Senegal: muere el gran escultor Ousmane Sow

Los que tuvieron la suerte de conocerlo lo recuerdan como un anciano atento y amable. Sin embargo, lo más sorprendente era la imponente trayectoria de este hombre, una trayectoria que talló como si de un sobrio mueble se tratase. Un frío armario con cuerpo de luchador. Por ello, la marca de la casa era su visión de las estatuas monumentales… En cualquier caso, era un enorme baobab que se ha desplomado a los 81 años. El escultor senegalés, que nació en Rebeuss en 1935 y falleció el pasado 1 de diciembre en Dakar, deja tras de sí un inmenso legado.

Ousmane-SowSe suele decir que el niño es el padre del hombre; así, fue en las playas de su península natal donde comenzó a imaginar y a modelar sus primeras esculturas, que su maestro tendría el placer de exponer en clase. Sin embargo, el que llegó a ser uno de los artistas más representativos del arte moderno africano no pudo nunca vivir de su vocación, puesto que, al no haber sido admitido en la Escuela de Bellas Artes de París en los años 50, tuvo que aprender un «oficio alternativo», la kinesiología, para poder continuar con su forma de expresión.

No obstante, gracias a la kinesiología adquirió un conocimiento perfecto del cuerpo humano, que le fue de gran utilidad cuando, en los años 80, decidió dedicarse por completo a la escultura. El reconocimiento no se hizo esperar demasiado, y sus exposiciones fueron gozando cada vez de más prestigio en las grandes metrópolis occidentales. Estas fueron las que le consagraron definitivamente como artista, como, por ejemplo, las 35 esculturas instaladas en el Puente de las Artes de París en 1999, entre las que se encuentra «la Batalla de Little Bighorn», que simboliza la resistencia y la victoria de los indios americanos frente a los colonos europeos. Desde entonces, las obras se fueron sucediendo:

su «Víctor Hugo», que preside con sus dos metros de altura la Explanada de los Derechos Humanos de Besançon; la estatua de Toussaint Loverture en La Rochelle; o el Monumento al Renacimiento africano, que salió de la prodigiosa mente de Sow a petición de Aboulaye Wade. Con sus 50 metros de altura, esta pequeña familia de colosos domina la bahía de Dakar.

Sin embargo, la última alegría que recibió el que antaño había sido un joven soñador que se marchó de su África natal, pero que no pudo franquear el umbral de la prestigiosa escuela, fue ser la primera persona negra en entrar en la Academia de Bellas Artes, de la misma manera que, antes que él, su compatriota, Léopold Sédar Senghor, fue aceptado en la Academia Francesa, haciendo su obra inmortal.

Ousmane Sow será recordado como «el humanista de la escultura contemporánea», afirmó Michaëlle Jean, Secretaria General de la Organización Internacional de la Francofonía (OIF).

«Se trata de un artista con una inmensa proyección internacional cuya gesta y espíritu libre hoy alabamos. Ousmane Sow seguirá siendo un personaje emblemático, el humanista de la escultura contemporánea», reconoció Michaëlle Jean, cuyas palabras se recogieron en una declaración institucional.

«Con sus esculturas, intemporales y que superan lo natural, Ousmane Sow magnificó e inmortalizó las figuras poderosas de hombres, mujeres y niños de África, su continente, y de fuera», remarcó la secretaria general de la OIF.

Ha mostrado su «profunda tristeza» tras conocer la muerte de este artista «sin par», que fue capaz de «mostrar al mundo la realidad del arte contemporáneo africano».

La Secretaria General de la OIF ha expresado «tanto en nombre de la Francofonía como en el suyo propio, su más sincero pésame a la familia, a sus amigos, al pueblo senegalés y a la comunidad artística, de luto por esta pérdida», según subraya el comunicado.

Tras anunciar su fallecimiento tras una larga enfermedad, el presidente de Senegal, Macky Sall, ha recordado al gran escultor senegalés. Según él, Senegal ha perdido a «una figura eminente de su paisaje cultural», el primer artista africano en ser admitido en la Academia de Bellas Artes de París en 2013.

«Ousmane Sow creó una obra prodigiosa que ha sido reconocida como un monumento del arte senegalés, africano y mundial. Ousmane Sow esculpió personajes y escenas que representan la larga historia de África, su identidad y los lazos que la unen con el resto del mundo.  Además, fue capaz de adentrarse en los acontecimientos que marcaron el porvenir de otros pueblos y naciones», señaló el presidente Macky Sall.

Después de haber trabajado como kinesiólogo en Francia hasta 1965, año en el que volvió a Senegal, Ousmane Sow decidió en 1984 abrir una consulta de kinesioterapia, que abandonó para dedicarse por completo a la escultura a la edad de 50 años.

El escultor tuvo el honor de estar presente en el Salón de Otoño, una exposición de arte contemporáneo que se celebró en los Campos Elíseos de París hace algunas semanas, y que en la edición del 2016 contó por primera vez con «un espacio africano».

El escultor Soly Cissé: «Ousmane Sow era un gigante»

Entrevista con su compatriota, el artista plástico Soly Cissé, quien es un gran admirador de Sow.

Ya nos hemos enterado de la muerte de Ousmane Sow.  Usted lo conocía muy bien.  ¿Qué imagen guardará de este gran escultor?

Soly Cissé: Ousmane Sow era por sí mismo un monumento, un gigante. Hemos perdido a alguien a quien personalmente tenía mucho cariño, y que mostró el camino a las generaciones posteriores. Fue el primer académico africano del Instituto de Bellas Artes.  Nos mostró el camino.

¿Qué le enseñó con su manera de hacer arte? ¿Qué aprendió de él que le haya servido en su carrera profesional?

Ousmane Sow era un maestro de la técnica. Era un artista que investigaba. Todos sabían que tenía su propia técnica, así que era un artista que siempre estaba buscando «la mejor semilla», la mejor manera de hacer las cosas. He aprendido mucho de Ousmane. Cada vez que yo iba a París, hacía lo imposible por encontrarme con él, y en Dakar igual. Era un padre espiritual. Alguien muy importante para nosotros.

Usted habla de la técnica con la que él trabajaba.  A él no le gustaba especialmente que le preguntásemos por ella. Para él no era lo esencial y, sin embargo, es un tema que ha hecho correr ríos de tinta. ¿Se conoce el secreto de esta técnica?

Hizo lo que debía. Era su secreto personal. No podía estar años buscando y después… Es así. Creo que estaba en su derecho de guardar su secreto.

Siempre admiraremos las esculturas de Ousmane Sow.

H. MARIE OUEDRAOGO/ODP/APS/RFI/BL/LC

Fuente: “Le Congolais”, Sénégal – Décès Du Grand Sculpteur Ousmane Sow, 3 de diciembre de 2016.

Traducido para Umoya por David Guerra Díaz (Universidad de Salamanca).

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