La estrategia de los enemigos del Congo: dar un golpe en la mesa mientras negocian bajo la misma

taper-sur-la-tableSe está levantando el telón que ocultaba el diálogo de la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO), y comienzan a salir a la luz secretillos que revelan los chanchullos en los que andan metidos los políticos congoleños, que dan lugar a los numerosos fracasos en las diferentes citas que el pueblo congoleño ha osado tener con la historia. En las siguientes líneas reconstruiré la arquitectura de esta gran mentira, el paradigma que explica la quintaesencia, que consiste en dar un violento golpe sobre la mesa para imponerse a la opinión de las masas populares mientras que, en realidad, las negociaciones tienen lugar bajo la mesa, en reuniones nocturnas entre aquellos que se declaran adversarios políticos de día, pero que se reconcilian por la noche para ponerse de acuerdo e impedir así que el pueblo ejerza su soberanía.

1. El diálogo de la CENCO, o, dicho de otra manera, el diálogo del «mucho ruido y pocas nueces».

Después de todo el espectáculo mediático que ha acompañado a esta reunión del 19 de diciembre, se sabe un poco más sobre las conclusiones que se están extrayendo y que van a aceptarse como la nueva vía que debe seguirse para gestionar los negocios del Estado en este periodo en el que la administración del país no está sujeta a ninguna norma fijada en la Ley Fundamental. Hay nueve puntos que están en proceso de aceptación, de entre los cuales, por lo que a mí respecta, tres me parecen esenciales para continuar con el proceso de democratización de la República Democrática del Congo (RDC), que son los siguientes: que Kabila continúe siendo presidente; que la Agrupación Congoleña por la Democracia tome posesión de la Oficina del Primer Ministro mediante un reparto al 50% de los cargos ministeriales y de las 26 provincias y ayuntamientos; y que se lleve a cabo una restructuración del Tribunal Constitucional, pero no de la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI).

Estas conferencias son importantes porque nos han permitido evaluar los motivos secretos que hacen que los actores políticos congoleños empiecen a soltar prenda. Además, actualmente, dan la razón a todas las acusaciones de complot. Estas confabulaciones se urdieron durante los numerosos encuentros a escondidas entre los líderes de la mayoría presidencial y de la oposición, que tuvieron lugar tras las reuniones secretas organizadas en Kinsasa, Ibiza, Roma, Venecia y París, en las que la agenda oculta consistía en mantener a Kabila en el poder. Así, en vez de poner al mando del Gobierno a la oposición como tal, colocan al frente a un individuo cuyo nombre no tardará en ser publicado, ya que no es presidente del partido ni ha sido elegido por la Agrupación. Algunos oponentes muy oportunos desbarataron esta treta en Genval (Bélgica), pero, finalmente, logró llevarse a cabo mediante estos acuerdos de última hora.

Las preguntas candentes son, entonces, las siguientes: ¿puede obtenerse algo nuevo y constructivo de Joseph Kabila, el presidente, y de Samy Badibanga y/o Félix Tshisekedi, el primer ministro? ¿A qué constitución obedece este plan de la CENCO? ¿Qué ley prescrita regirá este régimen especial? ¿No es esta falta de disposiciones legales para lidiar con este tipo de gobierno la semilla de muchas otras crisis futuras? Y, además, ¿qué pretendería esconder este nuevo concepto de presidente protocolario cuando el anterior se propone controlarlo todo y a todo el mundo? ¿En virtud de qué artículos de la Constitución pueden repartirse el Gobierno y la oposición las provincias y los ayuntamientos? ¿Conforme a qué criterios se hará esta distribución atípica? Nos perdemos en un mar de conjeturas…

Sin embargo, la estocada final de estas conferencias es precisamente haber evitado a toda costa tratar el tema fundamental que bloquea todo el proceso de recuperación de la soberanía vulnerada de la RDC. ¿Cómo pudieron los participantes del diálogo plantear el problema de las elecciones presidenciales y legislativas sin abordar ni una sola vez la pregunta fundamental para definir la dificultad del proceso de democratización de la RDC? ¿Por qué todos los participantes de estas reuniones, los mediadores del debate y los que tomaron la palabra omitieron incluir en el orden del día la clave del problema de nuestro país y de nuestro pueblo, sometido a la ocupación extranjera y que, a primera vista, solo puede llegar a ser un Estado de derecho liberándose de este dominio? ¿Cómo prevén organizar las elecciones con una presidencia de la República, un ejército, servicios de seguridad y disposiciones financieras si el Banco Central está bajo el control de un poder extranjero? Las bases institucionales de la RDC, esta es la esencia de la crisis congoleña de la que nadie quiere hablar. ¡Tema tabú!

Una vez más, el pueblo se ha dejado engañar. El ballet teatral, que ha durado una semana y ha contado con numerosos entreactos, ha bajado el telón para esconder las soluciones que tienen en cuenta de todo menos ayudar al pueblo congoleño a recuperar su soberanía. Todo el ruido que han producido los disidentes en los medios de comunicación era solo un gran circo para entretener al público, si bien sabían perfectamente lo que les preocupaba; en particular, el reparto de poder. Un poder cuyos hilos no manejan ni lo harán jamás porque viene dictado del exterior y responde a intereses extranjeros.

Kabila ha neutralizado a la oposición. Su único éxito ha sido el de ayudar a Kabila a silenciar el levantamiento popular que pretendía descubrir al impostor. Evidentemente, los mártires de enero y de septiembre de 2016, a los que esta misma oposición envió a la calle para reivindicar el respeto a la Constitución, murieron en vano. El pueblo, que creyó en estos impostores, construyó castillos en el aire. Todos los discursos, en apariencia escritos por sus líderes políticos, y sus eslóganes para defender el orden constitucional e institucional no han servido más que para vender gato por liebre. Los días venideros nos darán la razón.

Al aceptar el aplazamiento de las reuniones al miércoles 21 de diciembre de 2016, la oposición ha demostrado que ha trabajado en colaboración con su adversario. Porque, si Joseph Kabila dejó de ser el presidente de la República desde la medianoche del 19 de diciembre de 2016, ¿con quién pretende negociar la oposición congoleña? ¿No es esta la ocasión perfecta para que le ofrezcan a Kabila ser reconocido presidente de facto de la transición? ¿Va esta transición a mendigar el Estado de derecho al mismo que sabotea todas las bases de la quinta República y que ha acabado siendo un forajido? Esta reunión parece significar que la élite política, intelectual y religiosa del Congo está terriblemente ciega y, lo que es aún peor, supone la más vil de las traiciones que el pueblo congoleño ha sufrido durante su lucha por la liberación.

2. Las amenazas inútiles de las potencias occidentales o el tigre que hace gala de su fuerza mientras que se niega a atrapar a su presa.

Este paradigma de dar un golpe sobre la mesa se ha demostrado en la manera de actuar de las potencias occidentales, que han iniciado numerosas fetuas contra el régimen de Kabila. Las amenazas verbales y la congelación de las cuentas bancarias de los disidentes del régimen han terminado por hacer creer al pueblo congoleño que, esta vez, los Estados Unidos y la Unión Europea se ponían de su parte. Sin embargo, no tenía constancia de la astucia subyacente en los comunicados diplomáticos, que son muy ambiguos y contradictorios. Estas amenazas, que no llevan a nada en concreto en el contexto de la crisis congoleña, revelan la verdadera cara de Occidente, al igual que el tigre que proclama su poder y su fuerza, pero que rehúsa cazar a su presa (Joseph Kabila) para aplastarla o neutralizarla. Esta actitud, en apariencia anodina, oculta todas las acciones de los protagonistas de la crisis congoleña.

En este sentido, en este desenfreno de comunicados diplomáticos, es sorprendente constatar dos hechos de gran importancia. En primer lugar, los representantes diplomáticos, al igual que los jefes de Estado, exaltan el respeto al orden constitucional por parte del peón que ellos mismos han creado a sabiendas y han sentado en el trono de Kinsasa. Saben perfectamente que éste nunca ha respetado este orden constitucional ni lo hará jamás, simplemente porque ellos así lo quieren. No son los primeros que le apoyan en este camino fraudulento. En este sentido, consideran esta mala gobernanza como el mejor de los métodos para hacerse con las riquezas de este gran país.

En segundo lugar, fingen amenazar a los colaboradores más cercanos de Kabila sin emprender jamás ninguna acción contra quien dicta las órdenes que siguen estos meros turiferarios. Van a tomarla con los obreros de la mayoría presidencial sin ir nunca en contra de la autoridad moral de este conjunto de aventureros que dicta a todos las reglas y las pautas de conducta que deben seguir. Esta justicia de doble filo escandaliza a las buenas personas y nos sirve de advertencia para comprender los verdaderos motivos de estas potencias occidentales y de las connivencias múltiples que mantienen con el régimen de Kabila.

Invito a mi pueblo a no creer a ciegas en esta opinión que circula en la red sobre que Occidente ha rechazado a Kabila. Han hecho exactamente lo mismo que en Burundi, en Congo Brazzaville y en Gabón. Protestan contra el presidente saliente; a continuación, este consigue aguantar contra viento y marea haciendo trampas, y los poderosos de la tierra retoman su “cooperación” (en el verdadero sentido congoleño de la palabra) donde lo habían dejado momentáneamente antes de la campaña electoral.

Mientras que los medios de comunicación de la mentira anuncian el fin inminente del régimen, de noche se establecen contactos secretos para hacer presión sobre el resto de la verdadera oposición, con el objetivo de reclutarlos para su proyecto destinado a mantener el sistema depredador que ellos mismos implantaron en el territorio congoleño. Y si los vientos de cambio arrecian, ya habrán diseñado un plan B con otro candidato fabricado en sus laboratorios, un tema del que ya he hablado largo y tendido en un estudio detallado. Si el pueblo logra derribar a Kabila, impondrán a otro que pertenezca al mismo régimen para continuar con el trabajo sucio.

El pueblo congoleño, que todavía no ha comprendido que su enemigo es un sistema, creerá haber ganado la partida tras dar caza a Kabila, pero, en realidad, solo le quedarán lágrimas para consolarse cuando vea a otro negrero en el Palacio de la Nación. Tanto en un caso como en el otro, el verdadero vencedor no es el pueblo, sino aquellos que ostentan el poder para poner y deponer al rey del Congo y que no sienten más que desprecio hacia todo aquello que podría mejorar la suerte del pueblo mártir.

3. El pueblo congoleño está SOLO ante su destino…

La primera víctima de esta crisis congoleña es, ante todo, la verdad. La verdad histórica puesta en la picota mediante un entramado de mentiras que han conseguido tejer los actores políticos. El poder, del mismo modo que la oposición, representa su papel en esta gran obra de teatro que comenzamos por fin a descubrir. Todos despliegan una retórica lejos de la verdad de los hechos. Debaten sobre preguntas periféricas justamente para evitar cortar por lo sano la crisis congoleña. Son todos enemigos de la verdad sobre los detalles de la decadencia del Congo. Se niegan a realizar un diagnóstico preciso del cáncer que lleva 66 años destruyendo la RDC y que, en la actualidad, se ha propagado y ha contaminado todos los tejidos sanos del gran cuerpo que es este gran país, y que parece encontrarse en su estadio final en estos últimos días del año 2016.

La segunda víctima de este modus operandi de los políticos congoleños es simple y llanamente el propio pueblo congoleño. Tras las numerosas tergiversaciones de los mandatarios en el poder o de los líderes de la oposición, tras múltiples diálogos y negociaciones, el pueblo empieza a comprender con mayor claridad que es rehén de su clase política sin distinción alguna. Empieza a entender las diversas amistades y confabulaciones secretas entre aquellos políticos que se destrozan en los medios de comunicación y que se ponen de acuerdo a escondidas para perpetuar sus intereses comunes, que están lejos de ser los del pueblo soberano.

Todas estas crisis han tenido una importancia vital para el pueblo congoleño, puesto que han contribuido a percibir mejor la verdad según la cual las amenazas de las potencias occidentales para con el régimen de Kabila o las trifulcas entre políticos participan en el mismo teatro, del que los ciudadanos no obtienen ningún beneficio. El pueblo congoleño ha comprendido con mayor claridad que está SOLO, solo ante su destino, y que nadie saldrá en su ayuda. Nadie, ni del lado de la clase política ni de las instancias internacionales que aman apasionadamente al Congo, pero no a los congoleños, y cuyos programas se inscriben en falso contra el interés superior de la nación del Congo. Finalmente, el pueblo congoleño se ha dado cuenta de que ningún mesías vendrá a liberarlos, y que debe buscar a este mesías en sí mismo, en la valentía de cada congoleño medio comprometido verdaderamente con el cambio y la renovación del país.

Esta toma de conciencia va cogiendo cada vez más fuerza en los días siguientes al 20 de diciembre de 2016 y determinará el curso de los acontecimientos. He de destacar que la victoria del pueblo congoleño no se ha producido ni el lunes 19 de diciembre, ni la semana siguiente. ¡No! Este día ha marcado simplemente el comienzo de una nueva era en la que el pueblo congoleño creerá cada vez menos en sus responsables y en las falsas promesas de la comunidad internacional para comenzar por fin a organizarse por sí mismo con el objetivo de tomar las riendas e inutilizar y marginar a los partidarios del poder fáctico.

El lunes 19 de diciembre el pueblo congoleño fue consciente de otra condición decisiva en su lucha por su liberación. Comprendió que toda operación preparada con fecha y lugar de reunión cuyo objetivo sea derribar una dictadura fracasa estrepitosamente debido a la disparidad de las conexiones de las fuerzas armadas.

La única estrategia eficaz es la que consiste en pillar al enemigo por sorpresa donde menos se lo espera. Es necesario atacar su punto débil, en una operación brillante e impactante para desmoralizar a sus tropas, desorganizarlas y sembrar la duda en todo el sistema plagado de mentiras. A medida que estas operaciones brillantes e impactantes se multipliquen, el pueblo podrá sumar a todo ello una revuelta general que hará perder el control de la situación a todo el aparato de Kabila y que convencerá a las fuerzas policiales de que se unan a las manifestaciones ciudadanas. Todo ello equivaldrá a una prueba indiscutible de la fuga del dictador y de su corte de chupatintas.

El 19 de diciembre de 2016 marca el inicio de la era contra el golpe de estado. Contra aquellos que fraguaron el golpe de estado constitucional e inconstitucional al privar al pueblo de elegir a un nuevo presidente ese día, contra los estafadores, el pueblo congoleño inaugura desde hoy una desobediencia civil pronunciada y reforzada en todos los estratos sociales de la nación hasta bloquear todo el aparato del Estado. Una desobediencia que debe ir de la mano de la creación de nuevas estrategias de liberación, como las fuerzas Mai-Mai, que dieron caza la mañana del 19 de diciembre de 2016 a la soldadesca de Kabila en Beni para tomar el control.

El 19 de diciembre de 2016 no marca el fin, sino el comienzo de todo, el inicio del proceso para que el pueblo recupere la voz que le fue arrebatada.

Con respecto a los vecinos del este que afirman con sorna que “el país es suyo, pero el mando vuelve a nosotros”, el pueblo congoleño prepara una respuesta seria mediante la que el país y su gestión estarán a partir de entonces bajo sus órdenes directas. Este proceso ya iniciado parece irreversible. Los enemigos nos han prestado un valioso servicio al comprender la esencia de los retos que existen en la subregión de los Grandes Lagos. ¡Al mal tiempo, buena cara! A partir de ahora, sus golpes sobre la mesa nos remitirán directamente a sus susurros bajo la misma. Sus peleas durante el día nos harán sospechar de sus conciliábulos nocturnos. En consecuencia, apliquémosles a todos la sanción que merecen: retirarles nuestra confianza hoy y mañana. ¡Para siempre! Para obedecer solamente a un proyecto que el pueblo mismo habrá concebido para su liberación y que se establecerá para su futuro bienestar. ¡He dicho!

Por Germain Nzinga

Fuente: Blog del autor: Geopolitique de la violence et de la paix en Afrique, STRATÉGIE DES ENNEMIS DU CONGO : TAPER DU POING SUR LA TABLE TOUT EN NÉGOCIANT SOUS LA TABLE, publicado el 19 de diciembre de 2016.

Traducido para Umoya por Eva Baquero Salavera y Nerea Fernández Álvarez (Universidad de Salamanca).

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