Actualidad en el Congo nº 213

Resúmen

Editorial: Una ley basada en la arbitrariedad

1.- La promulgación de la ley de amnistía

2.- La opersación “Sokola” contra la alianza de fuerzas democráticas (ADF)

3.- Los combates entre el ejército y la Alianza Patriótica para un Congo Libre y Soberano (APCLS)

4.- La “caravana de la paz” de Vital Kamerme

 

 

 

EDITORIAL: UNA LEY BASADA EN LA ARBITRARIEDAD

 

El 11 de febrero, el jefe de Estado Joseph Kabila promulgó la Ley de Amnistía, una ley por la que se perdonan los actos de insurrección y de guerra y los delitos políticos cometidos en el territorio de la República Democrática del Congo (RDC), durante el período del 18 de febrero de 2006, fecha de la promulgación de la Constitución, al 20 de diciembre de 2013, fecha correspondiente a la expiración del ultimátum a todos los grupos armados para que entregaran las armas.

 

Quedan excluidos del ámbito de aplicación de esta ley el delito de genocidio, los crímenes contra la humanidad, los crímenes de guerra, el terrorismo, los delitos de tortura, trato cruel, los delitos inhumanos o degradantes, la violación y otros delitos relacionados con la violencia sexual, el uso, el reclutamiento o alistamiento de niños y otras violaciones graves de los derechos humanos.

 

Es una ley muy breve y concisa (7 artículos en total), muy genérica y, tal vez, difícil de interpretar y aplicar. Según el maestro Hamuly Réty, que aboga por la creación de un Tribunal para los crímenes cometidos en la RDC, «esta ley no se podrá aplicar, porque se basa en la arbitrariedad. La ley no dice quién debe determinar quienes cometieron crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, violaciones, violencia sexual y reclutamiento de niños soldados. Sobre estos temas no tienen que decidir los políticos, sino la justicia». Por esta razón, Hamuly Réty defiende la creación de un tribunal especial para que se juzguen los crímenes cometidos en la RDC.

 

Categorías muy extrañas

 

Según la ley, se entiende por:

 

1. actos de insurrección: los actos de violencia colectiva, cometidos mediante el uso o la amenaza con armas para rebelarse contra el orden establecido con el fin de reivindicar o expresar insatisfacción.

 

2. actos de guerra: los actos inherentes a las operaciones militares de acuerdo con las leyes y costumbres de la guerra que, durante un conflicto armado, han causado un perjuicio a otros.

 

3. delitos políticos:

 

 – Las acciones que afectan la existencia, la organización y el funcionamiento del gobierno.

 

– Los actos ilegales de gestión o administración del territorio en el que el móvil y/o circunstancias sean de carácter político.

 

No es fácil comprender el alcance de estas extrañas categorías, ya que pueden ocultar graves violaciones a los derechos humanos, a la Constitución, a la soberanía nacional y a la integridad territorial perpetrada en nombre de ciertos intereses políticos (el control del territorio mediante el establecimiento de una administración paralela a la del Estado) y económicos (el saqueo de los recursos naturales) de ciertas personas y grupos conocidos. Estas categorías también parecen legitimar el uso de la violencia y de las armas, por parte de algunos grupos en detrimento del derecho a la protesta pacífica y legítima de la población.

 

Estas categorías sirven para ocultar una realidad mucho más dramática, que se caracteriza por una invasión extranjera, una ocupación militar del territorio, la explotación ilegal de los recursos naturales, el tráfico ilícito de armas, el terrorismo y el bandolerismo.

 

De repente, todos los actos que previamente fueron clasificados en la categoría de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, y que eran castigados ante los tribunales nacionales e internacionales, se han convertido ahora en simples actos de guerra o insurrección, por lo que sus autores pueden beneficiarse de la amnistía.

 

No se entiende que las personas que desertaron del ejército, mataron, violaron y saquearon, se reintegren repentinamente en la sociedad civil a través de una amnistía concedida en el nombre de la llamada cohesión nacional. ¡No! Esta injusticia ha durado demasiado tiempo. Es hora de acabar con ella.

 

 

Una ley sobre la medida del M23

 

El presidente del Comité Nacional para el seguimiento de la aplicación de los acuerdos de Addis Abeba, François Muamba, ha explicado que, a diferencia de otros acuerdos de paz, «no habrá una amnistía en bloque para los rebeldes del M23, sino una amnistía caso por caso e individualmente». Refiriéndose a los cabecillas del M23, François Muamba comentó que «de 200 a 300 personas responsables de crímenes de guerra están afectadas por sanciones internacionales, por lo que no será posible aplicarles la amnistía».

 

Según Boniface Musavuli, un activista por los derechos humanos, «a excepción de un pequeño grupo de personas, los 1 600 miembros del M23, denunciados en Uganda, y otros cientos que huyeron a Ruanda, de acuerdo con las autoridades de ambos países deberían volver al Congo y comparecer ante las poblaciones a las que martirizaron durante 19 meses».

 

Según otros representantes, esta ley de amnistía promoverá tres categorías de miembros del M23, que ahora podrán escapar de la justicia.

 

La primera categoría es la de las personas que se estima no están involucradas en «crímenes graves». Estas personas, en su mayoría, volverán al Congo, y ciertamente se las integrará en las instituciones principales (el ejército y la administración).

 

La segunda categoría es la de los miembros del M23 que están en la cárcel. Se les va a liberar porque los compromisos de Nairobi incluyen la liberación de los miembros del M23 (compromiso n.3).

 

La tercera categoría es la de las personas que aparecen en varias listas, generalmente las sancionadas. No creemos que estas personas regresen al Congo. Continuarán viviendo en libertad en Ruanda y en Uganda. Resultado: todos los miembros del M23 seguirán libres a pesar de las atrocidades que cometieron con mujeres y niños en el este de Congo (masacres, violaciones, saqueos, asesinatos). Y deben su total libertad a una ley votada por el Parlamento congoleño y aprobada por la comunidad internacional.

 

La ley de amnistía confirma una jurisprudencia que consagra el reinado de la impunidad. ¡Una verdadera vergüenza!

 

Transformar un error en una oportunidad

 

Está en la mano del gobierno y del Presidente de la República rechazar tal vileza y aprovechar esta mala ley como una oportunidad para poner de manifiesto la verdad, hacer justicia y promover la reconciliación nacional.

 

 

1. LA PROMULGACIÓN DE LA LEY DE AMNISTÍA

 

El 11 de febrero, el jefe de Estado, Joseph Kabila, promulgó la Ley de Amnistía, una ley por la que se perdonan los actos de insurrección y de guerra y los delitos políticos cometidos en el territorio de la República Democrática del Congo (RDC), durante el período del 18 de febrero de 2006, fecha de la promulgación de la Constitución, al 20 de diciembre de 2013, fecha correspondiente a la expiración del ultimátum a todos los grupos armados para que entregaran las armas.

 

Este perdón conlleva los siguientes efectos:

 

– Para los actos ilícitos que aún no han sido procesados ​​todavía, la acción pública se desentiende.

 

– Si los procedimientos están pendientes, cesan de inmediato.

 

– Las condenas aún no procesadas por la autoridad concerniente, se destruirán y las condenas irrevocables se considerarán como si nunca hubieran sido impuestas.

 

En cualquier caso, a pesar de haber perdido su carácter de ilegal, los hechos perdonados por la amnistía siguen siendo responsabilidad civil de sus autores.

 

 

Artículo 1

 

La amnistía cubre los actos insurgentes y de guerra y los delitos políticos cometidos en el territorio de la RDC durante el período comprendido entre el 18 de febrero de 2006 y el 20 de diciembre de 2013.

 

 

Artículo 2

 

La amnistía es aplicable a todo autor, coautor o cómplice congoleño de los hechos constitutivos de la infracción mencionada en el artículo 1 de la presente ley.

 

 

Artículo 3

 

En virtud de esta ley, se entiende por:

 

a. actos de insurrección: los actos de violencia colectiva, cometidos mediante el uso o la amenaza con armas para rebelarse contra el orden establecido con el fin de reivindicar o expresar insatisfacción;

 

b. actos de guerra: los actos inherentes a las operaciones militares de acuerdo con las leyes y costumbres de la guerra que, durante un conflicto armado, han causado un perjuicio a otros.

 

c. delitos políticos:

 

 – Las acciones que afectan la existencia, la organización y el funcionamiento del gobierno.

 

– Los actos ilegales de gestión o administración del territorio en el que el móvil y/o circunstancias sean de carácter político.

 

– Los escritos, las imágenes y las declaraciones apelando a la rebelión contra la autoridad pública.

 

 

Artículo 4

 

Quedan excluidos del ámbito de aplicación de la presente ley, el delito de genocidio, los crímenes contra la humanidad, los crímenes de guerra, el terrorismo, los delitos de tortura, el trato cruel, inhumano o degradante, la violación y los delitos relacionados con la violencia sexual, el uso, el reclutamiento o alistamiento de niños y otras violaciones graves y masivas de los derechos humanos.

 

También se excluyen los delitos de malversación de fondos públicos, así como la violación de las normas cambiarias y el narcotráfico.

 

 

Artículo 5

 

Para beneficiarse de la amnistía, los autores, coautores y cómplices de los actos de insurgencia y de guerra cubiertos por esta ley tienen la obligación de prometer por escrito y dar su palabra de que no volverán a cometer ningún acto objeto de esta amnistía.

 

Toda persona que se acoja a la amnistía, incluyendo los fugitivos, deberá presentarse en un plazo no superior a 6 meses en el Ministro de Justicia a partir de la fecha de publicación de esta ley en el Diario Oficial. El incumplimiento de este compromiso anulará automáticamente la amnistía concedida y privará al autor de la infracción de los beneficios de cualquier amnistía posterior.

 

 Artículo 6

 

Esta ley no afecta a los daños civiles, ni a la devolución de los bienes muebles e inmuebles y demás derechos y gastos sufridos por las víctimas de los actos ilícitos amnistiados.

 

Artículo 7

 

La presente ley entra en vigor en la fecha de su promulgación.1

 

 

El 24 de febrero, en Kinshasa, un ex dirigente de la rebelión del M23, Moïse Tshembo Tshokwe, fue presuntamente secuestrado cuando regresaba de una cita, de la que no se tenía constancia, con el Fiscal General de la República (PGR). Había ido a ver al Fiscal General para conocer las condiciones de aplicación de la ley de amnistía. Su esposa, Mireille Tshokwe, comunicó esta información desde Lubumbashi, y cree que los agentes de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANR) secuestraron a su marido. Declaró que «sucedió que mi marido no había podido reunirse con el PGR. 20 minutos más tarde, mi marido estaba en su coche con su asistente como conductor. Cuando llegaron al bulevar [30 de junio] al cabo de unos minutos, unos individuos bloquearon el vehículo y se llevaron a mi marido por la fuerza a un lugar desconocido. Pero, afortunadamente, el asistente de mi marido, que había reconocido a estas personas, me dijo que se trataba de agentes de la ANR». El PGR dijo que ni estaba al tanto de este asunto ni había tenido una cita con Moïse Tshembo. Sin embargo, se comprometió a verificar esta información. Moïse Tshembo se había unido a la antigua rebelión del M23 tras su fracaso en las elecciones parlamentarias de 2011.2

 

 

El 3 de marzo, en relación con el asunto de la amnistía, tal y como se recomienda en el Acuerdo Marco de Addis Abeba, el Secretario Ejecutivo de la CIRGL (Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos), Ntumba Lwaba, dijo que los rebeldes del M23 que ahora viven en Ruanda o en Uganda, tienen el estatus de refugiados. Por esta razón, el Estado congoleño ha previsto desarrollar misiones de identificación y de verificación. De acuerdo con Ntumba Lwaba «el siguiente paso es conseguir que los ex miembros del M23 firmen un compromiso personal renunciando a la rebelión y aceptando cumplir con los requisitos de la ley de amnistía. A continuación, les ofreceremos la posibilidad de que funden un partido político y participen en la vida nacional».3

 

Cf Texto integral: http://www.digitalcongo.net/article/97993#1

 

2 Cf Radio Okapi, 25.02.’14

 

3Cf Tshieke Bukasa – Le Phare – Kinshasa, 04.03.’14 (via mediacongo.net)

 

 

 

Según el maestro Hamuly Réty, que aboga por la creación de un Tribunal para los crímenes cometidos en la RDC, «la ley de amnistía no se podrá aplicar porque se basa en la arbitrariedad. ¿Quién decidirá quién hizo qué durante el conflicto? ¿Quién violó? ¿Quién saqueó? No es asunto sobre el que deban decidir los políticos, sino la justicia». Hamuly Réty teme que este proceso sólo sirva para «blanquear a los miembros del M23, que formarán parte del futuro gobierno de unidad nacional prometido por Joseph Kabila». Un nuevo gobierno, que según algunas informaciones, comenzará a gobernar antes de la reanudación de la sesión parlamentaria del 15 de marzo.

 

El Presidente del Comité Nacional para el seguimiento de la aplicación de los acuerdos de Addis Abeba, François Muamba, ha explicado que, a diferencia de otros acuerdos de paz, «no habrá una amnistía en bloque para los rebeldes del M23, sino una amnistía caso por caso e individual». Refiriéndose a los cabecillas del M23, François Muamba comentó que «de 200 a 300 personas responsables de crímenes de guerra están afectadas por sanciones internacionales, por lo que no será posible aplicarles la amnistía».

 

 

Un ex dirigente de la rebelión espera pacientemente a que se haga pública la lista de personas que podrán acogerse a la amnistía y confía en que el Gobierno cumpla sus compromisos. En cuanto a los criterios de la amnistía, el ex dirigente lo tiene claro: «Lo que estamos pidiendo es una amnistía total, desde los rebeldes que ocuparon las posiciones con menos poder hasta Sultani Makenga, líder militar del movimiento. Una petición que contrasta con la orden del 11 de febrero que aboga, en cambio, por una amnistía selectiva. Un temor que preocupa al dirigente del M23, Bertrand Bisimwa, que cree que es posible que se excluya a los líderes rebeldes de la ley de amnistía. Bertrand Bisimwa explicó que «estamos en un Estado de derecho. Los principios de los derechos dictan que las personas acusadas ​​y que son objeto de sospecha no sean castigadas hasta que se demuestre su culpabilidad».

 

Una cosa es cierta: existe un riesgo elevado de nuevas confrontaciones entre los rebeldes y el gobierno. Las opciones de Joseph Kabila son complicadas: aceptar una amnistía general le crearía problemas con la opinión pública, al tiempo que con la amnistía selectiva puede ganarse la ira de los rebeldes que queden excluidos. Igualmente, los dilemas son los mismos con un gobierno de unidad nacional con o sin M23. Por lo tanto, el presidente congoleño podría solucionar esta complicada situación ofreciendo concesiones a los rebeldes nacionales mediante la apertura de su gobierno. La ecuación es compleja.4

 

La ley de amnistía peca de confirmar una jurisprudencia que consagra el reinado de la impunidad. Nada sorprendente, dado que la RDC habitúa a conceder, tras el Acuerdo Global e Inclusivo de 2003, indultos a los que matan, saquean y violan en su suelo.

 

Acusado de crímenes graves cometidos en el Este del país durante la época de la ocupación, el M23 acaba de recibir una visa para retomar una vida normal, incluso conviviendo con aquellos de los que abusaron, violaron y martirizaron hace tan poco tiempo.

 

De repente, todos los actos cometidos por el M23, anteriormente clasificados en la categoría de crímenes de guerra y castigados con sanciones ante los tribunales nacionales e internacionales, se han convertido en simples actos de guerra o insurrección, haciendo que sus autores puedan beneficiarse de la amnistía.

 

4 Cf Christophe Rigaud – Afrikarabia, 27.02.’14

 

Boniface Musavuli recuerda que «a excepción de un pequeño grupo de personas, los 1600 miembros del M23, ocultos en Uganda y en Ruanda, de acuerdo con las autoridades de los dos países, deben regresar al Congo y comparecer ante las poblaciones a las que martirizaron durante 19 meses».

 

En Ruanda todavía se persigue a los autores del genocidio de 1994. La comunidad internacional nunca ha presionado al país para que adopte una ley de amnistía que haga olvidar los crímenes cometidos en su territorio. Este no es el caso de la RDC, donde las leyes de amnistía han logrado pasar la esponja por las páginas negras de la historia de la RDC.

 

En la RDC, bajo la presión de la comunidad internacional, a toda rebelión le sigue una ley de amnistía.

 

¿Por qué siempre se exige a la RDC lo que no se pide a otros países? ¿Por qué esta política de doble rasero? No se entiende que las personas que han matado, violado y asesinado queden de repente perdonadas en nombre de una amnistía construida sobre los imperativos de la cohesión nacional. ¡No! Esta injusticia ha durado demasiado tiempo. Es hora de acabar con ella.5

 

El verdadero problema es el entusiasmo con que esta ley (de impunidad) ha sido aprobada por la comunidad internacional.

 

Por lo tanto, al día siguiente de la aprobación del proyecto de ley por la Asamblea Nacional, los enviados especiales de la comunidad internacional se apresuraron a emitir una declaración conjunta en la que se daba la bienvenida a una «ley histórica» que va «en la dirección correcta» y traerá «una paz duradera al Este del Congo».

 

El documento fue firmado por cinco personalidades muy respetables: Mary Robinson, Enviada Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Región de los Grandes Lagos; Martin Kobler, Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas en la RDC; Boubacar Diarra, Representante Especial de la Unión Africana para los Grandes Lagos; Russell Feingold, Enviado Especial de Barack Obama para los Grandes Lagos y la RDC; y Koen Vervaeke, Coordinador Principal de la Unión Europea para la Región de los Grandes Lagos.

 

Sin embargo, no es la primera vez que personalidades de renombre internacional se comprometen con textos que consagran la impunidad en el Congo. Los acuerdos del 23 de marzo de 2009 fueron patrocinados por dos ex presidentes africanos: el presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, y el presidente de Tanzania, Benjamin Mkapa. Pero mientras que los combatientes ruando-ugandeses comenzaron la guerra en abril de 2012, los dos padrinos de los acuerdos simplemente optaron por ser discretos.

 

 

5 Cf Le Potentiel – Kinshadsa, 13.02.’14

 

Lo que, naturalmente, lleva a pensar esto es que cuando el M23, que es sabido que se reorganiza en Ruanda y Uganda, vuelva a ser un problema para el Congo, las cinco personalidades de renombre no estarán allí para asumir las consecuencias de la ley de amnistía. Será de nuevo el pueblo congoleño quien sufra la impunidad consagrada en el texto que la comunidad internacional no tardó en celebrar, ignorando la difícil situación de los millones de víctimas.

 

En cualquier caso, la comunidad internacional acaba de apoyar una ley que garantiza la impunidad total de los individuos involucrados en la muerte de más de seis millones de congoleños. Impunidad total, porque esta amnistía divide en tres categorías a los miembros del M23, tres categorías que evitan que se le juzgue ante la justicia.

 

La primera categoría es la de las personas que se estima no están involucrados en «crímenes graves». Estas personas, en su mayoría, volverán al Congo, y ciertamente se las integrará en las instituciones principales (el ejército y la administración).

 

La segunda categoría es la de los miembros del M23 que están en la cárcel. Se les va a liberar porque los compromisos de Nairobi incluyen la liberación de los miembros del M23 (compromiso n.3).

 

La tercera categoría es la de las personas que aparecen en varias listas, generalmente las sancionadas. No creemos que estas personas regresen al Congo. Continuarán viviendo en libertad en Ruanda y en Uganda. Resultado: todos los miembros del M23 seguirán libres a pesar de las atrocidades que cometieron con mujeres y niños en el este de Congo (masacres, violaciones, saqueos, asesinatos). Y deben su total libertad a una ley votada por el Parlamento congoleño y aprobada por la comunidad internacional.

 

La ley de amnistía confirma una jurisprudencia que consagra el reinado de la impunidad. ¡Una verdadera vergüenza!6

 

 

2. LA OPERACIÓN «SOKOLA» CONTRA LA ALIANZA DE FUERZAS DEMOCRÁTICAS (ADF)

 

 

El 11 de febrero, el administrador del territorio de Beni, Amisi Kalonda, pidió a las poblaciones de algunas comunidades que regresaran a sus actividades agrícolas. Principalmente aldeas: Abialose, Makembi, Matukaka, Kinziki, Kangwayi y Totolito, anteriormente ocupadas por las milicias ADF (Alianza de Fuerzas Democráticas) de Uganda y ahora pacificadas y controladas por el ejército regular después de la puesta en marcha de la operación «Sokola» a mediados de enero.7

 

 

El 13 de febrero, el portavoz del ejército congoleño en Kivu del Norte, el coronel Olivier Hamuli, anunció que las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) controlan ahora los principales bastiones de rebeldes ugandeses de la ADF en el territorio de Beni El coronel Hamuli confirmó que «desde que se comenzó la operación «Sokola» el 16 de enero se puede decir que ya hemos completado tres cuartas partes del trabajo. Sobre todo porque los mayores bastiones de la ADF, entre otros los santuarios de Nadwi y de Mwalika, Chuchubo, Makoyova 1 y 2 están ahora bajo el control de las FARDC con éxito».8

 

El 14 de febrero, al comenzar la tarde, los soldados congoleños entraron oficialmente en los pueblos de Naboli y Kamango, dos aldeas pertenecientes a Watalinga, situadas a unos 90 kilómetros al noreste de la ciudad de Beni. Las FARDC ahora controlan el eje Mbau-Kamango. El titular de la jefatura de Watalinga, Saambili Bamukoka, confirma esta información, y lamenta que los rehenes tomados por las ADF fueran asesinados por el grupo rebelde: «Deploramos el descubrimiento de fosas comunes en Mukakati. Muchas personas que se aseguraba eran rehenes, fueron asesinados y degollados».

 

Durante una conferencia de prensa en Kinshasa, el portavoz del gobierno, Lambert Mende, dijo que «el balance provisional de la lucha por el desarme de la ADF es: bando de las FARDC: 22 muertos, 68 heridos y un Jeep sobre el que estaba montada una ametralladora del calibre 14.5 incendiada. Bando enemigo (ADF): 230 muertos, 65 armas individuales, 30 bicicletas y 20 motocicletas recuperadas, productos farmacéuticos, varios teléfonos portátiles y Motorolas recuperados; varias bombas artesanales recuperadas, lo que demuestra el carácter terrorista del grupo armado».9

 

Atrapados entre el sur de Mutanga y el norte de Kamango, se supone que muchos rebeldes de la ADF se habrían replegado en una parte del Parque Nacional de los Virunga, entre estas dos localidades. Esta es un área de bosque denso donde es imposible llevar a cabo una ofensiva convencional. Por lo tanto, el ejército congoleño se prepara para las operaciones contra la guerrilla de rebeldes, muy bien entrenados y que conocen el terreno. El otro desafío es conseguir establecer el orden con éxito en las zonas recuperadas. Muchos temen la llegada de infiltrados que lleven a cabo ataques dirigidos.10

 

El 28 de febrero, las ONG de la sociedad civil de Kivu del Norte han acusado a los militares responsables de la lucha contra los rebeldes de la ADF de Uganda de participar en asesinatos, en violaciones y en saqueos. Los soldados que cometieron estos delitos pertenecen a la brigada 31ª, que de acuerdo con la sociedad civil «se comportan muy mal, matan, violan, roban dinero y teléfonos e intercambian disparos con la policía». La sociedad civil de Kivu del Norte anunció que «la población civil del territorio de Beni han suspendido sus contribuciones voluntarias (alimentos, agua, etc.) hasta que los soldados y sus comandantes sean llamados al orden, a la disciplina y al respeto por los derechos humanos».11

 

6Cf Boniface Musavuli (Agora Vox) – Le Potentiel – Kinshasa, 13.02.’14

 

7Cf Radio Okapi, 11.02.’14

 

8Cf Radio Okapi, 13.02.’14

 

9Cf Radio Okapi, 14.02.’14

 

0Cf RFI, 18.02.’14

 

El 28 de febrero, en Beni, el portavoz de las FARDC en Kivu del Norte, el coronel Olivier Amuli, pidió a los rebeldes ugandeses de la ADF que todavía se niegan a desarmarse, que entreguen las armas antes del asalto final del ejército congoleño contra ellos. Les ha pedido que se entreguen voluntariamente a la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la RDC (MONUSCO) o al ejército congoleño.12

 

 

3. LOS COMBATES ENTRE EL EJÉRCITO Y LA ALIANZA PATRIÓTICA PARA UN CONGO LIBRE Y SOBERANO (APCLS)

 

 

Desde enero, los milicianos de la Alianza Patriótica para un Congo Libre y Soberano (APCLS), aliados de los Mayi Mayi Nyatura, han incrementado sus ataques contra el ejército desplegado en el territorio de Masisi, en Kivu del Norte. Vinieron de Lukweti y Nyabiondo, al norte capital del condado de Masisi, habían establecido su base avanzada en Kahira, al suroeste de Kitshanga. Estas milicias tenían la intención de echar de Kitshanga a los soldados del 804º regimiento, constituido principalmente por antiguos miembros del CNDP (Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo).13

 

Dirigida por «general» Janvier Buingo Karayiri, un desertor de las FARDC, la APCLS fue creada en 2008 para hacer frente a la amenaza del CNDP contra la comunidad hunde. La APCLS, que interactúa con ciertas facciones de las FARDC, con los rebeldes hutus ruandeses de las FDLR-FOCA (Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda– Fuerzas Combatientes Abacunguzi) y con los hutus congoleños Mayi Mayi Nyatura, lo que suma un total aproximadamente de 1 500 hombres, está implicada en la extracción de tantalio (utilizado en los teléfonos móviles) en Masisi.

 

Formada en 2010, los Mayi Mayi Nyatura son una milicia congoleña hutu que ha colaborado ​​con las FDLR, las FARDC y la APCLS contra el M23. El grupo afirma proteger los intereses de los hutus congoleños en contra de los antiguos oficiales del CNDP y del M23.

 

Estos pocos datos hacen ver la complejidad de la situación.

 

Muchos grupos armados congoleños nacen como grupos de autodefensa, de resistencia y de oposición a los diferentes grupos armados (AFDL, RCD, CNDP y M23) que, con una connotación tutsi, surgieron con el apoyo del régimen ruandés. Por tanto, es comprensible que muchos grupos armados congoleños, como la APLCS y los Mayi Mayi Nyatura, hayan podido colaborar con algunos sectores del ejército regular para luchar juntos contra el CNDP primero y luego contra el M23. Por otro lado, cuando el RCD y el CNDP se integraron en el ejército regular, seguido esto de acuerdos muy oscuros, se mantuvieron en el Kivu (que era una de sus reivindicaciones).

 

1 Cf AFP – Kinshasa, 28.02.’14

 

2 Cf Radio Okapi, 28.02.’14

 

3Cf Radio Okapi, 03, 08 et 09.02.’14

 

 

 

Además, constituyen la mayoría de las tropas del ejército regular en los Kivus, son parte de la cadena de mando militar y se agrupan en regimientos específicos. La situación se vuelve aún más problemática cuando el ejército regular, así estructurado, requiere a los grupos armados locales la entrega de las armas. Es normal que opongan una fuerte resistencia, ya que antes estaban integrados en esas fuerzas y ahora tienen que trabajar con aquellos (el RCD y el CNDP) contra quienes habían luchado en el pasado.

 

 

El 1 de febrero, los combates enfrentaron a las FARDC y las milicias aliadas al APCLS en Nyatura, en localidades Kahira y Mutember.

 

Más de 700 familias desplazadas viven, durante cuatro días, en condiciones deplorables en las localidades de Nyamitaba, Lushebere y Muheto. Algunos de ellos encontraron refugio en iglesias y otros pasan la noche a cielo descubierto. Estos desplazados realizan pequeños trabajos manuales para los lugareños, lo que les permite ganar un poco de dinero. La mayoría de ellos viven de la solidaridad de las poblaciones de acogida.14

 

 

El 7 de febrero, violentos combates enfrentaron a las FARDC y a los combatientes de la APCLS, aliados de los Nyatura, en las localidades de Ndondo, Kibarizo y Muhanga, cerca de Kitchanga. Los milicianos echaron a los soldados de estas dos últimas localidades. Según fuentes del lugar, estos combatientes vinieron de Kahira, a 30 km al oeste de Kitshanga. Atacaron simultáneamente a los militares en estas localidades situadas entre 3 y 27 km, respectivamente, al norte y al oeste de Kitchanga. Una unidad de comandos comenzó a desplegarse en Kitchanga para reforzar al 804º regimiento.15

 

 

El 9 de febrero, durante una contra-ofensiva lanzada a primera hora de la mañana, los soldados congoleños echaron, al comienzo de la tarde, a la milicia de la APCLS de las localidades de Kibarizo, Muhanga y Butare, en el territorio de Masisi.

 

El portavoz del ejército congoleño en Kivu del Norte, el coronel Olivier Hamuli, afirma que las FARDC están avanzando hacia Kahira, donde se considera que está establecida la sede de la APCLS.16

 

 

El 15 de febrero, los combates que enfrentaron a las FARDC y las milicias Nyatura y Bukombo, se han producido a una decena de kilómetros de la capital del territorio de Masisi.

 

Las hostilidades se desencadenaron cuando los combatientes de la APCLS tendieron una emboscada al comandante del 813º regimiento en Bondé, cuando regresaba de una misión en Mungazi. En este tiroteo que se produjo alrededor de las 2:00, las FARDC lograron que los combatientes APCLS no avanzaran gracias a los refuerzos procedentes de Masisi. El administrador del territorio de Masisi afirmó que el ejército está avanzando hacia Nyabiondo tras recuperar Loashi y Bukombo.17

 

El 16 de febrero, los combatientes de la APCLS se concentraron en Nyabiondo. Estos combatientes están tratando de impedir el avance de las FARDC, que ya han tomado el control de cinco aldeas en el eje Masisi centro- Nyabiondo. Los pueblos liberados son: Lwashi, Bukonde, Kahutu, Kasho y Bondé.18

 

El 17 de febrero, las FARDC se vieron envueltas en combates contra los milicianos de la APCLS en la región de Nyabiondo, a una decena de kilómetros del territorio de Masisi. Según el portavoz militar de la provincia, el coronel Olivier Hamuli, el objetivo es recuperar el control de la zona y perseguir a la milicia hasta la ciudad de Lukweti, a unos 10 kilómetros de Nyabiondo, cuartel general de la APCLS.

 

A primera hora de la tarde, el ejército congoleño echó a la milicia de la APCLS del complejo Nyabiondo, considerado este como su base avanzada en la región. Se cree que los combatientes de la APCLS se retiraron a Kinyumba, pueblo situado a 15 km. 19

 

 

4. LA «CARAVANA DE LA PAZ» DE VITAL KAMERHE

 

El 18 de febrero, el presidente de la Unión por la Nación Congoleña (UNC), uno de los principales partidos de la oposición, Vital Kamerhe, pudo viajar a Goma (Kivu del Norte) para participar en una caravana de la paz en la región. Intentó viajar dos veces anteriormente a principios de febrero, pero le fue imposible, al parecer, por razones administrativas y de seguridad. Llegado a Goma, a primera hora de la tarde, fue recibido en el aeropuerto por cientos de sus partidarios. Caminó unos 7 km a pie, desde el aeropuerto al estadio Afia, donde pronunció un discurso. Ante miles de personas rindió homenaje a los soldados caídos y pidió un minuto de silencio en memoria de todas las víctimas de la guerra en esta parte del país. También se mostró muy crítico hacia el gobierno, denunciando la falta de carreteras, de agua potable, de electricidad y de otras infraestructuras básicas, tanto en la capital como en el resto del país. Reiteró la necesidad de una investigación sobre el asesinato de Mamadou. El público, que considera a Mamadou un héroe y símbolo de la victoria de las FARDC en el M23, celebró este comentario. Kamerhe insistió en que la verdad es necesaria. Denunció las Consultas Nacionales convocadas, que violaban el Acuerdo Marco de Addis Abeba en relación con la recomendación de diálogo. Advirtió contra cualquier cambio en la Constitución y cualquier alargamiento del mandato presidencial.

 

4 Cf Radio Okapi, 03.02.’14

 

5 Cf Radio Okapi, 08.02.’14

 

6 Cf Radio Okapi, 09.02,’14

 

7 Cf Radio Okapi, 16.02.’14

 

8 Cf Radio Okapi, 17.02.’14

 

9 Cf Radio Okapi, 17 et 18.02.’14

 

Recordó también la fecha de finalización del mandato de Joseph Kabila, el 19 de diciembre de 2016, a medianoche. Kamerhe pidió a los grupos armados locales que se entregaran a las FARDC. En su opinión, los grupos armados deben dejar el asunto de la seguridad de los civiles en manos de las FARDC y de la MONUSCO. También pidió a los grupos armados extranjeros que se entregaran a las FARDC. Se refirió principalmente a los rebeldes de las FDLR de Ruanda, ADF de Uganda y el Ejército de Resistencia del Señor (LRA). El presidente de la UNC no sólo invitó a los gobiernos de la RDC, de Ruanda y de Uganda, sino también a la MONUSCO, para establecer un mecanismo que facilite la repatriación voluntaria de los combatientes de los grupos armados extranjeros. El discurso de Vital Kamehre consiguió devolver el entusiasmo a la población.20El 20 de febrero, se espera que Vital Kamerhe llegue por la tarde a Bukavu, en Kivu del Sur. A su llegada, Kamerhe debería dar un mitin en la Plaza de la Independencia. Pero este evento se trasladó al estadio de la Concordia de Kadutu. Desde por la mañana, la Plaza de la Independencia estaba rodeada por policías bien equipados.

 

El día anterior, se transmitió una declaración del alcalde de Bukavu, Philémon Yogolelo, por la antena provincial de Radio Televisión Nacional Congoleña (RTNC) y Radio Maendeleo, en la que se pedía a los partidarios de la UNC no reagruparse en la Plaza de la Independencia porque se estaban realizando obras, sin especificar la naturaleza de las mismas. El reportero de Radio Okapi que viajó a la Plaza de la Independencia señaló que no había ninguna obra en ese lugar. Sólo vio a una mujer barriendo la acera en medio de una multitud de policías. Por su parte, el alcalde del municipio de Kadutu dijo que se autorizó a la UNC la organización de su mitin en el estadio de la Concordia. Según Munyole Bekao, se cambió el emplazamiento del discurso para no impedir el tráfico en la rotonda de la Plaza de la Independencia. Esta propuesta no parece convencer a los miembros de la UNC. El diputado de la UNC, Kizito Mushizi, miembro del Parlamento de Bukavu, rechaza la explicación de las autoridades de la ciudad. Según él, el estadio de la Concordia en Kadutu que tiene capacidad para 10 000 personas no pudo acoger a todos los simpatizantes de su partido. Teme que las avalanchas puedan causar daños humanos.

 

Alrededor de las 17:00 hora local (16:00 GMT) Kamerhe está sobre una plataforma en la Plaza de la Independencia para pronunciar su discurso, y es entonces cuando la policía comienza a disparar gases lacrimógenos y a pegar tiros para dispersar a los miles de seguidores que se habían reunido para escucharlo. En la estampida multitudinaria, varias tiendas y vehículos, entre ellos un jeep de la policía, sufrieron grandes daños. Los grupos de simpatizantes de Kamerhe todavía estaban reunidos en la ciudad al final del día. Algunos quemaban neumáticos como protesta. Durante los enfrentamientos, una persona murió y hubo cuarenta y siete heridos, entre ellos veinticuatro civiles, veintiún policías y dos personas de la delegación de Kamerhe.

 

 

Está claro que el gobierno congoleño quería evitar que Kamerhe, posible candidato a la elección presidencial de 2016, diera su discurso. Discurso que despertó el entusiasmo de la población local, y que podría haber puesto en peligro la estabilidad y el gobierno en Kinshasa. Lo que sucedió en Bukavu podría ser, por tanto, un presagio de lo que podría suceder en la víspera de las próximas elecciones: las manifestaciones populares reprimidas, los periodistas detenidos y los miembros de la oposición obstaculizados para desarrollar su campaña política.

 

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