RDC Alfombra roja para un criminal de guerra

“Chocante”, “alucinante”. Después de cinco años de fuga, la reaparición, como hombre libre, el martes 11 de octubre en Lubumbashi, de Gédéon Kyungu, condenado a muerte por crímenes de guerra y contra la humanidad, no es de recibo. Este jefe de milicias, reputado por su crueldad, ha sido acogido con gran pompa por las autoridades provinciales que le han puesto una alfombra roja de recibimiento. Las especulaciones son abundantes sobre las razones de una rendición de lo más oportuna para los intereses del Presidente Kabila, en el momento en que trata de retomar el control de la rica provincia de ex-Katanga y así eliminar a su principal rival, Moïse Katumbi.

“Gédéon ha sido recibido como una estrella del rock”, lanza despechado Didier, de la ciudad de Lubumbashi. Eran las 15h, el martes 11 de octubre, cuando el solemne cortejo llegaba hasta la rotonda Carrefour. Cánticos, músicas, mayoretes, discursos…,todos los ingredientes estaban reunidos para aclamar al hijo pródigo. Kyungu Mutanga, alias Gédéon, acompañado por un centenar de sus combatientes, bajó del jeep del ejército en el que había sido instalado confortablemente, para tomar la dirección de la Asamblea provincial; le acompañó un comité de acogida compuesto por autoridades locales, a cuya cabeza se encontraba el gobernador de la provincia del Alto Katanga Jean Claude Kazembe, que sonreía complacido.

“He venido para entregar las armas”, afirmó solemnemente Gédéon ante una asistencia compuesta por algunos centenares de policías y militares y algunos paseantes. La escena no es del gusto de todos. El director de una ONG de defensa de los derechos humanos (IRDH), Hubert Tshiswaka, juzga “deplorable” la acogida reservada a Gédéon por las autoridades. “Su lugar es la cárcel y haremos todo lo posible para que regrese a ella”, declaró.

Gédéon regresa tras cinco años de clandestinidad. El personaje al que las autoridades han puesto una alfombra roja es un siniestro señor de la guerra. Sembró el terror a la cabeza de un grupo maï maï durante la guerra de 1998-2003 y cometió las peores atrocidades entre 2004 y 2006, y posteriormente, en 2011, en Mitwaba, Pweto y Manono. En marzo de 2009 fue condenado a muerte por crímenes de guerra y contra la humanidad. Su pena de muerte fue conmutada por cadena perpetua; se evadió de la cárcel de Kasapa en septiembre de 2011, en una operación que, de paso, supuso la fuga de otros 1000 encarcelados. Extendió el terror a la cabeza de la milicia Bakata Katanga (“cortar Katanga” en swahili). Diversos observadores evocan cierta complacencia y complicidad por parte de las autoridades.

La rendición de Gédeon se explica, probablemente, por razones políticas. En enero de 2014, el grupo de expertos de la Monusco había afirmado en su informe que “Kata Katanga, bajo el mando de Kyungu Mutanga, alias Gédéon, recibe diversas formas de apoyo por parte del general Jonh Numbi”, que no es sino el antiguo jefe de la policía nacional, el hombre-seguridad de Kabila, hasta que fue separado después del asesinato de Floribert Chebeya, y que últimamente ha sido sancionado por las autoridades americanas.
En realidad, se sospecha que la milicia de Gédéon opera en favor del presidente Kabila, para el control de Katanga, feudo electoral del propio presidente y suministrador de votos y fondos. Gédéon goza de protección en altas esferas y, en consecuencia, de impunidad. La comisión formada en 2011 para indagar sobre su evasión de la cárcel no ha entregado nunca su informe. El viceministro de Justicia ha declarado que “puesto que Gédéon se ha entregado, el Estado puede graciarlo”. El gobernador explica que está en residencia vigilada; el hecho es que reside confortablemente en el barrio Golf. Se niega la existencia de un acuerdo, pero a la vez se sostiene que su rendición puede dar pie a una amnistía.

El asunto de fondo reside en que la provincia ex-Katanga se ha emancipado completamente de la tutela del jefe de Estado, desde que su ex-gobernador, Moïse Katumbi, enormemente popular, se distanció de Kabila. Gédéon podría desestabilizar la provincia sobre la que Kabila no tiene el control. Paul Nsapu, secretario general de la FIDH, afirma que “el regreso a la primera línea de Gédéon podría ser la ocasión para relanzar las acusaciones contra Katumbi, perseguido por el poder desde que se pasó a la oposición a Kabila y posible candidato a la Presidencia. Gédéon no oculta su apoyo a Kabila; vestía una camiseta con la efigie de Kabila y el eslogan “Shitaka” (que significa “permanece largo tiempo”, en luba).

Nadie se engaña en Kinshasa y en Lubumbashi con relación a la rendición de Gédéon. Su recepción, en la que participó el patrón de los servicios secretos, ha chocado; mientras se encarcela a defensores de la constitución, se recibe triunfalmente como un héroe a un asesino y evadido de la cárcel; todo un insulto e humillación a los congoleños.

ADRIEN SEYES (14.10.2016. Afrik.com)

Resumen y traducción: Ramón Arozarena.

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