Kenia-Rose Mwonya: mi ascenso de chica del aldea a vicerrectora

Por Elvis Ondieki – Domingo 10 de enero de 2016

La catedrática Rose Awuor Mwonya sucederá oficialmente al catedrático James Tuitoek el miércoles y se convertirá en la quinta vicerrectora de la institución, que cuenta actualmente con cuatro campus y 25.000 estudiantes. FOTO: Anthony Omuya 

Resumen

  • Después de 76 años la universidad de Nakuro ha hecho un nombramiento histórico al confiar en la catedrática Rose A. Mwonya, que en su día estudió en la principal institución de formación agrícola y que ha ascendido hasta llegar a este cargo tan prestigioso.
  • El próximo miércoles, Rose A. Mwonya sucederá oficialmente al catedrático James Tuitoek y se convertirá en la quinta vicerrectora de la institución, que cuenta con cuatro campus y 25.000 estudiantes.
  • En los 28 años que lleva en esta institución, ha ocupado varios cargos, entre los cuales se encuentra el de directora fundadora del Centro de Estudios de la Mujer y Análisis de Género y el de presidenta del Departamento de Agricultura y Economía Doméstica.

Los residentes de una pequeña aldea de Ugenya, en el condado de Siaya, no se podrían haber esperado jamás que una de sus hijas llegaría un día a dirigir una de las mejores universidades  públicas.

Cuando estaba creciendo, nada en la vida de la joven Rose Awuor, primogénita de un conductor al servicio del Gobierno y  de una campesina, era especialmente destacable. Como muchas otras chicas de la aldea, en el mejor de los casos correteaba haciendo ruido cuando jugaba y, en el peor, se dedicaba a recoger leña cuando hacía las tareas del hogar.

Pero aquella niña pequeña que empezó su educación en la escuela primaria de Ndenga ahora se ha convertido en la primera mujer vicerrectora de la Universidad de Egerton, la preciada institución de 76 años que fue reconocida como universidad de pleno derecho en 1987.

El miércoles, la catedrática Rose Awuor Mwonya sucederá oficialmente al catedrático James Tuitoek y se convertirá en la quinta vicerrectora de una institución de educación superior que actualmente cuenta con 4 campus y 25.000 estudiantes.

Prepárense para reír si están planeando tener una conversación informal con la catedrática Mwonya como la que Lifestyle mantuvo con ella esta semana.

La profesora de Enseñanza de la Economía Doméstica será la última persona en resistir a la tentación de hacer una broma en el momento oportuno.

“Na hizo zote utapelekawapi?” (“¿Qué hará con todas esas fotografías?”), preguntó a nuestro reportero mientras le sacaba una foto.

O te contará de manera desconcertada cómo a veces va a la cocina a preparar algo de comer solo “para sentirse mujer”.

ESTUDIANTES OCUPADOS

A veces, puede que ni siquiera pretenda hacer una broma, pero uno se da cuenta rápidamente de que domina a la perfección el arte de transmitir aun cuando no se la escuche. Esto es precisamente lo que sucede cuando empiezas a hablar con ella sobre la música:

Profª. Mwonya: “Me gusta la música en general; escucharla y bailarla”.

Lifestyle: “¿Quién es su artista favorito?”.

Profª. Mwonya: (Sin dudarlo ni un segundo) “No lo sé”.

Pero entre los momentos más distendidos, también habla seriamente una mujer que se considera “la mejor profesora” y en cuyas manos se han formado miles de kenianos desde que empezó a trabajar para la Universidad de Egerton en 1987.

En los 28 años que lleva en esta institución, ha ocupado varios cargos, entre los cuales se encuentra el de directora fundadora del Centro de Estudios de la Mujer y Análisis de Género y el de presidenta del Departamento de Agricultura y Economía Doméstica.

Más adelante, en 2007, se convirtió en la decana de los estudiantes y un año después fue nombrada vicerrectora adjunta. Se encargaba de los asuntos académicos, un puesto que ocupó hasta que empezó a dirigir la universidad en octubre del año pasado.

Cuando la catedrática Mwonya mira a un estudiante, dice que ve a una persona que rebosa energía, pero que necesita una guía.

Está muy orgullosa de que no se produjese ningún disturbio entre los estudiantes durante el período en el que fue decana. Cree que el secreto es mantener a los estudiantes ocupados.

“Durante mi temporada como decana, nunca se produjo ninguna huelga y estoy muy contenta por ello”, dice la catedrática Mwonya, quien, al igual que el señor Olive Mugenda, vicerrector de la Universidad Kenyatta, es una antigua alumna de la Universidad Estatal de Iowa (Estados Unidos).

“Hay que mantener a los alumnos ocupados teniendo en cuenta sus talentos”. Siempre hemos premiado a los mejores estudiantes, incluidos aquellos que dejaban la bebida. Si eras un borrachín que dejaba de beber y tus compañeros lo sabían, te premiábamos por ello”, dice.

Su pasión

Rose Mwonya afirma que le encanta trabajar con los jóvenes y cree que los estudiantes deberían poder hacer lo que les gusta por su cuenta, siempre y cuando reciban un buen asesoramiento.

“Les dejo que hagan las cosas por sí mismos y les ayudo a ir más allá”, afirma la académica.

En su mundo, la clave para que los estudiantes estén bien formados es mostrarles la manera correcta de hacer las cosas y crear mecanismos que les guíen. Según ella, esta es la razón por la cual creó un programa de asesoramiento entre compañeros en la universidad.

“Tenía un proyecto de educación entre pares que funcionó durante casi diez años y que fue fundado por la organización Pathfinder International. El objetivo era educar a los jóvenes sobre cómo vivir y sobre la vida en la universidad”. Además, añade que quizá fuese este programa lo que hizo que la nombraran decana.

Gracias a su deseo por ver a los estudiantes siempre ocupados, creó una semana de la cultura, que, según ella, forma parte de las actividades extraescolares.

“Antes no celebrábamos la semana de la cultura, pero yo la creé y está funcionando muy bien. Los estudiantes demuestran lo que son capaces de hacer”, afirma la catedrática.

Si fueran a la universidad cualquier día de la semana cultural, podrían ver a la catedrática Mwonya bailando con los estudiantes, pues su amor por la música y la danza no le permite quedarse quieta y mirar cómo bailan los demás.

EL MANUAL DEL PROFESOR

“Bailo con los estudiantes en todas partes. Me habéis pillado. Sí, lo hago. Se lo pueden confirmar ellos”, afirma la catedrática Mwonya.

Sin embargo, a pesar de su aparente enfoque basado en el laissez-faire, no le importa hacer enemigos cuando ocupe su nuevo cargo si con ello garantiza la integridad de las clases de la universidad y de los exámenes.

Cree que no se podrá estar orgulloso de la excelencia académica de la institución si no se impide que los estudiantes puedan copiar.

“Y me odiarán por ello. No me preocupa”, dice.

En el manual del profesor, el lugar de un estudiante al que se pilla copiando está a muchos kilómetros de distancia de la universidad. Además, el castigo para un miembro de la plantilla que lo permite es el despido.

“(En cuanto a los estudiantes) interrumpimos sus estudios. Y a los empleados los despedimos o damos por finalizados sus servicios si han ayudado a los estudiantes (a copiar). Por lo tanto, no se trata de algo simple en la Universidad de Egerton. Ni siquiera me siento mal cuando tienen que dejar la institución”, dice la Rose A. Mwonya, que en su día también estudió aquí.

Además, añade: “Hemos reestructurado nuestro sistema de exámenes y creo que, si todo sale como espero, deberíamos ser capaces de minimizar, o eliminar si es posible, la mala praxis en los exámenes”.

Otra prioridad en su lista es la biblioteca del campus principal, ya que, según ella, necesita ampliarse.

“La biblioteca que tenemos ya existía cuando Egerton era todavía una facultad perteneciente a la Universidad de Nairobi. No puede albergar la cantidad de estudiantes que existe actualmente. Me gustaría encontrar una forma de reconstruir la biblioteca. Me apena enormemente”, afirma la catedrática  Mwonya, que reconoce que le vendría muy bien recibir financiación.

Una biblioteca antigua

Dice que la biblioteca quizá se construyese en su día con una capacidad para 600 usuarios, mientras que la población estudiantil actual alcanza los 25.000 estudiantes.

Señala también que la biblioteca es uno de los síntomas de un problema que lleva atormentando a la Universidad de Egerton desde hace mucho tiempo.

“A Egerton no se le dio el tiempo suficiente para crecer como facultad constituyente de la Universidad de Nairobi. Por eso, creo que no pudo desarrollar la infraestructura necesaria de una universidad de pleno derecho, pues las obras que se pusieron en marcha en aquella época todavía no se han completado, lo cual no está bien”, señala.

A continuación, salió el tema de la inauguración de nuevos campus universitarios como consecuencia del mensaje firme del secretario del Gabinete de Educación, Fred Matian’i, de que el gobierno tomará medidas para garantizar que la calidad de la educación universitaria no se pone en peligro.

“Ya es hora de que tomemos decisiones difíciles con el objetivo de proteger la credibilidad de nuestro sistema de educación superior”, dijo el Dr. Matiang’i durante una ceremonia de graduación que se celebró el 18 de diciembre en la Universidad Kenyatta.

El Dr. Matiang’i criticó el deseo de expandir las universidades a toda cosa y en detrimento de la calidad.

“Tenemos que tener mucho cuidado con nuestro deseo de adquirir edificios enormes, que normalmente tienen un coste elevadísimo, en todos los rincones de nuestras ciudades cuando no estamos financiando a nuestra facultad correctamente”, dijo.

La catedrática Rose A. Mwonya, vicerrectora adjunta de Asuntos Académicos de la Universidad de Egerton, planta un árbol en el jardín de la paz de la Universidad de Laikipia, en Nyahururu. FOTO | Joseph Kuria

ESPOSA “DE FIN DE SEMANA”

Rose A. Mwonya comparte la opinión del Dr. Mtiang’i:“Estoy de acuerdo con él. Si pones en marcha un campus y no hay las instalaciones necesarias, está claro que los niveles de calidad bajarán. Por eso, hay que ser capaces de abrir un campus con las instalaciones adecuadas. Esta es la razón por la cual a la institución de Egerton no le gustaría abrir más campus a cualquier precio”, reconoce.

La catedrática cree que el motivo por el cual no es fácil inaugurar muchos campus nuevos es el tipo de disciplinas en las que se especializa la universidad.

“Se trata de una universidad orientada a las ciencias y cuando abres muchos campus necesitas laboratorios, algo que no nos podemos permitir”, dice. Señala también que la institución asentada en Njoro ofrece solo programas relacionados con las Humanidades en sus campus de Nairobi, Nakuru y Baringo.

Vida familiar

Cuando acaban sus preocupaciones académicas, que pueden durar hasta las 5 de la tarde los días normales y hasta las 8 los días más agitados, la catedrática Mwonya se retira a su residencia de Nakuru para relajarse, cenar y ver las noticias antes de dormir hasta las 6 de la mañana del día siguiente.

Está casada con Joshua Mwonya, jefe jubilado de la empresa azucarera South Nyanza Sugar Company y que actualmente es un hombre de negocios. Tienen dos hijos biológicos y otros dos adoptados.

Dice del señor Mwonya, quien trabaja principalmente desde el sur de la provincia de Nyanza, que es un marido “de fin de semana”, igual que ella.

Rose A. Mwonya pasó sus años de formación en la Escuela Primaria de Ndenga, en el condado de Siaya, donde estudió hasta el cuarto curso, antes de que su padre la cambiase al Internado para Chicas Asumbi en el condado de Homa Bay. Desde allí, pasó al instituto para chicas Nyambururu de Kisii y más tarde se matriculó en el Instituto de Agricultura Embu.

A continuación, trabajó para el Ministerio de Agricultura antes de postular para el gobierno y así asegurarse su admisión en una titulación de la Universidad de Egerton primero y luego en la Universidad de Nairobi.

En 1975, terminó su titulación de tres años en Agricultura y Economía Doméstica y después se trasladó al distrito de Kakamega para trabajar como funcionaria local de economía doméstica. Ocupó ese puesto de eso hasta que poco después se mudó a la provincia occidental, donde entonces se encontraba el Instituto de Agricultura de Bukura, para cumplir su sueño de trabajar como profesora.

 “Me gustaba dar clase. Lo único que me apasionaba era enseñar. Y no creo que esto haya cambiado”, dice. “Quería convertirme en la mejor profesora y creo que lo he conseguido”.

Formación académica

Después, recibió una beca de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional para estudiar una Licenciatura en Agricultura en la Universidad Estatal de Iowa que completó en un año y medio. También realizó un Máster y un Doctorado en la Enseñanza de Economía Doméstica en la misma institución hasta 1984.

La catedrática Mwonya se especializó en la economía doméstica, una disciplina que, entre otros aspectos, combina el desarrollo infantil y la enseñanza de adultos.

CHICA DEL CAMPO

Y así es como una niña de Siaya que dice no haber estado nunca entre los diez mejores de la clase pasó las páginas del libro que leía y escribió un cuento que llegará a uno de sus puntos culminantes este miércoles.

Cree que sus rasgos de chica de pueblo todavía están presentes en ella. Quizá por eso se pasea por la institución muy a menudo.

“Incluso durante mi horario laboral me levanto y me pongo a andar. Si le preguntan a los del campus, les dirán que paseo mucho. Quizá esto se deba a que provengo de una zona rural”. Afirma, también, que en el pueblo nadie se queda sentado.

Unas 21 personas se presentaron al cargo de vicerrector y dice que ella tuvo la suerte de estar entre las tres finalistas cuyos nombres fueron transmitidos al presidente Uhuru Kenyatta y al entonces secretario del Gabinete de Educación Jacob Kaimenyi (actualmente secretario del Gabinete de Tierras).

“Me gustaría darles las gracias al presidente y al catedrático Kaimenyi, secretario del Gabinete, por concederme la oportunidad de servir a la Universidad de Egerton como vicerrectora”, dice.

Entonces, ¿cuál es su mensaje ahora que se convierte oficialmente en vicerrectora?

“Solo pido que trabajemos juntos y que marquemos la diferencia en los próximos cinco años durante los cuales seré vicerrectora. Estoy preparada para trabajar con todo el mundo. Por tanto, sirvamos a nuestra nación de la mejor manera posible”, dice.

Fuente:http://www.nation.co.ke/lifestyle/lifestyle/Rose-Mwonya-village-girl-to-EGERTON-vice-chancellor/-/1214/3027448/-/15jfb0c/-/index.html

Traducido por Raquel Lorenzo Martín

 

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