Chad: Idris Déby protegido por sus socios internacionales por motivos estratégicos

Foto: Idriss Deby, el presidente chadiano, saluda a los fotógrafos a su salida del Palacio del Elíseo, tras reunirse en París con el presidente francés Francois Hollande. Francia, 14 de mayo de 2015. EPA/ETIENNE LAURENT

El presidente de Chad, Idriss Déby, está en camino de ser elegido para un quinto mandato. Aunque sus credenciales democráticas se tambaleen, parece gozar de suficiente apoyo internacional. Por LIESL LOUW-VAUDRIAN para ISS TODAY.

Este artículo apareció por primera vez en ISS Today, una publicación del Instituto de Estudios de Seguridad de Sudáfrica.

El 10 de abril, se preguntó a los votantes si querían que Idriss Déby, a sus 65 años, siguiera presidiendo el país durante un quinto mandato. Parece ser que los resultados muestran una respuesta clara.

Déby gobierna desde 1990. Esto significa que gran parte de la juventud de Chad –que conforma la mayoría de la población en este país centroafricano rico en petróleo– sólo ha conocido un presidente.

Déby se enfrenta a varios candidatos opositores, pero ninguno de ellos parece estar a la altura del actual presidente puesto que él tiene a su disposición los recursos del Estado y el control de los medios. Ni siquiera Saleh Kebzabo, incondicional opositor desde hace mucho tiempo, parece que pueda liderar un importante cambio en el gobierno de Chad.

La sociedad civil tiene poca confianza en que los políticos aseguren tal cambio y, desde hace semanas, han iniciado sus propias campañas para mostrar su descontento con el régimen. Lideran manifestaciones contra los altos precios de los alimentos, la subida de precios del combustible y otras cuestiones del día a día, pero sin duda las quejas están dirigidas a Déby. El régimen es consciente de la situación y reprime a los disidentes.

El gobierno ha anunciado que las asambleas no están permitidas, a excepción de aquellas que estén directamente relacionadas con la campaña electoral iniciada el 20 de marzo. Cuatro de los principales líderes de la sociedad civil fueron detenidos para evitar la manifestación de la gran oposición prevista para el 29 de marzo.

La situación interna de Chad ha empeorado en los dos últimos meses debido a la caída de los precios del petróleo y al deterioro de la seguridad en el país. Los atentados perpetrados por el grupo terrorista nigeriano Boko Haram han causado muchas muertes, especialmente en la cuenca del Lago Chad. Estos ataques han llevado también al cierre de las carreteras más importantes como la que va desde la capital, Yamena, hasta el puerto de Douala, pasando por Camerún.

Además, los conflictos de los países vecinos han causado una oleada de refugiados en Chad. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Chad acoge a más de 450.000 refugiados –principalmente de la República Centroafricana (RCA), Sudán y Nigeria.

A pesar del descontento general con su régimen y que Déby esté saltándose los principios democráticos al presentarse candidato para un quinto mandato, -aunque no esté prohibido en la Constitución– ha resultado casi imposible para los activistas chadianos movilizar apoyos en el exterior. La comunidad internacional bien se mantiene silenciada durante las elecciones o bien muestra su apoyo de forma activa a Déby. Esto está en gran medida relacionado con su posición de hombre fuerte y supuesto garante de la paz y estabilidad de la región.

Déby fue elegido como presidente de la Unión Africana (UA) para el 2016 en la cumbre de la UA celebrada en enero en Adís Abeba. Esto envía un claro mensaje: la UA apoya al líder chadiano. Entre los asistentes a la cumbre, pocos parecían tener constancia de que el gobierno de Déby se verá desafiado en las elecciones mientras preside la UA.

El Acta Constitutiva de la Unión Africana parece que no prohíbe a los jefes del Estado que se presentan a unas elecciones ostenten la presidencia de la UA. No obstante, sorprende que esto no se haya tenido en consideración cuando la asamblea tomó la decisión. ¿Tan seguros están la UA y Déby de que el líder chadiano ganará las elecciones que nadie se lo ha planteado? En caso de que Déby pierda las elecciones presidenciales, ¿su sucesor le tomaría el relevo como presidente de la UA?

David Zounmenou, un experimentado investigador del Instituto de Estudios de Seguridad, declara que la decisión de la UA aparentemente no tiene en cuenta el impacto local y el mensaje que así se envía sobre la defensa de los principios democráticos en África. Afirma que «la decisión de la UA podría seguir una rotación regional [el anterior presidente fue Robert Mugabe, el dirigente de Zimbabue], pero ha habido una fuerte reacción por parte de los activistas de la sociedad civil y los diplomáticos de Chad».

La UA y otras instituciones internacionales se acercan a Chad como la principal potencia regional –sin embargo, es un Estado que confía en gran medida en los beneficios de sus reservas petrolíferas para financiar sus hazañas militares en la región. También es un país asolado por la debilidad institucional y por un presidente muy controvertido.

La caída de los precios del petróleo ha hecho mella en las finanzas del país, lo que ha desencadenado preguntas sobre si se podría seguir financiando el ejército de la misma manera.

Según Zounmenou, «hay informes que muestran que el Estado tiene una deuda de 700 millones de dólares». Chad adquirió un papel importante en el conflicto que tuvo lugar en el norte de Mali en 2013, donde fue el único país africano que ayudó a Francia a reprimir a los islamistas. Decenas de soldados chadianos murieron en esta intervención militar.

Chad también jugó un papel clave en el conflicto de la República Centroafricana, su vecina del sur. Aunque inicialmente apoyó a los rebeldes Séléka que dieron un golpe de Estado en Bangui en Marzo de 2013, posteriormente sus tropas pasaron a formar parte de una fuerza regional con el fin de ayudar a restaurar el orden y la estabilidad del país.

La segunda señal que indica que Déby tiene un fuerte apoyo internacional es el silencio que rodea las elecciones por parte de Francia, antiguo poder colonial. Si bien la influencia de Francia en la política local de los países africanos francófonos es, en ocasiones, exagerada, las críticas sobre Déby podrían haber alentado a los manifestantes –igual que la falta de apoyo a Blaise Compaoré al final de su reinado en Burkina Faso, en noviembre de 2014, puede haber sido un factor a tener en cuenta en el posterior derrocamiento popular.

Está claro que Francia necesita a Déby por motivos estratégicos: luchar en la guerra contra el terrorismo. En su nuevo libro Hollande l’Africain, el periodista Christophe Boisbouvier señala que el presidente francés François Hollande, con el apoyo que les presta a líderes africanos como Déby, va en contra de muchas de las ideas que sugirió en la campaña electoral de 2012.

Según Boisbouvier, Hollande y Déby se hicieron «mejores amigos» en 2013 porque Francia necesitaba a Chad durante la Intervención militar en Malí.

«Antes de esta operación militar el presidente Hollande fue fiel a algunos de los compromisos relacionados con la democracia y los derechos humanos en África que adquirió durante su campaña electoral. Tras la intervención militar, la política de la realidad tomó el relevo –Chad es el mejor ejemplo», escribe Boisbouvier. Con el establecimiento de la fuerza regional antiterrorista, la Operación Barkhane, en Djamena, Francia confirmó que considera a Chad una pieza clave para la paz y seguridad en las agitadas regiones del Occidente y del África central.

Zounmenou sostiene que el silencio de Francia con respecto a un posible quinto mandato contradice lo que la antigua potencia colonial ha mantenido sobre el apoyo a la democracia y al cambio de poder democrático en África. Su silencio en torno al controvertido referéndum para cambiar la Constitución de la República del Congo –para que el Presidente Denis Sassou Nguesso participe en las elecciones del 20 de marzo– también empaña la reputación de Francia.

Zounmenou explica que «el hecho de que Francia prefiera la continuidad de estos regímenes en lugar de insistir en un cambio democrático, plantea un serio problema». Sassou Nguesso ganó las elecciones en la primera vuelta con un 60 por ciento, un resultado ampliamente reñido con la oposición y la sociedad de la República del Congo.

Zounmenou anuncia que en la actualidad hay un manifiesto retroceso de los logros democráticos conseguidos en el continente, y ejemplo de ello es la prolongación de los mandatos de Sassou Ngueso y Déby. A su parecer, el hecho de que la comunidad internacional no hable de estos asuntos es vergonzoso.

«Se supone que la comunidad internacional fomenta la democracia en África, pero parece que ha perdido su voz». DM

Fuente: Daily Maverick, Sudáfrica, 11 de abril de 2016.

Traducido por Sara García Carballo

 

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