Níger: historia de éxito que lucha contra la malnutrición infantil

Con la cara demacrada, la pequeña Ramatou de siete meses de edad y víctima de malnutrición, mira con ansiedad una bolsita roja que una enfermera abre con tijeras en el hospital de Niamey.

La alimentan tres veces al día con “plumpy nut”, una pasta de cacahuete “que contiene vitaminas, sales minerales, proteínas y lípidos… Todos los elementos que la niña necesita para recobrar un peso normal y tener buena salud”, explica Mamou Aminatou, director del Centro de recuperación nutricional intensiva (Creni) del hospital.

Lo novedoso: actualmente el plumpy nut se fabrica localmente a unos cuantos kilómetros de aquí en la zona industrial de Niamey, por la Sociedad de Transformación Alimentaria (STA), una historia de éxito nigerina.

“Hemos podido ayudar a salvar unos 270.000 niños en situación de malnutrición crítica en 2015”, declara con orgullo Ismael Barmou de 35 años, su director general nigerino formado en Francia e Inglaterra, que eligió regresar a su país, uno de los más pobres del mundo.

El país es presa de crisis alimentarias y humanitarias de forma repetida y cuenta con más de 300.000 desplazados o refugiados en su territorio. 240.000 han huido de los abusos del grupo islamista nigeriano Boko Haram en el sureste, mientras que otros 60.000 se han refugiado en Níger para escapar de los grupos islamistas de Mali.

Unos 50.000 refugiados más han huido recientemente de un ataque masivo de Boko Haram en Bosso (al sureste), el 2 de junio.

El Comité internacional de la Cruz Roja (CICR) calcula que más de nueve millones de personas necesitan ayuda urgente en la región del lago Chad (Níger, Chad, Camerún y Nigeria).

“Hay una grave penuria de alimentos. Los más jóvenes son los más gravemente afectados: no hay día en el que algún niño no muera de malnutrición en la región”, dice con preocupación Dominik Stillhart del CICR.

Las agencias de la ONU y las ONG tienen por tanto una necesidad crucial de víveres y llaman a la STA para conseguir el plumpy nut.

Creada en 2001, la STA en sus inicios producía de forma artesanal harinas alimenticias destinadas a las poblaciones más pobres.

“La empresa contaba con cuatro personas que accionaban manualmente los molinos”, recuerda el sr. Barmou.

Cambió de dimensión en 2005 debido a una enésima crisis alimentaria en Níger lanzándose a la fabricación de plumpy nut.

La STA es una empresa privada, cuyos dos tercios del capital pertenecen a unos nigerinos y el otro tercio a la sociedad francesa Nutriset que inventó el plumpy nut (fruto seco gordo, en inglés) y transfirió su tecnología a Niamey.

En ala actualidad, la STA factura anualmente unos 6.000 millones de francos CFA (aproximadamente unos 10 millones de euros) y tiene en nómina a 115 empleados, a los cuales hay que añadir unos 200 temporeros y los efectos inducidos en la industria del cacahuete, principal componente de su producto estrella.  Cada día salen de la fábrica unas 27 toneladas de pasta.

La fábrica recibe seis toneladas de cacahuetes al día que provienen de otra unidad de la empresa. Azúcar de Brasil, aceite de soja, leche y leche en polvo de Francia, aceite de palma de Ghana, así como estabilizadores, se mezclan después en condiciones sanitarias similares a las que se pueden ver en las fábricas europeas con una alta automatización de la cadena.

Después, las bolsitas rojas se entregan a las ONG o a las agencias de la ONU que las reparten a las familias.

“El plumpy nut tiene varias ventajas que responden a las necesidades de las agencias humanitarias: no necesita cadena de frío y se puede consumir sin preparación, basta con abrir la bolsita”, señala Garba Mahaman Salissou, responsable de producción.
Su sabor a cacahuete, un producto consumido tradicionalmente por la población, corresponde también a la cultura y costumbres locales.

“Al fabricarse en Níger, se reducen considerablemente los plazos de entrega”, comenta el sr. Barmou que actualmente piensa en diversificarse hacia otros productos nutricionales.
Una pasta menos enriquecida dirigida a la prevención de la malnutrición ya está comercializada y mientras tanto la empresa está estudiando una línea con otros productos alimentarios.

“Esperamos que algún día Níger no tenga que hacer frente a la malnutrición”, concluye el sr. Barmou. “Pero para ello también hay que desarrollar el entramado económico aquí en Níger”.

AFP
Slate Afrique, Niger: success-story d’une entreprise combattant la malnutrition, 22 de junio de 2016.

Traducido para UMOYA por Juan Carlos Figueira Iglesias.

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