El 18 de agosto de 2015, la embajadora de los Países Bajos en Ruanda, la Sra. Drs. F. M. de Man, acompañada de dos miembros del Parlamento holandés en visita oficial a Ruanda, se reunió con Victoire Ingabire Umuhoza, en la cárcel central de Kigali, en la que Ingabire cumple una condena de 15 años, tras haber sido sometida a un juicio político.
El FDU INKINGI quiere expresar su gratitud hacia el gobierno y el parlamento holandés por este gesto en favor de los derechos humanos, en general, y en favor de Ingabire, en particular.
La delegación holandesa pudo observar las condiciones de detención inhumanas que Ingabire sufre en la actualidad, además del doble discurso por parte de las autoridades ruandesas. Efectivamente, a pesar de la insistencia de la delegación holandesa de que la visita se realizase sin testigos, la dirección de la cárcel se ha negado en redondo y ha sido el director de la cárcel en persona el encargado de acompañar la visita. Ello ha provocado que, en varias ocasiones, Ingabire haya contradicho públicamente al director de la cárcel, como cuando se atrevió a afirmar que había sido la propia Ingabire la que había pedido que la ventana de su celda estuviese tintada para impedir que los rayos del sol iluminasen el interior. De hecho, la víspera de la visita, la dirección de la cárcel se encargó de quitar la mencionada pintura para dar buena impresión a la delegación. O como cuando el director afirmó que Ingabire había negado el genocidio, lo cual es completamente falso.
La dirección de la cárcel también mintió al afirmar que el abogado de Ingabire era libre de hablar con su cliente cuando quisiese. Más bien al contrario, pues aquella misma mañana, el Sr. Gatera se enteró por el RCS (Servicio Correccional de Ruanda, según sus siglas en inglés) de que tenía que esperar una respuesta escrita antes de verse con su cliente, pero el RCS no le ha indicado cuándo se produciría dicha respuesta. Todo ello no es más que una maniobra que no consigue esconder la intención de las autoridades ruandesas de sabotear la acción judicial de Ingabire contra el gobierno ruandés ante el Tribunal Africano de Derechos Humanos y de los Pueblos, situado en Arusha.
El periódico gubernamental The new Times ha retomado su campaña de acoso mediático a Ingabire, señal de que los parlamentarios holandeses han puesto en apuros a sus homólogos ruandeses con sus preguntas. En un artículo extrañamente virulento que se publicó el 19 de agosto de este año bajo el título «We won’t let anyone take Rwanda back» (cuya traducción puede ser «No dejaremos que nadie retome Ruanda»), una parlamentaria ruandesa, Juliana Kantagwa, acusaba a Ingabire de haber predicado acerca del doble genocidio en su discurso de Gisozi. La parlamentaria, que destilaba un desprecio étnico indigno en un representante del pueblo, afirmó sin dudar que, cuando Ingabire abandonó el país bajo el régimen de fuego de Habyarimana, «los tutsi no tenían derecho a ir al colegio, era ilegal que los hombres del ejército de Ruanda se casaran con mujeres tutsi y, cuando estaba en Países Bajos, ella nunca se opuso a esto». ¿Cómo se puede predicar acerca de una reconciliación étnica si se muestra tal intoxicación? Lo único que hace falta es que la diputada mire un poco a su alrededor y seguramente podrá ver que hay tutsi que han estudiado bajo este régimen.
El FDU opina que este tipo de discurso sobra completamente en un contexto de tensión política que proviene de la voluntad del régimen de obligar por la fuerza a modificar la constitución.
El FDU también quiere recordar que los hechos imputados a Ingabire y que le valieron la acusación de negación del genocidio son citas in extenso de los siguientes informes de la ONU: S/1994/1125, párrafo 146-148; S/1994/1405, párrafo 181-186, y S/1998/581. Los hechos son claros y el régimen no puede negar la evidencia de que, a costa del genocidio contra los tutsi, se han producido delitos de guerra y delitos de lesa humanidad que el informe S/1998/581 requiere que se califiquen. Todo intento de reconciliación que no acepte esta verdad está condenado al fracaso.
19/08/2015
Por el FDU INKINGI, Boniface Twagirimana
Traducción de: Miguel Borrajo González