Ruanda: la corrupción sexual, una lacra que adquiere proporciones alarmantes

Ruanda continúa haciendo alarde de sus buenos resultados en la lucha contra la corrupción e incluso se menciona como ejemplo en el continente africano gracias a las medidas que ha tomado al respecto, en particular en la lucha contra los sobornos. No obstante, “el país de las mil colinas” sufre otra forma de corrupción que cada vez cobra mayor magnitud, hasta el punto de que esta se ha tomado en serio en la cumbre de Estado: se trata de la corrupción sexual, un mal extendido, sobre todo, en el mercado laboral.

Aunque África sigue siendo una de los continentes donde existe una mayor corrupción a nivel mundial según el Índice de Percepción de la Corrupción 2015 creado por la ONG Transparencia Internacional (TI), Ruanda se encuentra entre los seis mejores alumnos del continente, es decir, aquellos que han experimentado un importante avance con respecto a años anteriores. Sin embargo, “el país de las mil colinas” se enfrenta a una nueva forma de corrupción que va en aumento y que nos hace reaccionar: la corrupción a través del sexo, un mal que principalmente corroe el mercado laboral. De este modo, los directivos encargados de la contratación de personal exigen favores sexuales a cambio de un puesto de trabajo.

Este tipo de corrupción en el mundo laboral se debe, entre otras cosas, al elevado índice de desempleo en el país, los bajos salarios en la función pública, la pobreza, la ineptitud de aquellos que buscan empleo y la discriminación, vinculada principalmente a las etnias y a los países de origen (en el caso de los antiguos exiliados). Transparencia Internacional indica que la corrupción sexual está igual de extendida en el sector público que en el privado.

En octubre de 2012, el informe de Transparencia Internacional Ruanda sacó a la luz esta forma de corrupción por vez primera y señaló su magnitud. El informe de este año indicaba que la corrupción vinculada al sexo es mayor que otras formas de corrupción en el país. Las investigaciones realizadas en más de 200 organismos públicos y privados desvelaron la magnitud de este fenómeno que afecta, sobre todo, a las mujeres jóvenes que acaban de terminar sus estudios y a las mujeres que buscan su primer empleo.

Igualmente, en su informe del período 2014-2015, la comisión de funcionarios públicos y de trabajo demostró que la corrupción por medio del sexo alcanza índices muy altos en la función pública y predomina en el país sobre otras formas de corrupción. Este informe, publicado el 23 de octubre de 2015 a partir de una encuesta realizada a 680 personas, muestra que la corrupción sexual ocupa el primer puesto en el mercado laboral: el 40 % de los encuestados dice haber tenido que aceptar tener relaciones sexuales para obtener un trabajo. La corrupción basada en el dinero o sobornos ocupa el segundo lugar. Así, el 39 % reconoce haber ofrecido dinero a cambio de un empleo. En el tercer puesto se encuentran el favoritismo y el nepotismo, cuyo porcentaje es del 19 %. Junto a estas formas de corrupción que encabezan la lista, la comisión de funcionarios públicos indica que existen otras formas menores de corrupción, como el regalo de ganado y el intercambio de todo tipo de bienes y servicios a cambio de un empleo.

Transparencia Internacional Ruanda indica en su informe de 2015 publicado el pasado enero que las mujeres son las que más sufren esta corrupción vinculada al sexo. Según sus cálculos, el 84,5 % de las personas que tuvieron que acceder a prestar favores sexuales a cambio de un puesto de trabajo o un ascenso fueron mujeres. Asimismo, el 83,2 % de los que solicitan favores sexuales son hombres: TI Ruanda señala que aquellos que recurren a esta clase de prácticas son hombres con altos cargos o próximos a aquellos con un buen puesto.

La policía nacional y las administraciones locales encabezan el pelotón de los servicios más corruptos de Ruanda. En julio de 2013, un oscuro asunto confirmó este hecho: entre el 17 y el 18 de ese mes, Gustave Makonene, coordinador de Transparencia Internacional en Rubavu (al noroeste del país), fue asesinado mientras investigaba la corrupción dentro de la policía nacional. Dos policías sospechosos del asesinato del militante anticorrupción fueron encarcelados y condenados a severas penas en enero de 2015.

Tanto en la función pública como en el sector privado, la corrupción vinculada al sexo también se lleva a cabo a la hora de asignar un nuevo destino y obtener adelantos y ascensos. Por ello, para conseguir un puesto superior al que se ocupa, los directivos corruptos exigirían favores sexuales a sus subalternos de sexo femenino, lo que explicaría el aumento de categoría profesional acelerado de algunos funcionarios a pesar de la evidente falta de experiencia.

Una corrupción de la que no se libran los centros educativos

La corrupción vinculada al sexo está muy extendida en el mercado laboral, pero esta también se encuentra presente en los centros educativos, a pesar de que su alcance todavía no haya sido estudiado a fondo en Ruanda. Por lo general, los profesores proponen a sus alumnas ponerles mejores notas en las asignaturas en las que tienen peores resultados a cambio de favores sexuales. En octubre de 2013, varios estudiantes de la Universidad Politécnica de Umutara denunciaron ante el Defensor del Pueblo ruandés (llamado Ombudsman) a los profesores que les exigían llevar a cabo favores sexuales a cambio de buenas calificaciones. Este asunto de corrupción sexual en los centros educativos fue el titular de todos los periódicos del país y sacó a la luz una realidad muy extendida en la sociedad.

Las nefastas consecuencias de esta clase de prácticas

Si el fenómeno de la corrupción, en particular el recurso a los sobornos y otras formas como el tráfico de influencias, supone distintas trabas a la economía de los países, Transparencia Internacional Ruanda señala que en este país la primera consecuencia de la corrupción sexual es la dificultad que tienen los hombres que buscan trabajo para hacerse un hueco en el mercado laboral En su informe de 2015, Transparencia Internacional Ruanda indica que se ha rechazado al 32,7 % de las personas que buscaban empleo porque se negaron a aceptar proposiciones sexuales. En cuanto a los que ven cómo se evapora una oportunidad de obtener un puesto más alto debido a que se niegan a ejercer esta forma de corrupción, se estima que son un 9,6 %.

En resumen, la corrupción vinculada al sexo mina la moral de aquellos que están cualificados para ocupar los puestos correspondientes y pone en entredicho el principio de la meritocracia. De este modo, las personas más cualificadas se ven excluidas en favor de aquellas que saben o aceptan ofrecer sus encantos para obtener un puesto de trabajo.

La corrupción sexual también puede volverse contra aquellos que la llevan a cabo. Esto fue lo que le ocurrió al dueño de un restaurante según el testimonio de una joven que, al contrario de los que se convertirían en sus futuros compañeros, se negó a ceder a las insinuaciones de su jefe para que la contratara en el restaurante. En las declaraciones publicadas en la revista Agasaro Magazine en diciembre de 2015, su compañera cuenta lo siguiente: “Buscaba urgentemente un trabajo, ya que tenía una vida dura: no tenía dónde dormir ni qué comer. Solicité un empleo en un restaurante. Su propietario aceptó contratarme, pero debía pasar un período de prueba y firmar un contrato al finalizar este período. No obstante, entretanto él insistía de manera frecuente en que nos acostáramos, me negué a ello y terminó por despedirme diciendo que no sabía hacer el trabajo. Además, sobre todo destacó que yo no soy mejor que las demás chicas que trabajan para él, lo que claramente significa que las otras habían aceptado sus insinuaciones. Además, poco después una de sus empleadas se quedó embarazada de él, este la despidió y ella le denunció. Él fue encarcelado y su establecimiento quebró”.

La corrupción sexual, una plaga difícil de determinar

La corrupción sexual persiste y se perpetúa en la sociedad ruandesa, ya que es difícil de detectar y, por tanto, de combatir. Si la corrupción relativa al dinero deja su rastro incluso cuando se lleva a cabo mediante complicadas estrategias, la corrupción sexual, por su parte, además de sorprendiendo a las personas en el acto, resulta muy difícil de determinar . También resulta complicado conseguir la colaboración por parte de las víctimas, ya que, más que corrupción, parece una forma de extorsión, explica la Presidenta de TI Ruanda, Marie Immaculée Ingabire.

El último informe de Transparencia Internacional Ruanda señala que solo el 5,6 % de las víctimas de corrupción sexual tuvieron el valor de presentar una denuncia o de dirigirse a los servicios competentes. La mayoría, concretamente el 47,3 %, prefiere callarse por miedo a las represalias, a perder su empleo o, simplemente, por vergüenza.

La corrupción sexual se castiga en Ruanda en la misma medida que las demás formas de corrupción. Cualquier persona que haya solicitado o aceptado ofertas o promesas, solicitado o recibido donaciones o regalos, incluidos los favores sexuales, puede ser condenado a una pena de prisión de tres a cinco años y a pagar una multa de cincuenta mil a un millón de francos ruandeses (1200 €).

No obstante, hay que señalar que, a pesar de las severas penas que se imponen a aquellos que se llevan a cabo acciones relativas a la corrupción sexual, este comportamiento está arraigado en la sociedad ruandesa con todas sus consecuencias. A este respecto, conviene destacar que, mientras en el mercado laboral la demanda de puestos vacantes supere ampliamente a la oferta, la corrupción seguirá triunfando. Por ello, una de las cosas que habrá que llevar a cabo para acabar con esta lacra que corroe la sociedad ruandesa será a creación de más empleo. Además, una solución duradera entrañará la instauración de un Estado de derecho que garantice que toda persona pueda acceder a un empleo gracias a su cualificación y lograr un ascenso por méritos propios, todo ello de manera transparente.

Jean Mitari

www.jambonews.net

http://www.jambonews.net/actualites/20160329-rwanda-la-corruption-sexuelle-un-fleau-qui-prend-des-proportions-inquietantes/

Traducido por Cristina Alonso Martín (USAL)

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