinacionalista, comenta el discurso de Lumumba: “en forma muy grande, Lumumba ha destrozado los argumentos de la oposición, ha ridiculizado a Kasavubu.” Rajeshwar Dayal, sucesor de Cordier en las Naciones Unidas, recuerda el resultado del voto en el senado: “Kasavubu está políticamente muy debilitado… Los desarrollos de este día han reforzado considerablemente la posición de Lumumba” [7].

La impopularidad y la pasividad de Kasavubu empujan a los Estados Unidos a accionar enérgicamente su peón, el coronel Mobutu [8]. El 14 de septiembre de 1960, Mobutu, mediante un golpe de Estado militar, neutraliza a todos los hombres políticos con el pretexto de sacar al país del punto muerto provocado por los dos gobiernos. […] Con toda evidencia, el golpe de Estado de Mobutu marca la unión sagrada entre la ONU, Bélgica y USA contra Lumumba. Pero este último sigue siendo muy popular entre la población. En el transcurso de su última salida por la ciudad, el 9 de octubre, celebra varios mítines ante muchedumbres muy entusiasmadas. El comisario adjunto a la justicia el sr. Etienne Tshisekedi, colaborador cercano de Mobutu, exige medidas más firmes contra el Primer ministro congoleño. Al día siguiente, el coronel Mobutu ordena el cerco de su residencia. Lumumba entonces es guardado por un doble cordón militar: el círculo interior está formado por cascos azules y el cordón exterior por soldados de la ANC (Armada Nacional Congoleña). Según Ludo de Witte, cuyo libro fue el origen de la comisión de investigación parlamentaria belga sobre la muerte del Primer ministro congoleño, “este cerco va por delante de los deseos de la coalición occidental que quiere cortar a Lumumba de raíz. Esta solución también satisface a los dirigentes de la ONU: el doble cordón conviene a los que creen que un régimen neocolonial estable sólo es posible si reserva un pequeño lugar para un Lumumba debilitado.[…] Lumumba se vuelve exiliado en su propio país.”

[…] Neutralizado políticamente por los peones neocoloniales ordenados por los Estados Unidos, Bélgica y la ONU, su gobierno legítimo y democrático desaprobado ante la Asamblea General de la ONU, abandonado incluso por algunos de sus amigos panafricanos, a Lumumba no le queda más que la huida para reunir a sus partidarios en Stanleyville con vistas a reforzar el bastión nacionalista.

[…] Los servicios secretos belgas y la ONUC fueron los primeros en apercibirse de su salida, en la noche del 27 al 28 de noviembre. Enseguida un pánico terrible se apodera de Léopoldville, Bruselas y Washington. Según Dayal, “si Lumumba consigue alcanzar Stanleyville, entonces la situación cambia en el acto.” El embajador americano Clare Timberlake, declara posteriormente que Lumumba “habría estado más que probablemente en condiciones de reconquistar el control sobre el gobierno central al principio de esta posición favorable, si hubiera podido algún día llegar a Stanleyville.” el incendiario Hammarskjöld recuerda a las autoridades estadounidenses la posibilidad de desplegar tropas de la ONU entre Stanleyville y Léopoldville si Lumumba alcanza su objetivo.

Mientras que la comitiva de Lumumba rueda a toda velocidad hacia Stanleyville por los caminos que llevan a Port-Francqui, se envían aviones de reconocimiento, se dice que a petición de Mobutu, por las autoridades belgas y la CIA, para encontrarlo. Un cable de la CIA fechado el 28 de noviembre recuerda claramente la colaboración de la agencia con las autoridades congoleñas en la persecución. El viaje de Lumumba hacia Stanleyville fue el suceso que provocará su pérdida.

El 1 de diciembre, Lumumba es interceptado por una unidad del ejército congoleño. Tiene tal talento de orador carismático que casi acaba por convencer a las tropas para que bajen la guardia en el nombre “de un Congo independiente”, pero surgen otros refuerzos y le detienen, y con él, a su mujer y su hijo así como a los ex ministros Mpolo y Okito. Hecho inquietante -pero que verdaderamente no lo es: la detención de Lumumba y de sus compañeros de lucha por los hombres de Mobutu es una “gracia” de un oficial canadiense de las Naciones Unidas: el teniente coronel J.A.Berthiaume.

[…] Lumumba y sus compañeros de lucha son golpeados hasta la muerte bajo la mirada impasible de las fuerzas de la ONU. […] A pesar de la reprobación internacional que suscita este suplicio, Mobutu y Tshombé son tranquilizados: la ONU no intervendrá salvo “algunas protestas verbales.” Lumumba y sus compañeros son llevados más tarde a la selva, en plena noche, por los soldados de Katanga bajo la dirección de los oficiales belgas, en presencia de Tshombé y en presencia de sus ministros. Apoyados en un árbol, Okito luego Mpolo y por fin Lumumba son ejecutados por un pelotón de ejecución bajo el mando de oficiales belgas. Era el 17 de enero de 1961.

He aquí cómo Canadá, USA, Bélgica y las Naciones Unidas salvaron la democracia del comunismo desembarazándose de la democracia, confiscando la independencia del Congo.

PATRICK MBEKO

[1] Cablea CIA, Dulles al jefe de estación, 28.8.60.

[2] Blum William, Las guerras malvadas, Parangon, 2004, p. 171.

[3] De Witte Ludo, op.cit ., p. 42. [4] ídem, p. 57.

[5] O’ Brien Conor Cruise, op.cit ., p. 55.

[6] Blunt William, op.cit ., p. 170.

[7] Telegrama Dayal a “H”, 8/9/60, número B-861, Archivos Naciones Unidas.

[8] Mobutu antes de ser repescado por Lumumba, trabajaba para la Seguridad Belga. Es cierto para varios autores que, de la Seguridad Belga, Mobutu habría pasado, en el momento adecuado a los servicios secretos americanos en particular la CIA. El historiador americano, Charles P Howard Sr informa de que mucho antes de su golpe de Estado, Mobutu habría sido, todo el mes de agosto de 1960, el huésped nocturno de la embajada de los Estados Unidos, hasta el día en que dispuso de bastante dinero para asegurar la paga del ejército y derribar al gobierno. Andrew Tully, historiógrafo oficial de la CIA afirma en su libro ‘CIA, Inside Story’ que Mobutu es un descubrimiento de la CIA.

El libro: http://www.amazon.ca/Canada-dans-guerres-Afrique-centrale/dp/2918278084

Fuente: Le Congolais, Lumumba et le jour où l’indépendance du Congo-Zaïre fut confisquée…, publicado el 30 de junio de 2014.

Traducido para Umoya por Mª Isabel Celada Quintana.

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