Descolonización de la enseñanza de la economía en Sudáfrica

Recientemente, Ihsaan Bassier, un estudiante graduado en economía por la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT) en Sudáfrica, escribió un ensayo que invita a la reflexión para GroundUp, un sitio web de noticias locales sobre la necesidad de «descolonizar» la enseñanza de la economía a nivel de grado en esa universidad. Actualmente la economía en las universidades sudafricanas se enseña según la forma y los procedimientos de la escuela neoclásica, formada por las universidades de occidente. Los neoclásicos enfatizan la primacía de los mercados para resolver las cuestiones relacionadas con la producción y la distribución.

Para Bassier, un plan de estudios descolonizado es aquel que tiene como esencia la enseñanza de la realidad económica sudafricana (desigualdad, pobreza, desempleo, infrarrepresentación demográfica, racismo, etc.). Bassier alega que es importante que descolonicemos la economía porque la mayor parte de estudiantes no hacen estudios de grado «donde presuntamente se cuestionan las teorías». Como consecuencia, «entran en la política y en los negocios con el pensamiento de que la intervención siempre perjudica a los pobres, que la subcontratación es lo más eficiente y que los mercados son absolutamente justos para los trabajadores».

La crítica de Bassier forma parte de una conversación más amplia sobre la descolonización del programa de estudios de la universidad vigente en los campus de Sudáfrica (y en los Estados Unidos y algunos países del occidente de Europa). Esta discusión se ha trasladado a otras materias, especialmente relacionadas con las ciencias sociales y las humanidades. Para más información consulte aquíaquí y aquí.

Mi propia experiencia en la UCT coincide con estas observaciones generales. Allí realicé los estudios universitarios (Licenciatura, Master y Doctorado) y enseñé economía en esa Universidad entre 2012 y 2014. Lo que haré aquí es aportar algo a los razonamientos de Bassier (con ejemplos) y responder a algunas de las críticas que han surgido en Sudáfrica a partir de su ensayo.

Veamos la forma en que se enseña el «mercado de trabajo» a los estudiantes de la UCT. Teniendo en cuenta los altos niveles de desempleo y la desigualdad salarial del país, no se puede insistir demasiado en la importancia de este mercado. Desde luego, los estudiantes van a clase con la expectativa de que entenderán lo que ven a su alrededor. Lamentablemente, con frecuencia salen decepcionados.

Para empezar, los salarios. Los estudiantes quieren saber la razón por la que un ejecutivo de una empresa financiera gana 80 millones de rands sudafricanos (5 millones de dólares americanos) al año y por qué alguien de mantenimiento únicamente puede ganar 35 000 rands (2 300 dólares); eso es alrededor de 2 000 veces más. La visión convencional es que los salarios están determinados por la «productividad marginal». En otras palabras, la gente recibe un sueldo en función de su «contribución» a la empresa. Así que el funcionario gana 2 000 veces más porque contribuye 2 000 veces más.

La historia es verdad en parte porque sabemos que la desigualdad salarial es también el resultado de una captura administrativa del proceso de compensación. Esto significa que los ejecutivos escogen el tipo de paquetes salariales que reciben (vea el trabajo de Piketty y sus colegas). Un plan de estudios descolonizado acentuaría este otro canal por el que afloran las desigualdades.

Ahora piensen en el salario mínimo. Enseñamos a los estudiantes que los salarios mínimos llevan al desempleo y que, la única excepción es el caso del monopsonio. Eso significa que los salarios mínimos solo benefician a los trabajadores si el mercado laboral está dominado por un único empleador. La lógica es simple: un único empleador bajará los salarios de forma que la instauración de un salario mínimo pueda aumentar las ganancias y el empleo. En cambio, el mercado laboral de Sudáfrica está, en gran medida, dominado por monopsonios. La propia UTC es una importante protagonista en el mercado por la contratación de personal de limpieza –de esto tratan las protestas en los campus bajo el lema «acabar con la subcontratación», con la etiqueta #EndOutSourcing. Igual que los representantes laborales, el monopsonio, por consiguiente, tiene que presentarse de manera destacada cuando se enseñan los mercados de trabajo en el contexto sudafricano.

Pero comentemos la publicación de Bassier. Inesperadamente, teniendo en cuenta lo que está en juego, se ha hablado poco de él. A excepción de algunas referencias en los medios sociales. Esta respuesta de Johan Fourie, un profesor de economía en la Universidad de Stellenbosch y activo bloguero, se merece alguna reacción. Una de las principales e infundadas acusaciones de Fourie es que Bassier quería «eliminar contenidos». Por supuesto, esto es una tergiversación de la opinión de Bassier. Él simplemente quiere que el plan de estudios refleje las realidades de Sudáfrica. Es importante que se haga esta distinción.

Después, Fourie afirma que los estudios de postgrado ofrecen un plan de estudios más descolonizado que los de grado. Sin embargo, esto no coincide con mi experiencia como estudiante de postgrado en la UCT, donde la docencia solo atiende a la escuela neoclásica. Basta con hojear cualquier libro de texto de postgrado. Incluso cuando, como estudiantes de doctorado, llevamos a cabo una investigación centrada en Sudáfrica, los temas de investigación se tratan desde una perspectiva neoclásica. Yo también habría sido uno de los curas de esta universidad si no hubiera buscado visiones alternativas.

Por último, Fourie insinúa que los estudiantes de grado emprenden asignaturas optativas de historia económica para introducir el contexto local a su conocimiento general. Estoy de acuerdo con él en la importancia de la historia pero, a diferencia de él, me gustaría que el contexto histórico sudafricano se presentara de manera destacada en las asignaturas obligatorias de los estudios universitarios en economía. Los estudiantes no deberían tener que elegir una optativa para conocer el papel que jugó el atroz impuesto de las cabañas en el crecimiento de la industria minera en Sudáfrica. Los estudiantes no deberían tener que elegir una optativa para aprender que los altos niveles de desigualdad de ingresos y riqueza existentes hoy en día en Sudáfrica están relacionados con la desposesión sistemática y la discriminación a gran escala en el curso de la historia.

Ihsaan Bassier ha iniciado un diálogo atrasado realmente útil y largo sobre el lugar que ocupa la enseñanza de economía en la universidad sudafricana. Es hora de pensar en las respuestas.

3 ABRIL, 2016 GRIEVE CHELWA

Fuente: Africa Is a Country, 3 de abril de 2016.

Traducido por Sara García Carballo

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