Cuenca del lago Chad: los saudíes quieren 120.000 hectáreas de tierras agrícolas y pascícolas en Níger

Hasta una fecha reciente, los inversores extranjeros en África estaban sobre todo interesados en la explotación de los recursos del subsuelo (petróleo, uranio, oro, cobre, hierro y otros minerales); pero, desde hace algunos años, su centro de interés parece extenderse progresivamente a las inmensas tierras agrícolas africanas evaluadas en unos 202 millones de hectáreas por el Banco Mundial[1]. Este nuevo interés por las tierras agrícolas africanas, que es muy apropiado justamente considerar como una “nueva avalancha hacia los recursos territoriales africanos[2]” es subsiguiente a la triple crisis alimentaria, energética y financiera a la que el mundo entero se ha encontrado confrontado a partir del año 2008; traduce claramente la voluntad de ciertos medios financieros, en particular de los fondos soberanos y de los fondos de pensiones, de encontrar nuevos dominios de inversión más seguros que los mercados financieros, cuya volatilidad y riesgos han sido actualizados por la crisis financiera. La lógica de los inversores es muy simple: hay que orientar los inmensos fondos especulativos hacia la producción agrícola, que aparece como una de las respuestas más adecuadas a los nuevos desafíos actualizados tanto por la crisis alimentaria como por la crisis energética.

En el continente africano, la nueva avalancha hacia los recursos territoriales es desde ahora una de las más grandes competiciones que ponen frente a frente tanto a países occidentales inversores originarios como del Golfo y China; se desarrolla bajo nuestros ojos, sobre un fondo de corrupción y de favores ilícitos, en casi todos los países africanos, incluido Níger dónde las crisis alimentarias, agravadas ahora por un conflicto armado, son muy frecuentes. Los inversores saudíes han puesto allí sus maletines y a partir de ahora se han vuelto habituales en algunos medios del poder en Niamey; proponen invertir miles de millones de francos CFA para valorizar las tierras agrícolas y pascícolas de las orillas del río Níger y del lago Chad.

En colaboración con un privado nigeriano, la sociedad saudí AL HORAISH FOR TRADING & INDUSTRY, que se presenta como una de las sociedades más grandes del Reino, ha creado una filial nigerina llamada “Río Níger SA”, cuyo capital social es de 10 millones de FCFA. La sociedad Al Horaish es propietaria de numerosas fábricas y establecimientos en Arabia Saudita, Egipto, Sudán y en otros países de Asia y de América. Es socia de las sociedades americanas, canadienses y francesa AGCO, HISTON, JOHN DEER, FELEXI COILL y TECNOMA SPRAYER, que están especializadas tanto en equipos industriales y agrícolas como en irrigación y ganadería.

¿Una colaboración público / privada para expoliar a las poblaciones locales?

Según fuentes bien informadas, la sociedad Al Horaish, que ya obtuvo el aval del Consejo Regional de Diffa, sólo espera el del gobierno de Níger para la puesta en marcha de su proyecto de acondicionamiento y valorización de la cuenca del Komadougou y del lago Chad, incluyendo también la implantación de unidades de transformación agroalimentaria. La pretensión de la sociedad a través de este proyecto es valorizar 120.000 hectáreas de tierras agrícolas y pascícolas que le serán concedidas en el marco de un acuerdo de colaboración público / privada. El proyecto será ejecutado en dos fases: i) la primera fase, que durará una decena de años, tratará sobre el acondicionamiento y la valorización agrícola de 50.000 hectáreas, y la creación de una decena de unidades agroindustriales por debajo de la producción; y la segunda fase, que empezara a partir del año 11 de explotación, se referirá a la organización y valorización de 70.000 hectáreas y la creación de nuevas unidades agroindustriales en complemento de las existentes. la zona Identificada por el Consejo Regional de Diffa para la implantación de este proyecto agroindustrial, que es la más grande jamás proyectada en Níger, está situada en gran parte (2/3) en la subcuenca proximal del lecho del lago Chad y el resto (1/3) en la subcuenca proximal del Komadougou. Como lo menciona claramente el documento del proyecto, se trata “de la parte considerada como la más fértil de la cuenca del lago y del valle del río Komadougou”.

carte_lacPor otro lado, es importante señalar que las tierras prometidas a la sociedad Al Horaish corresponden a cerca de la mitad de las superficies explotables en irrigación y decrecida alrededor del Komadougou y del lago Chad; porque, la totalidad de las superficies explotables de la zona están estimadas, según el mismo documento del proyecto, en 265.000 hectáreas, de las que 182.000 están en el lecho del lago Chad, 75.000 a lo largo del Komadougou y 8.000 en las depresiones de los oasis de Mainé -Soroa [3]. El Susodicho documento no menciona claramente el estatuto de las tierras ansiadas por la sociedad saudí; pero, sabemos por lo menos que no se trata de ninguna manera de tierras vacantes e inexplotadas, cuya alienación no levantaría ningún problema. La zona de implantación del proyecto, tal como la descrita por este documento (ver mapa), forma parte de la zona de producción agrícola y pascícola de la región de Diffa; ya está ocupada y explotada, al menos en parte, por pequeños productores y ganaderos. El Consejo Regional y la sociedad saudí no piensan, por tanto, firmar contratos con los pequeños explotadores actuales; consideran que la adhesión ya conseguida de algunos jefes consuetudinarios a su proyecto es suficiente para contemplar la firma de un acuerdo de contrato de arrendamiento vitalicio de una duración de cerca de 99 años en el marco de una colaboración público / privada. Es decir que no se reconoce a las poblaciones locales ningún derecho de propiedad sobre estas tierras. Según el documento del proyecto, “las poblaciones locales y sus élites (jefes consuetudinarios y religiosos, líderes asociativos) se adhieren fuertemente al proyecto, a sus objetivos y a su procedimiento”; al igual por otra parte que las autoridades administrativas y políticas nacionales y locales, los ministerios y los servicios técnicos, que lo sostienen y están dispuestos a aportar todo el apoyo institucional necesario y a acompañarlo. El documento también subraya que la fórmula de un contrato de arrendamiento vitalicio en el marco de una colaboración público / privada ha sido elegida por cuatro razones principales: (1) permite al promotor realizar inversiones estructurantes de una cierta importancia sin tener que vender la tierra; (2) dar al promotor bastante tiempo para desarrollar sus proyectos y recuperar sus inversiones con beneficio; (3) aprovechar la oportunidad para hacer de Diffa un polo agrícola y agroindustrial abierto en África del oeste y del Centro; y (4) dinamizar la economía regional y nacional por la valorización de la cuenca del lago Chad y del Komadougou. Hay que precisar que el arrendamiento vitalicio es un tipo de contrato de arrendamiento de las tierras por una duración determinada; confiere al inquilino derechos prácticamente idénticos a los que tiene el propietario. La colaboración público / privada es un acuerdo por el que el Estado o una de sus partes confía a un tercero, por una duración determinada, la responsabilidad de concebir, buscar financiaciones, realizar, administrar y mantener obras y equipos. En el marco del proyecto agroindustrial de Al Horaish, la elección de la fórmula de arrendamiento vitalicio en el marco de una colaboración público / privada ha sido dictada, se estima, primero por la complejidad del proyecto, que “necesita inversiones de más de 1.000 millones de FCFA, cuya velocidad de crucero se establece al 5º año y la rentabilidad de las inversiones sobre cerca de veinte (20) años”; luego, por la urgencia de poner a las poblaciones de la región al abrigo “de un riesgo agro ecológico y económico que compromete gravemente su bienestar y su desarrollo”; por fin, por el informe costes / beneficios, que indica que “la economía de escala resultante de la explotación del perímetro va a devolver los productos a precios mucho más bajos que los observados en Níger y en la subregión”. El documento del proyecto subraya que la firma de tal tipo de contrato permitirá al Consejo Regional de Diffa recaudar un canon anual a tanto alzado de 500 millones de FCFA entre el primer y el tercer año de explotación, 700 millones entre el cuarto y el sexto año, y mil millones de FCFA a partir del séptimo año; y esto, si la superficie puesta en alquiler es solamente de 50.000 hectáreas, como está previsto para la primera fase del proyecto. El montante del canon podría evolucionar en función de las superficies puestas en alquiler. Como se puede constatar, la ganancia directa para el Consejo Regional en términos de recursos financieros es más que ridícula; no permitirá comprar bastantes libros y abastecimientos escolares para los alumnos de la región.

Por otro lado, conviene señalar que este proyecto no llevará consigo, en opinión incluso de sus promotores, ninguna repercusión financiera directa para el Estado de Níger; muy al contrario, se saldará con un importante lucro cesante para el presupuesto nacional debido a las exoneraciones fiscales previstas. La sociedad saudí, cuyas inversiones materiales serán del orden de 1.049 millones de FCFA, se beneficiará de una exoneración del orden de 150.000 millones de FCFA sólo a título del TVA y derechos de aduana; pero, reconociendo la importancia de este lucro cesante, los promotores del proyecto sostienen que “las exoneraciones consentidas son contrabalanceadas por el levantamiento del poder adquisitivo que va a impactar muy significativamente sobre el consumo, y que permite deducciones fiscales sustanciales de larga duración”. Es una forma muy bonita de decir que el dinero que el Estado pierde en forma de exoneración fiscal en provecho de la sociedad Al Horaish, podrá recuperarse a largo plazo en forma de impuestos a deducir sobre el consumo de los trabajadores agrícolas y otros participantes de la cadena de producción y de comercialización; pero, la falacia en este asunto no tan sólo mantiene el hecho de que el Estado y el Consejo Regional de Diffa no ganan gran cosa, mantiene sobre todo el hecho de que las consecuencias medioambientales y sociales negativas de este proyecto agroindustrial totalmente orientado hacia la exportación, son ampliamente minimizadas.

Un proyecto agroindustrial faraónico dirigido hacia la exportación

Según sus promotores, el proyecto agroindustrial de la sociedad saudí no tendrá consecuencias medioambientales significativas; al contrario, afirman que contribuirá a “la regeneración de los recursos naturales de esta zona actualmente amenazada”. El mantenimiento de los niveles de humedad elevados en el lecho del lago Chad va a engendrar, afirman, “un nuevo ecosistema favorable para el desarrollo de especies vegetales y animales antaño en fuerte recesión numérica o de diversidad”. La pérdida de los hábitats / biotopos en las zonas ocupadas por los sitios de producción y de vivienda será ampliamente compensada por “Las ventajas proporcionadas por la revitalización general a tan gran escala en los accesos del lago Chad y de Komadougou”; mientras que la destrucción de la flora arbustiva dominada por la Prosopis sería ampliamente compensada por “las repoblaciones masivas de setos vivos alrededor del sitio, de corta vientos, así como la gran arboricultura que será desarrollada”. La pérdida de los pastos naturales sería compensada por la puesta a disposición de los ganaderos de bagazo, alimento para el ganado cuyo valor energético “es de lejos superior al forraje herbáceo disponible encontrado actualmente”. El proyecto, afirman, tomará disposiciones para evitar “las intoxicaciones del personal, de los animales y de los peces por plaguicidas o productos derivados del petróleo utilizados en las explotaciones”. Contribuirá a la gestión del medio acuático en la perspectiva de preservar los recursos pesqueros y no utilizará mas que semillas no OGM; pero, introducirá “variedades de alta calidad y alto rendimiento, así como lecheras adaptadas a la zona mediterránea”. En el plano social, los promotores del proyecto consideran que el único riesgo plausible vendría del eco negativo que podrían tener sobre las poblaciones locales “los sistemas de indemnización realizados en otros proyectos en Níger”; porque, el proyecto no podría realizarse si estas poblaciones exigen “niveles de indemnización difícilmente aceptables por el inversor, que ya consiente en dar el 10 % de su resultado anual para cubrir los aspectos sociales”.

Los promotores consideran por otra parte que el Consejo Regional debe velar por que “la población observe una cierta templanza”, particularmente con el fin de evitar que “terrenos no explotados sean objeto de reivindicación de familias o de tribus, a pesar de la declaración de utilidad pública”, por la inclinación “de movimientos, procesos y otras formas de oposición con tendencia a ralentizar o desanimar a los inversores”. Estos últimos pretenden por otra parte ganar la confianza de las poblaciones locales a través de diversas realizaciones sociales en su provecho: construcción de 15.000 viviendas en provecho de los trabajadores y de sus núcleos familiares, creación de escuelas y centros de salud abiertos a las poblaciones cercanas, instalación de un sistema de traída de agua potable y de iluminación solar, etc. Los promotores subrayan que las principales ventajas ligadas a este proyecto son, por una parte “la creación de más de 13.000 empleos permanentes y 5.000 empleos temporales”, y por otra parte su “contribución a la seguridad alimentaria y nutricional, a la lucha contra la pobreza y a la balanza comercial del país”.

Según el responsable de la Célula colaboración público / privada y el Presidente del Consejo Regional de Diffa al que hemos preguntado, el proyecto de organización y valorización del lecho del lago Chad y del Komadougou es indiscutiblemente una feliz iniciativa para la región de Diffa; aun cuando es cierto que tal iniciativa sólo puede favorecer el acaparamiento de las tierras agrícolas y pascícolas por inversores extranjeros cuyo objetivo no es ni luchar contra la inseguridad alimentaria, ni sacar a las poblaciones de la pobreza. La lectura atenta del documento del proyecto hace resaltar por otra parte claramente que el objetivo principal de la sociedad saudí Al Horaish es ante todo producir para la satisfacción de las necesidades alimentarias de la subregión oeste – africana; a pesar de que es de notoriedad pública que, incluso en período de buenas cosechas, la producción alimentaria nacional es insuficiente para cubrir las necesidades de la población. El documento del proyecto indica que el principal mercado objetivo es el de Nigeria, “con respecto a la fuerte demanda potencial en todos los productos alimentarios”, seguido por África central y por todos los demás países de conveniencia. El cuadro de abajo muestra por otra parte que lo esencial de las producciones contempladas en el marco del proyecto está destinado a la exportación. Lo que no es sorprendente ya que la primera preocupación de los inversores privados es orientarse hacia los productos más buscados en el mercado.

captura-de-pantalla-2016-09-13-a-las-9-32-35 En efecto, es importante anotar que la estrategia de los inversores saudíes, por todas partes donde han acaparado vastas superficies agrícolas, ha estado siempre orientada hacia la exportación de los productos agroalimentarios; porque, si es verdad que uno de los objetivos perseguidos por estos inversores es por supuesto asegurar el abastecimiento del reino, no es menos verdad que su primera motivación viene primero de la perspectiva de ganancias financieras fáciles, ligada al previsible crecimiento de la demanda alimentaria mundial. Es lo que afirma el Institute for Poverty, Land and Agrarian Studies, en su punto de información titulado “El acaparamiento de las tierras en África y las nuevas políticas alimentarias”. El instituto considera que después de la crisis financiera mundial, numerosos inversores “han querido invertir en activos más tangibles y se han inclinado hacia las tierras agrícolas, diciendo que la demanda creciente para los productos alimenticios y el carburante sería una inversión segura en un sistema mundial cada vez más imprevisible”.

La mayoría de los proyectos llevados a cabo por los inversores de los países del golfo, en particular los de Arabia Saudita y de Qatar, se inscriben en una doble óptica: primero, “asegurar tierras y agua fuera de su territorio con vistas a asegurar ultramar la producción de alimento para su creciente población [4]”; y después, fructificar rápidamente, a través de inversiones en la agricultura, los inmensos fondos generados por la explotación petrolera y la especulación sobre los mercados financieros mundiales.

Una nueva fuente de conflictos en la región

Sea lo que sea, es innegable que el proyecto saudí de acaparamiento de las tierras agrícolas alrededor del Komadougou y en el lecho del lago Chad, si un día se concretase, tendrá repercusiones particularmente graves sobre la situación socioeconómica y política de la región de Diffa; porque, no solamente acentuará los conflictos, ya bastante marcados, alrededor del acceso a los recursos naturales, sino que también contribuirá a transformar en vagabundos a una buena parte de la población de la región que, en la actualidad, ya padecen un nivel de empobrecimiento casi irreversible. El gobierno nigerino parece haberlo comprendido un poco; porque, ciertas fuentes indican que ha decidido retrasar la firma del contrato tan deseado por la sociedad Al Horaish. Las vacilaciones del gobierno se referirían particularmente sobre la evaluación de los eventuales impactos medioambientales (todavía no se ha hecho ningún estudio de impacto) y sobre la limitación clara del sitio de implantación del proyecto. Lo que permite pensar que las autoridades nigerinas son aparentemente muy conscientes de que la firma de este contrato, sobre todo en el contexto actual de conflicto armado, no haría mas que dar crédito al discurso acusador que insinúa que la evacuación forzada de las islas y los pueblos del lago Chad en mayo de 2015 no tenía ningún otro objetivo que el de preparar el terreno para el acaparamiento de las tierras agrícolas de la región por los inversores saudíes. Es ciertamente una de las razones por las que todavía no se ha firmado ningún contrato con Al Horaish; Pero, hay que abstenerse bien de creer que el proyecto está enterrado definitivamente. En efecto, es más que cierto que los inversores saudíes volverán a la carga en un futuro próximo, posiblemente con propuestas más atractivas, pero siempre a su favor, para intentar adquirir tierras agrícolas en Níger; y esto, tanto en la cuenca del lago Chad y alrededor del Komadougou, una vez este restaurada la paz en la región de Diffa, como en otros lugares en el país, particularmente alrededor del río Níger, una vez esté terminada la presa de Kandadji [5]. Por otra parte no es casualidad que la filial nigerina de la sociedad Al Horaish se llame “Río Níger SA”. Algunas fuentes indican que la idea inicial de esta sociedad era desarrollar su proyecto en la zona del río. Aunque sea menos rica que el lecho del lago Chad y el perímetro del Komadougou, esta zona ofrece la ventaja de albergar próximamente una infraestructura capital para la implantación de un proyecto agroindustrial, es decir, la presa de Kandadji que va a ofrecer oportunidades tanto para el desarrollo de los cultivos irrigados como para la alimentación de energía de las fábricas de transformación. Los inversores de los países del golfo por otra parte tiene mas razones para ansiar las tierras agrícolas de esta zona, porque sus países forman parte de los principales proveedores de fondos del proyecto Kandadji a través del Banco Islámico de Desarrollo (BID)[6]. Los acuerdos firmados con los proveedores de fondos de este proyecto dan a entender que lo esencial de las superficies acondicionadas será confiada a grandes explotadores; porque, es con esta condición solamente, nos dicen, que el Estado de Níger podrá rentabilizar la obra y reembolsar su deuda ante los proveedores de fondos del proyecto. Sin embargo, es importante subrayar que por ahora los proyectos de acaparamiento de las tierras agrícolas deben primero atravesar dos obstáculos mayores; a saber, el gran retraso acusado en el acabado de la presa de Kandadji, oscurecido por asuntos sombríos, y la inseguridad en el lecho del lago Chad. Sin embargo, la vigilancia debe ser necesaria para todos los actores comprometidos en la lucha contra el acaparamiento de las tierras agrícolas; porque, este fenómeno del que apenas se oye hablar en los medios de comunicación internacionales está ya aquí mismo. La tentación es grande para los dirigentes de los países como Níger, que están desprovistos de recursos financieros o que carecen de voluntad política para invertir en agricultura, de morder el anzuelo de los inversores extranjeros en busca de tierras agrícolas; sobre todo ahora que se pueden beneficiar del estímulo de instituciones tales como el Banco Mundial, que les invita desde ya a “modernizar, en el curso de la década, los procedimientos complejos que rigen el derecho territorial y la gestión de las tierras en África [7]”. En apariencia muy noble, la invitación del Banco Mundial a invertir en la reforma de la gobernanza territorial no se refiere nada menos que a poner las etapas de una avalancha más controlada y reglamentada de los inversores hacia las tierras agrícolas africanas; más aún cuando la reforma territorial en cuestión no puede ser mas que de inspiración liberal, y no puede referirse a otra cosa que a la apertura hacia los inversores extranjeros, cuyo interés acrecentado por las tierras agrícolas está considerado como una oportunidad que hay que aprovechar y no como una amenaza que hay que conjurar.

En todo caso, es evidente que sobre las orillas del río Níger como en el lecho del lago Chad, dónde los retos ligados al control y al acceso de los yacimientos petroleros ya parecen pesar mucho sobre la seguridad y la estabilidad política en los Estados ribereños, las codicias alrededor de las tierras agrícolas no dejarán de alimentar nuevos conflictos. La probable llegada a esta zona turbia de inversores extranjeros interesados en las tierras agrícolas constituye, sin dudar, una seria amenaza para los pequeños explotadores y los ganaderos; porque, los nuevos sistemas de producción que van a instalarse van a conmocionar con toda seguridad, no sólo las reglas territoriales tradicionales en vigor, sino también los sistemas tradicionales de producción practicados por las poblaciones. Los grandes proyectos de organización agrícola tales como el llevado por la sociedad Al Horaish permitirán sin duda aumentar la producción agro-pascícola; pero, ciertamente no podrán tener tanto impacto positivo sobre la seguridad alimentaria y el nivel de rentas de las poblaciones ribereñas del lecho del lago Chad como las pequeñas explotaciones familiares. Es por otra parte una de las duras conclusiones que resultan de un estudio reciente realizado por el IRD por cuenta de la Comisión del lecho del Lago Chad [8].

Los autores de este estudio subrayan alto y fuerte que los pequeños explotadores de las orillas del lago Chad ya producen, con los medios actuales, bastante alimento para cubrir las necesidades alimentarias de toda la región; lo que sugiere de una parte que no hay ninguna razón objetiva para favorecer el acaparamiento de sus tierras por inversores extranjeros, y por otra parte que hay que esperar que tal perspectiva suscite por su parte movimientos que los Estados ribereños podrían tener dificultad para contener.

A.T. Moussa Tchangari

[1] ” Transformar la agricultura, estimular el crecimiento y poner fin   a la extrema pobreza en África “, comunicado del Banco mundial, publicado el 22 de julio de 2013 en la página del Banco (www.banquemondiale.org)

[2] Expresión utilizada sacada del documento “Cuadro y líneas directivas sobre las políticas territoriales en África, Políticas territoriales en África: un marco para el fortalecimiento de los derechos territoriales, la mejora de la productividad y de las condiciones de existencia”, publicado en 2010 por la Unión Africana, El Banco Africano de Desarrollo y la Comisión Económica para África.

[3] Datos confirmados también por un informe de peritaje colegial publicado por el Instituto de Búsqueda para el Desarrollo (IRD), “El desarrollo del lago Chad: situación actual y futuro posible”, bajo la dirección de Jacques Lemoalle y Géraud Magrin, IRD Ediciones, colección valoración colegial, Marsella 2014.

[4] “El acaparamiento de las tierras en África y las nuevas políticas alimentarias”, documento Punto de información publicado por el Instituto para la Pobreza, Tierra y Estudios Agrarios.

[5] La terminación de la presa de Kandadji está oficialmente prevista para finales de 2017.

[6] El BID es, con el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo y AFD, uno de los principales proveedores de fondos del proyecto Kandadji cuyo coste global está estimado en 785 millones de dólares US.

[7] “Transformar la agricultura, estimular el crecimiento y poner fin a la extrema pobreza en África”, comunicado del Banco Mundial, publicado el 22 de julio de 2013 en la página del Banco (www.banquemondiale.org).

[8] “El desarrollo del lago Chad: situación actual y futuros posibles”, bajo la dirección de Jacques Lemoalle y Géraud Magrin, IRD Ediciones, colección valoración colegial, Marsella 2014.

Fuente: Alternativa Níger, Bassin du lac Tchad: Les Saoudiens convoitent 120.000 hectares de terres agricoles et pastorales au Niger, publicado el 8 de julio de 2016.

Traducido para Umoya por Mª Isabel Celada Quintana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos
Responsable Federación de Comités en Solidaridad con África Negra +info...
Finalidad Gestionar y moderar tus comentarios. +info...
Legitimación Consentimiento del interesado. +info...
Destinatarios Automattic Inc., EEUU para filtrar el spam. +info...
Derechos Acceder, rectificar y cancelar los datos, así como otros derechos. +info...
Información adicional Puedes consultar la información adicional y detallada sobre protección de datos en nuestra página de política de privacidad.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.