«El régimen de ocupación caería como una hoja muerta sin la ayuda de los colaboracionistas congoleños» – Conversación por messenger de Germain Nzinga Makitu con un congoleño.
ÉL:
¡Buenos días! Han quemado una iglesia en Boma porque el pueblo creía que la iglesia católica es cómplice de este tipo de poder. ¿Qué opina?
YO:
Es una pena que tras este incendio no se haya abierto una investigación judicial seria para establecer si es fruto de la frustración del pueblo o si tras este acto hay pirómanos, manos invisibles que quieren aplicar la política de cabeza de turco…
ÉL:
La política de cabeza de turco, ¿en qué sentido?
YO:
En el sentido de achacar el fracaso del proceso de alternancia democrática precisamente a quien ha intentado respetar el orden constitucional. Así funcionan las cosas en nuestro país. Ante los problemas, estamos a años luz de identificar a los verdaderos desestabilizadores y nos concentramos, por la carga emotiva, en las reacciones epidérmicas, como el incendio de la iglesia de Boma o la interrupción del culto en la catedral de Nôtre-Dame de París el pasado sábado 24 de diciembre. Son reacciones que no nos permiten resolver las crisis.
En cuanto a tu pregunta, lo importante es comprender cómo realiza la CENCO (Conferencia Episcopal Nacional del Congo) el delicado trabajo de los buenos oficios en busca del consenso político, al mismo tiempo que intenta salvar al pueblo congoleño del caos programado que desean de todo corazón los enemigos de este país para diseñar un plan maquiavélico. En cuanto a los retos presente y al estado actual, la CENCO no puede permitirse el lujo de divulgar lo que comenta en privado a riesgo de echar más leña al fuego, cuya consecuencia lógica sería el fracaso absoluto. No puede hacer declaraciones públicas, ya que los desafíos políticos son de muy alto nivel. Tendremos que juzgarlos por su resultado final.
ÉL:
Pero el pueblo que quema iglesias no tiene la culpa, porque es Kabila quien ha tendido la trampa a la iglesia al exponerla a la justicia popular.
YO:
No, créeme. La realidad es más complicada de lo que piensas y Joseph Kabila no es tan astuto como crees. Es un duro adversario político, no tanto por su inteligencia como por el sistema del que forma parte a la sombra como tantos otros. La única consigna es: no le subestimaremos, pero tampoco le sobrestimaremos. Lo repito: esperaremos a la publicación del documento final para evaluar el verdadero ganador de las bancadas de la CENCO.
Lo que sé, en el estado actual de las cosas, es que hasta el momento los obispos han conseguido desbaratar el plan de Kabila. Este plan consistía en bloquear desde el 19 de septiembre de 2016 la maquinaria política de un país cuyo funcionamiento se extraería del cuadro legal e institucional, y exasperar al pueblo congoleño hasta que saliera a la calle el 19 de diciembre de 2016 para que las milicias extranjeras lo masacraran. Posteriormente decretaría el estado de urgencia para concentrar los tres poderes en sus manos y por fin decidir todo lo que quisiera en términos del cambio de la constitución y del proyecto de perpetuarse en el poder.
Este plan cínico fracasó gracias a la acción de los obispos, que pusieron sobre la mesa el tema de su padre para que aceptara, de mala gana, una figura jurídica de fin de su mandato presidencial hasta el punto de que ya no pudiera poner en marcha su diabólico proyecto.
Actualmente, el combate que, según los cálculos más terribles sería un cuerpo a cuerpo entre las milicias y ciudadanos desarmados en las calles de Kinshasa, se desarrolla en la mesa de negociaciones y se puede resumir de la siguiente manera:
Kabila se acoge al artículo 70 para permanecer en el poder hasta la hipotética llegada de un nuevo presidente y, a su vez, los obispos hicieron que firmara un documento que le obliga a rechazar oficialmente presentarse a un tercer mandato.
Joseph Kabila, que se apoyaba en el acuerdo del 28 de octubre que le daba carta blanca para una aventura política sin final, se acoge al acuerdo de la CENCO que limita su mandato hasta noviembre de 2017.
El 19 de diciembre de 2016 a las 23:55 (cinco minutos antes del fin del plazo constitucional) , Joseph Kabila consolida la formación de un equipo de gobierno con Samy Badibanga para evitar un vacío constitucional y para tener garantías de control del ejecutivo en estos tiempos claves para la transición. El acuerdo de la CENCO rechaza a este gobierno formado de forma precipitada que ha hecho caso omiso del proceso de diálogo abierto y exige la formación de otro dirigido por la reunión.
Como sabrá, poco a poco se ha desactivado la bomba de perpetuación del régimen, sin encontrar resistencia hasta que no se lanzó contra el destino del pueblo congoleño. En mi opinión, la iglesia tiene más de dos mil años de experiencia en la alta diplomacia.
ÉL:
Nosotros seguimos vigilando, tenemos una visión crítica y profunda, analizamos y comprendemos fácilmente lo que pasa, pero el pueblo nunca lo sabrá…
YO:
Como sabrá, es más fácil quemar una iglesia que poner en marcha un plan preciso para salvar el futuro de una nación. Es más fácil empujar al pueblo al levantamiento popular que reflexionar sobre la gestión que se debe realizar tras dicho levantamiento.
El 19 y 20 de septiembre de 2016 ya vimos cómo respondió el pueblo a la llamada de protesta contra el régimen que no respeta el calendario electoral establecido por la ley fundamental. También fuimos testigos del miedo de los organismos de poder, que dejaron momentáneamente el poder en las calles.
Debemos plantearnos una pregunta clave: ¿qué político de la oposición se habría atrevido a cruzar el Rubicón para aprovecharse de esta situación? ¿Quién podría haberla transformado para declarar el vacío de poder y colocar su peón en dirección a las aspiraciones del pueblo como ocurrió en Burkina Faso? Ninguna revuelta resulta victoriosa si no cuenta con una estrategia precisa de conquista de poder… Este trabajo incumbe a la élite congoleña y a las fuerzas del cambio llamadas a coordinar sus ideas innovadoras para encaminar al pueblo hacia una dirección visible de la vía de la reconquista de su soberanía. Al observar las sólidas aspiraciones populares del cambio, creo que no me equivoco si afirmo que el tren del pueblo está listo para partir pero la locomotora del liderazgo se niega a asumir el riesgo del viaje para encaminar al resto en la senda de la renovación.
ÉL:
Entonces, ¿a qué se debe el bloqueo por parte de nuestros líderes políticos que no consiguen hacerse con el poder cuando está a su alcance?
YO:
Precisamente por la falta de constancia en su itinerario político. Se debaten entre posiciones contradictorias. Hoy defienden una postura y mañana la contraria, así que siembran dudas y confusiones en los jefes de quienes les siguen con el objetivo de reconquistar sus libertades. Públicamente rechazan el diálogo y toda prolongación, incluso por un minuto, del mandato de Kabila tras el 19 de diciembre. El 23 de diciembre, es decir, cuatro días tras la fecha límite, todos se reunieron con el propio Kabila que ya pensaba en su jubilación como presidente para monetizar la primera legislatura contra su mantenimiento en el poder otro año más.
Su segundo fallo es la estrategia desplegada en los tribunales y a largo plazo. Recuerda que habría pasado casi lo mismo el pasado 19 de diciembre si el pueblo se hubiera echado a las calles repletas de militares de Kinshasa y otras poblaciones del Congo. ¿Qué habría pasado? El pueblo sale a la calle, el régimen sanguinario de Kabila lo masacra (como atestigua el 10% de la población que se ha enfrentado a la dictadura), los opositores se limitan a publicar lamentos antes de presentar coronas de flores en los féretros de las víctimas y se celebran una misa. En los dos o tres días siguientes, todo volvería a la normalidad previa al levantamiento y se habrían perdido vidas humanas para nada. O un cambio considerable de un Kabila que se aprovechará de este levantamiento para endurecer el tono e imponer el estado de sitio con el fin de consolidar su régimen de ocupación.
Lo que creo comprender de la diplomacia subterránea de la CENCO es que se proyecta a largo plazo y evita ofrecer en bandeja de plata la cabeza de un Kabila políticamente moribundo, y la ocasión de imponerse por la única estrategia que le queda, es decir, la de la brutalidad de sus fuerzas militares, políticas y milicianas. Los buenos oficios de la CENCO están a punto de neutralizar la maquiavélica estratagema del régimen y bloquear los instintos asesinos de un Kabila que, en el mejor de los casos, está dispuesto a todo con tal de conservar el poder, y en el peor, está dispuesto a acceder a la fase 3 del plan de la AFDL.
ÉL:
¿La fase 3 del plan de la AFLD? No le sigo.
YO:
Unas pinceladas sobre la historia reciente de la República Democrática del Congo aclarará esta cuestión. Cuando los falsos liberadores entraron en Kinshasa el 17 de mayo de 1997, su objetivo era muy preciso: ocupar para siempre la RDC. Para ello, procedieron siguiendo estas etapas:
Fase número 1: Instalar a Mzee Kabila, incluso para desplazarse posteriormente mediante un asesinato. Fase número 2: Poner en su lugar a un miembro cercano y antiguo del servicio de inteligencia ruandés para consolidar los fundamentos de la ocupación. A esto se ha dedicado Joseph Kabila en sus 15 años en el poder. Fase número 3: pasar de la mera ocupación a la implosión total de la RDC con el propósito específico de crear pequeñas repúblicas cuya gestión política y económica dependa directamente de lobbies pro-tutsis.
En cuanto a la convergencia de los numerosos acontecimientos (las nuevas matanzas en la confluencia de Norte y Sur junto con la hambruna declarada en Ruanda y seguida del flujo migratorio hacia los territorios del este del Congo); el nombramiento de Azarias Ruberwa para el puesto estratégico de descentralización y reformas institucionales en este gobierno de transición que vuelve sobre los temas de numerosos caciques de RDC/Goma que llevan la gorra ruandesa y congoleña; la jubilación «declarada» pero no verfiricada de los militares congoleños y el acercamiento cada vez más notorio de Dos Santos con el líder del G7, respaldado por las mismas potencias que ayudaron al líder angoleño a acabar con Jonas Savimbi para hacer realidad la PAX ANGOLEÑA; el atentado desbaratado de Kalev (el director de los servicios de seguridad congoleños) además del nuevo primer ministro Samy Badibanga relacionado con el asesinato del general Bikueto Tunayebo (comandante del centro de entrenamiento de Kotakoli), el 26 de diciembre 2016 a las 21:30 delante de su domicilio, el ruido de botas cada vez más persistente en el Kassaï etc. Solo nos queda cruzar los dedos ante estas señales premonitorias que indican un acontecimiento inminente importante en el horizonte de la RDC y que pocos analistas políticos pueden definir. Cuando el presidente de Uganda, Kaguta Museveni, afirmó frente a los periodistas: «Joseph Kabila sserá el último presidente de la RDC», no deberíamos tomarnos esta predicción a la ligera.
ÉL:
Lo que dice es muy serio.
YO:
Sí, lo es. Esta información con consecuencias importantes para el destino de un pueblo se conoce en los más altos niveles de la diplomacia internacional. El papa Francisco tiene la mosca detrás de la oreja. Por eso, desde el 15 de agosto de 2016, denuncia sin cesar en sus audiencias de los miércoles y los domingos las masacres contra el pueblo congoleño y el complot urdido contra su destino porque las noticias que recibe le hacen creer que lo peor está por llegar. En la última reunión de la ONU, se comprometió personalmente mediante sus missi dominici a hacer del tema del Congo el centro del debate entre las potencias mundiales.
Como no está satisfecho del resultado, el propio Francisco ha decidido contar con el mejor enlace: los pastores congoleños, pues les considera los más adecuados para salvar a su propio pueblo de lo peor. Así podemos comprender con claridad el vaivén de los facilitadores de la CENCO entre Kinshasa y el Vaticano, así como el profundo sentido de las declaraciones del cardenal Laurent Monsengwo en la misa de Navidad de 2016 contra el régimen de Kabila.
ÉL:
En cuanto al cardenal, he leído hace poco en su página de Facebook que el presidente Joseph Kabila ha convocado una reunión de urgencia con su célula política tras la acusación del prelado. ¿Qué habría decidido el campo presidencial?
YO:
En mi opinión, Joseph Kabila presiente que la iglesia está perdiendo la paciencia. El pasado viernes 23 de diciembre, uno de los prelados que participaba en el diálogo de la CENCO comentó a una agencia de prensa internacional que estaba harto de la mediocridad de la clase política congoleña. Antes de ayer, domingo, el cardenal volvió a la carga e insistió en su mensaje de hartazgo claro y severo contra las intrigas de la mayoría presidencial.
Lo que más miedo le da a Kabila no son las denuncias de un cardenal. Todo el mundo sabe que este hombre está sordo a los gritos de los congoleños. Lo que le molesta es la estrecha relación que este cardenal que habló con tanta dureza contra él mantiene con el papa Francisco, para quien Monsengwo es uno de sus consejeros más escuchados del mundo. Kabila sabe que detrás de las denuncias públicas de Monsengwo se encuentra la reprobación del papa y las amenazas del Vaticano. La urgencia de esta reunión política celebrada ayer se inscribe en las intenciones de Kabila y sus aliados de reajustar su táctica de combate antes de que este adversario entre en escena.
ÉL:
¡Ah, vale!
YO:
Sí, sí. Mientras que todo el mundo sabe el mal que ha causado y sigue causando Joseph Kabila al pueblo congoleño, por el que se merece un castigo ejemplar, se le siguen presentando vías de salida honrosas, no tanto para salvar su integridad física como para ahorrarle lo peor al pueblo congoleño.
Para encontrar una zona de entendimiento, se le ha propuesto que el Rassemblement dirija y el Consejo de Transición y el nuevo equipo de gobierno de la transición que reemplazarán de oficio a las ilegítimas e ilegales de Samy Badibanga. Por desgracia, se ha obstinado, lo que multiplica los artificios. Entabla largos diálogos para estafar a todos sus protagonistas. Entonces cree que se sale con la suya, respaldado por los caciques de su régimen.
ÉL:
Esto es lo que Kabila intenta conseguir esta vez. Es lo que le decía al inicio de nuestra conversación.
YO:
Sin embargo, ten por seguro que Kabila se equivoca cuando cree que impone por la fuerza de las armas su poder obsoleto y su visión. Se equivoca cuando se niega a ver las señales del tiempo, ya que tanto en el interior como a escala internacional le rechaza. Se equivoca por completo cuando intenta regatear a todos mediante sus métodos mentirosos y su falta de respeto por su palabra. Su desgracia es que todo el mundo ya conoce su forma de operar y nadie confía en él. Ni siquiera sus colaboradores más cercanos, que se quedan a su lado no por un ideal, sino por la obsesión de enriquecerse o conservar su riqueza, acumulada de forma injusta. En el último momento le abandonarán como a un perro, hasta quienes defienden con uñas y dientes el lema «Kabila Désir», como ya hicieron anteriormente con Mobutu Sese Seko.
Kabila, al negarse a firmar el acuerdo del pasado 24 de diciembre, intenta ganar tiempo y espera salir de las redes de una oposición que le ha arrinconado con las armas de la ley. Los obispos están al corriente de sus maniobras, por lo que comienzan a alzar la voz a instancias de la homilía del cardenal de antes de ayer en todas las parroquias de la capital congoleña. Me da miedo que acabe en otro pulso entre Kabila y la iglesia católica…
ÉL:
Ayer todos aplaudimos vehementemente el mensaje del cardenal en la misa. Fue directo y tajante.
YO:
Creo que es justo lo que el pueblo de Dios esperaba. Que sus pastores se pronuncien de forma clara y sin ambages contra un sistema que asesina a los congoleños por millones, los entierra en fosas comunes (en Maluku, entre otras), y transforma a 75 millones de almas en esclavos en la tierra de sus antepasados. En mi opinión, la homilía del cardenal da un nuevo giro a la crisis política congoleña. En los próximos días sabremos algo más…
ÉL:
¡Ánimo a este miembro de la Iglesia que merece todo nuestro respeto y apoyo!
YO:
Sobre todo coraje y perseverancia extrema a todo el pueblo cristiano y a todas las fuerzas congoleñas del cambio que deben extraer de las palabras del cardenal la motivación luchar hasta la victoria en este combate de justicia y estado de derecho que gestionan desde hace setenta años.
Hasta el momento, todo cristiano congoleño debe valorar su carisma profético que le obliga a RECHAZAR todo pacto con el diablo. Debe resistir la tentación de formar parte del mal sistemático que corrompe y apena a nuestra pueblo. Su carisma profético les exige lo contrario, el deber de denunciar las injusticias como la grave injusticia de desvirtuar los artículos bloqueados de la ley fundamental, además del deber de anunciar la llegada de un nuevo Congo, nacido de la sangre derramada por nuestros mártires, que aceptaron morir bajo fuego enemigo para que fuera posible conseguir un Congo nuevo y próspero.
ÉL:
Los profesores universitarios que dicen cualquier cosa en los platós de televisión para mantener a un sanguinario deberían avergonzarse.
YO:
¿Sabes qué? Esta gran franja de la élite política, intelectual y religiosa congoleña que ha dado la espalda a los gritos de miseria de un pueblo a quien debía guiar y defender es una deshonra ante el mundo. Por suerte, hay una pequeña parte vigilante y disidente que planta cara a esta mediocridad generalizada. No debemos perder de vista el titánico trabajo de esta minoría disidente de la élite congoleña que ya es el orgullo y lo mejor del pueblo congoleño que la escucha y sigue sus análisis y opiniones críticas. Esta minoría trabaja día y noche sin esperar remuneración alguna, solamente por amor a su patria. Es el faro del cambio para el Congo. He conocido a muchos y me han reafirmado en la firme convicción de no dudar nunca del futuro de mi pueblo.
Tras la caída del régimen de Kabila, esta pequeña minoría deberá ocuparse de estos «intelectuales» corruptos y colaboracionistas. Cuando Mobutu cayó, el pueblo cometió el grave error de dejarles huir y después volver bajo el ala de Kabila sin ajustar cuentas. Esta vez habrá que hacer un trabajo de hormiguitas para elaborar una lista exhaustiva de los colaboracionistas, asesinos del sueño congoleño y los innombrables bienes ilegalmente adquiridos del tesoro público. Habría que entrar en las ramificaciones bancarias internacionales para recuperar todo el dinero robado al pueblo y sentar a los autores ante los tribunales.
Mientras esperamos que llegue ese día, la iglesia puede empezar a hacer declaraciones públicas de excomuniones de todo cristiano obstinado en ser cómplice de este sistema sanguinario y depredador. Serviría de ejemplo para otros. Como decía el divino maestro: “El vino nuevo en odres nuevos”.
ÉL:
Sería un buen comienzo…
YO:
Se trata de construir sobre roca… Un Estado que evoluciona en la impunidad no tiene futuro. Bastaría con una pequeña crisis para que desapareciera de golpe toda esperanza de reconstrucción nacional.
Por otro lado, tengo la firme convicción de que la ocupación ruandesa, en la que Joseph Kabila es el caballo de Troya, no funcionaría si no tuviera congoleños como Mende, Kalev, Kanyama etc., y toda la camarilla congoleña que trabaja día y noche para perpetuar este repugnante sistema.
Un cara a cara militar del pueblo congoleño con los ejércitos ruandés y ugandés o con las milicias de Kabila sería muy contraproducente en términos de la diversidad de las fuerzas presentes. La solución está en nuestras manos: dominar a todos los colaboracionistas congoleños con este sistema a corto plazo para desarmarlos y que dejen de ser operativos. Kabila y su sistema de ocupación caerán como una hoja muerta sin la colaboración de estos congoleños traidores de la patria y artífices de la perdición.
ÉL:
Sería ideal.
YO:
Sí, es un ideal que debemos concretar, donde se encuentre, conociendo el terreno y los puestos de los colaboracionistas en su sección y organización local para neutralizarlos e incapacitarlos. Que el miedo vuelva a instalarse en los opresores hasta el colapso. Esta es la tarea que incumbe a todos los que luchan por el triunfo de la justicia y la paz en el Congo de Lumumba.
ÉL:
Muchas gracias, querido compatriota.
Publicado por Germain Nzinga el 28 de diciembre en su blog www.nzingagermain.com: LE RÉGIME D’OCCUPATION TOMBERAIT COMME UNE FEUILLE MORTE SANS L’AIDE DES COLLABOS CONGOLAIS par Germain Nzinga Makitu.
Traducido para Umoya por Ana Sánchez Juiz.